Tema: Alabanza a Dios
Alabando a Dios
Un niño estaba en el patio trasero observando a las
hormigas, que andaban en fila y cargaban hojas hacia el
hormiguero.
Él les preguntó:
- ¿Por qué hacen eso?
- Estamos alabando a Dios – respondieron ellas,
dejándolo pensativo.
Después de observarlas por un tiempo, el niño se sentó
debajo de un árbol. Sintió el frescor de su sombra, vio
los pajaritos protegidos en sus ramas, comiendo sus
pequeñas frutas, y le preguntó:
- ¿Qué hace todos los días, señor árbol?
- Hago lo que estás viendo. Alabo a Dios – dijo él.
- ¿Como puede estar alabando a Dios? – pensé que las
hormigas hacían eso cargando alimento para el
hormiguero.
- No puedo salir de mi lugar, ni vivo en un hormiguero.
Tengo mi propio modo de alabar a Dios – esclareció el
árbol.
El niño, entonces, entró a su casa y vio a su mamá. Ella
cocinaba y cantaba. La mamá, viendo a su hijo, le
preguntó cariñosamente si estaba bien. Él dijo que sí y
sonrió, pues comprendió que ella también estaba alabando
a Dios.
El niño fue a su cuarto, cogió su cuaderno e hizo sus
tareas escolares.
Cuando termino, fue a jugar y a divertirse con su
hermano. Al final del día, ayudó a guardar los platos de
la cena.
A la hora de dormir, su papá fue a darle un beso de
buenas noches y le preguntó si había tenido un buen día.
- ¡Sí lo tuve, papá! – respondió el niño.
- ¡Qué bueno, hijo! ¿Qué hiciste hoy?
- ¡Alabé a Dios!
Traducción:
Carmen
Morante
carmen.morante9512@gmail.com
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