Tema: Caridad
Las Estrellas de Mar
Una vez un hombre, que visitaba una ciudad en la costa,
se levantó muy temprano para andar por la playa.
Caminaba plácidamente, sintiendo la agradable brisa en
su rostro y la presencia de la exuberante naturaleza a
su alrededor.
El hombre caminó por algunos minutos sin encontrar a
nadie. Todavía era muy temprano. El día había amanecido
hacía poco tiempo.
Sin embargo, algo le llamó la atención. La arena de la
playa estaba llena de estrellas de mar. En algunos
tramos el hombre necesitaba incluso desviar sus pasos
para evitar pisarlas. Estaba impresionado con la
cantidad de estrellas de mar que podía ver hasta donde
alcanzaba su vista.
El hombre vio a una persona a lo lejos. Acercándose más
notó que era un niño, que se agachaba, cogía una
estrella y la lanzaba al mar. Después de agachaba
nuevamente, cogía otra y repetía el gesto,
continuamente.
Curioso, el hombre se acercó y le preguntó:
- ¡Buenos días, niño! Cuántas estrellas de mar en la
playa, ¿no?
- Buenos días, señor – respondió el niño – sí, son
muchas. Anoche la marea subió con olas muy fuertes y
arrastró las estrellas de mar. Después la marea bajó
lentamente y ellas se quedaron en la arena. Pero ellas
van a morir si se quedan aquí, pues el sol calentará
dentro de poco y ellas no van a resistir fuera del agua,
pobrecitas.
- ¿Es por eso que estás devolviéndolas al agua? –
preguntó el hombre.
- Sí, siento pena por ellas – dijo el niño.
El hombre pensó un poco, evaluando la situación.
- Ah, comprendo – dijo, girando la cabeza hacia los
lados – pero, mira a nuestro alrededor. Hay cientos,
miles de estrellas aquí. ¿Crees que vale la pena tanto
esfuerzo? Probablemente vas a estar lanzándolas una por
una al agua, durante mucho tiempo, vas a quedar muy
cansado y, cuando te detengas, vas a mirar a tu
alrededor y sentirás que tanto esfuerzo no hizo ninguna
diferencia.
El niño, que había cogido otra estrella y ya se
preparaba para devolverla al mar, la miró y dijo:
- ¡Para esta de aquí va a hacer la diferencia!
Y lanzándola con muchísima fuerza dijo:
- ¡Buena suerte, amiguita!
El hombre se quedó sorprendido con esa respuesta. Se
quedó en silencio por unos instantes. Después se agacho,
cogió una estrella de mar e hizo como el niño.
Comprendió que lo que importa es hacer el bien. Incluso
si no es posible beneficiar a todos los que lo
necesitan, valdrá la pena si alguien recibe ayuda.
(Adaptación de un cuento popular de
autoría desconocida.)
Traducción:
Carmen
Morante
carmen.morante9512@gmail.com
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