En la
Tierra, el hombre no tiene noción exacta de lo que
representa la sexualidad. Dios concentró en esa fuerza
montañas de energía que liberadas indiscriminadamente
conducen al hombre a la desilusión y al desgaste con
grandes compromisos reencarnatorios. No se debe condenar
ni exaltar en demasía las alegrías de la sexualidad.
Como todo lo que Dios hizo, debe encuadrarse en la Ley
del Equilibrio.
Nada está
equivocado en la obra divina; así, la unión sexual
representa manifestación divina cuando las condiciones
espirituales y los objetivos biológicos son seguidos.
Objetivos biológicos
El
Espíritu no tiene sexo. En el plano físico se tipifica
en la condición de hombre o de mujer en función de las
tareas que vino a realizar. Es la oportunidad que el
Espíritu tiene para desenvolverse a través del proceso
reencarnatorio. Es a través del sexo que se establece en
el hogar, se amplían las familias y que las alegrías
revitalizadoras del afecto y de los estímulos
espirituales se realizan. Es la permuta de hormonas y
principios magnéticos activos (circuito de fuerzas) por
el cual ambos se alimentan psiquicamente.
Condiciones espirituales - Al lado de esa permuta de
elementos materiales, encontramos otra de vibraciones
más sutiles y elementos espirituales vitalizadores de
que ambos se abastecen en el equilibrio necesario de las
uniones afectivas dignas.
“Sexo es
espíritu y vida a servicio de la felicidad y de la
armonía del Universo”.1 Reclama responsabilidad y
discernimiento; y es necesario que todos comprendan que
los compromisos de la vida sexual están subordinados a
la Ley de Causa y Efecto.
Casamientos desajustados
A través
de programas elevados, se establece en la Tierra la
asociación más importante en su función educativa y
regeneradora: la familia. Es en ella que todos aquellos
aun arraigados en las vidas pasadas se reencuentran para
los ajustes y reajustes, volviéndose cada uno el
instrumento necesario al perfecccionamiento del otro.
Frecuentemente esa estructura familiar no está preparada
para asumir los compromisos de asistencia de uno para
con el otro y de ambos para con los hijos. Seres
inmaduros espiritualmente acaban fallando cuando son
llamados al trabajo en el sector educativo. Lo que
debería ser una escuela bendita de ejercicio de la ley
del amor, se transforma en “espinos magnético de
vibraciones contradictorias” provocado por los celos,
rebeldía, narcisismo y muchas veces crueldad de todos
los matizes.
a)
atracción sexual
En todo
Universo, la fuerza que une los elementos de la materia,
sean ellos cuerpos orgánicos o inorgánicos, es la misma.
La energía sexual es en la esencia lo que constituye y
sustenta todas las criaturas; por eso, es inherente a la
propia vida.
Inconsciente en los seres primitivos y en todas las
criaturas que insisten en permanecer en el nível de los
brutos, solamente por la evolución podrán comprender que
esa carga magnética envuelve el impositivo del
discernimiento y de la responsabilidad en su uso.
Cualquier abuso les acarreará perjuicios, si no
estuviera controlada por valores morales, sea en la
creación de nuevos cuerpos (constitución de la familia),
sea en la creación de obras científicas o artísticas.
Los artistas se corrompen por el abuso de la imaginación
viciosa, trayendo como consecuencia reencarnación
dolorosa con molestias y mutilaciones que los impidan de
caer en el mismo error.
De
cualquier manera, el uso irresponsable de la energía
creadora llevará a reencarnaciones con molestias
inhibidoras de las funciones genéticas como medio de
contención a los impulsos inferiores de las pasiones.
André Luiz nos recuerda que el mal uso de la sexualidad,
en tratandose del amor en la Tierra, desgasta poco a
poco las células cerebrales del periespíritu, llevando
al hombre al camino rápido de la imbecilidad.
b)
Poligamia X Monogamia
El hombre
avanza de la poligamia para la monogamia, mas aun carga
estímulos sexuales que reclaman educación y sublimación.
Ese caminar continuo de reparación y reaprendizaje para
la adquisición de la necesaria disciplina del mundo
afectivo de cada uno, nos hace comprender la importancia
de la reformulación del pensamiento en torno del sexo,
sea en la transmisión de enseñanzas o en la práctica de
esa experiencia evolucionista, con la sublimación de
todo potencial energético que ella envuelve.
Emmanuel
nos da, en el prefacio del libro Vida y Sexo, las
directrices de ese proceso, recordándonos que toda
lucha, para ser provechosa, debe siempre recomenzar con
la conciencia de los compromisos asumidos y la
persistencia en su realización. He las directrices que
nos propone:
“No
prohibición, sino educación.
No
abstinencia impuesta, mas empleo digno, con debido
respeto a los otros y a sí mismo.
No
indisciplina, sino control.
No impulso
libre, sino responsabilidad”.
c)
Divorcio
- Sin
justa causa - cuando una de las parejas rompe, sin causa
justa, el equilibrio emotivo que se establece entre los
dos, a través del circuito de fuerzas, hiere al otro. Si
el que fue perjudicado no tiene esclarecimentos
superiores que lo defienda de la agresión, el descontrol
podrá llevarlo a actos que podrán rozar la criminalidad.
En casos así, la justicia humana alcanza apenas al
trasgresor social, mas la justicia Divina llega también
al trasgresor de la Ley del Amor.
- Con
justa causa – muchas veces, la elección para la vida
conyugal es hecha por el propio Espíritu. En el sentido
de poder, en la Tierra, ajustar débitos pasados con el
otro, no siempre encuentra recursos para luchar contra
la dilapidación moral o física, o ambas, a que es
sometido. Cuando alcanza esa frontera, el divorcio es
necesario a fin de que medidas externas no le complique
más la jornada. “No existen obligaciones de cautiverio
para nadie en los fundamentos morales de la Creación”. 1
(Vida y Sexo, 16)
En los dos
casos, Emmanuel nos alerta para lo siguiente: habiendo
hijos, que no haya renuncia al deber de amparar a esas
criaturas: y que, la pareja despreciada haga una
revisión prudente del propio comportamiento para
verificar hasta qué punto habrá provocado la ruptura –
hoy somos víctimas; ayer, verdugos. Y, en cualquier
resultado que se llegue en esa revisión interior,
perdone incondicionalmente al ofensor.
El
Mandamiento Divino de amarnos unos a los otros estará
ciertamente, un día, impreso en la conciencia de cada
ser.
Aborto
El aborto
voluntario es crimen delante de las Leyes Divinas
caracterizándose como fuga al deber. Su consecuencia más
inmediata es la anulación de una existencia, teniendo el
Espíritu que recomienza el proceso para su retorno a la
vida corpórea.
Otra
consecuencia es el proceso reencarnatorio de grandes
sufrimientos para aquellos que lo practican, bien como
desencarnaciones y permanencias dolorosas en la
erraticidad; para aquellos que precisan permanecer en la
vida corpórea, surgimiento de “molestias de etiologías
oscuras y de obsesiones catalogables en la patología de
la mente, ocupando vastos departamentos de hospitales y
prisiones”.1Todavía, cuando hay riesgo de vida para la
madre, los Benefactores Espirituales nos enseñan que es
preferible salvar al ser que ya está en tarea, que aquel
que se prepara para la realización de una.
Padres
e hijos
Reflexionando sobre el ítem 9, do Cap. XIV, de El
Evangelio según el Espiritismo: “La ingratitud es uno de
los frutos más directos del egoísmo. Agita siempre los
corazones honestos. Mas, la de los hijos para con los
padres presenta carácter aun más odioso”, el Orientador
Amigo nos advierte que, si la relación de los padres
para con los hijos tiene carácter importante, en la
medida que cabe a ellos, desde la tierna edad, cuidados
especiales para su desenvolvimiento integral, también
los hijos deben a los padres particular atención.
Son
conciencias libres, uniéndose en el mundo para el debido
perfeccionamiento por rescates de débitos, reajustes y
evolución, cargando cada uno experiencias pasadas. Mas
que los hijos no acusen a los padres por las
dificultades de sus existencias, pues que “fueron ellos
mismos, los hijos, que en la condición de Espíritus
desencarnados, insistieron con los padres, a través de
afectuosa opresión o grave proceso obsesivo, para que
los trajesen al cuerpo físico, instrumento del cual
necesitaban para nuevas experiencias redentoras”.
Homosexualidad
El estudio
del tema no encuentra fundamentación psicológica en las
especialidades de base materialista. Su comprensión solo
es posible a la luz de la reencarnación.
El
preconcepto, teniendo en cuenta la mayoría heterosexual
que constituye la sociedad, no ve la necesidad de
atención y respeto a esas criaturas, en la misma medida
que necesitan los dichos “normales”. Señales
morfológicas son indicativas, aun en la Tierra, de
masculinidad y feminidad, olvidándose los hombres que
tal concepto no define la dignidad del ser humano, ni su
tarea volcada para el bien o no de la colectividad.
Durante
milenios, el Espíritu pasa por reencarnaciones, mudando
la morfología de su cuerpo material, con vistas a las
necesarías experiencias, lo que nos muestra que la
bisexualidad, en mayor o menor grado, está presente en
cada hombre y en cada mujer sin que necesariamente haya
una absoluta caracterización psicológica. Así, muchos
trazos de esas condiciones pueden surgir cuando el
Espíritu vistiera un cuerpo diferente de aquel en el
cual él estuvo durante tantas encarnaciones
enclausurado, muchas veces, no apenas para cumplir las
obligaciones específicas de tareas propias al cuerpo,
mas también en tareas regenerativas. Por ejemplo, el
hombre que abusó del sexo arruinando la existencia de
otras personas, sea por la destrucción de uniones
constructivas, sea de hogares diversos, renacerá en
cuerpo femenino y psicológicamente opuesto a ese cuerpo,
en regimen de prisión y para aprender a reajustar los
propios sentimientos. En el caso de la mujer que comete
los mismos engaños, la reencarnación será en cuerpo con
morfología masculina y psicológicamente contraria a él.
Esos cuerpos son verdaderas armaduras contra
arrastramientos que les dificultarían el alcance de los
objetivos propuestos.
En
relación al sexo y al amor, los errores y los aciertos
de cualquiera uno de nosotros serán analizados por la
Justicia y Misericordia Divinas. Un día el ser humano
aprenderá a comprender que todos están presos, en lo que
dice respecto a la evolución en esa área, a su propia
conciencia.
Abstinencia y celibato
En lo que
decir respecto al sexo, se manifiesta de dos formas:
a)
Elección voluntaria – para perfeccionamiento o servicio
con la finalidad de ser útiles a la Humanidad, a pesar
de poder tener una comunión afectiva. El sexo, en estos
casos, se vuelve sublimado y la energía sexual
canalizada para otros objetivos. Esa obligación de orden
espiritual que se impone no significa indiferencia o
anestesia de sentimientos. Tenemos como ejemplos Jesús,
Chico Xavier, Hermana Teresa de Calcuta y tantos otros.
b)
Compulsoria por inhibiciones diversas – del punto de
vista espiritual es egoísmo. En relación a la religión,
órdenes y providencias de carácter externo no modifican
el mundo íntimo de nadie; y las realizaciones de fe solo
ocurren después de muchas luchas interiores.
Se
pregunta: ¿Cómo exigir la extinción de los estímulos
genésicos de alguien porque se consagró al Servicio
Divino de la Fe, cuando esos mismos estímulos son
ingredientes de la vida y de la evolución, creados por
la Providencia Divina para sustentación y elevación de
todos los seres? La respuesta solo surge cuando volvemos
nuestros ojos y mentes para las elecciones que cada ser
hace, como pruebas, cuando es su ingreso en nueva
experiencia terrena.
Carga
erótica
El
instinto sexual nace con la vida y orienta el proceso
evolutivo del hombre. De existencia en existencia, el
ser humano avanza, educando y reajustando sus impulsos
genésicos, según las leyes superiores que rigen la vida.
Esa energía, lejos de destruirlo, le sirve de elemento
transformador y de elevación, rumbo a la perfeccíon.
Todos
participan del amor. De hermanos presos en las celdas de
la idiotez, por fuerza de tareas expiatorias abrazadas o
pedidas por ellos mismos, a la gran mayoría de Espíritus
encarnados y desencarnados, que en la escala evolutiva
participan de las mismas dificultades y pruebas de ese
género; o aun, de Espíritus sublimados que se atraen
unos a los otros, por lazos de amor considerado divino
En
conclusión
En el
cuerpo humano, el sexo adquiere importancia tan grande
que las crueldades mentales que vinimos a practicar,
relegandolo a bajos níveles de conducta, nos acompañarán
con sus efectos, más allá de la tumba, y no tendremos
reposo alguno hasta que hubiéramos terminado el servicio
de reajuste.
A la vista
de los errores que cometemos y que ciertamente aun
cometeremos, mejor nos abstenemos de juzgar, censurando
y condenando a quien quiera que sea. Coloquémonos en el
lugar del compañero fallido y, analizando nuestros
propios sentimientos, procuremos verificar si estamos en
condición de censurarlo.
Emmanuel
nos recuerda que “delante del sexo, no nos hayamos, de
ningún modo al frente de un despeñadero para las
tinieblas, mas delante de la fuente viva de las energías
en que la Sabiduría del Universo situó el laboratorio de
las fuerzas físicas y la fábrica de los estímulos
espirituales más intensos para la ejecución de las
tareas que esposamos, en regimen de colaboración mutua,
buscando el rendimiento del progreso y del
perfeccionamiento entre los hombres”.
Cada uno
de nosotros trae consigo, cuando no angelizado o
bloqueado por inhibiciones creativas, anhelos sexuales
que solamente “en las labores de la experiencia, errando
y acertando y volviendo a errar para acertar con más
seguridad, que cada uno de nosotros – los hijos de Dios
en evolución en la Tierra – conseguirá sublimar los
sentimientos que nos son propios, de modo a erguirnos en
definitiva para la conquista de la felicidad celeste y
del Amor Universal”.1
Bibliografia:
XAVIER, F. C. Vida e
Sexo, ditado pelo Espírito Emmanuel – 13ª edição –
Editora FEB – Rio de Janeiro/RJ - pp. 10, 16, 76 e 104.
XAVIER, F. C. e Waldo
Vieira, Sexo e Destino, ditado pelo Espírito
André Luiz – 16ª edição – Editora FEB – Rio de Janeiro/
RJ – 1966.
XAVIER, F. C. Ação e
Reação, ditado pelo Espírito André Luiz – FEB, 12ª
edição – Editora FEB - Brasília/DF.