Tema: Supersticiones
Gato negro
Tita y Carla paseaban por la feria, en el sector de
animales pequeños. Tita estaba eufórica: tenía permiso
de su mamá para escoger un gatito como regalo.
Tita quería un gatito hacía mucho tiempo. Las opciones
eran muchas: gatos manchados, blancos, negros, grises.
Las dos niñas se detuvieron frente a uno de los puestos
y un lindo gatito negro fue al encuentro de ellas.
Comenzó a frotarse en Carla a través de la rejilla y
cuando fue hacia el lado de Tita la niña dio un salto:
- ¡Un gato negro, no! ¡Da mala suerte!
Carla se asustó con la amiga e indagó:
- ¿Tú crees que el color del gato puede influenciar en
los acontecimientos de tu vida?
Tita se quedó muda. Carla continuó:
- ¡Piensa un poco! ¿Vas a decirme que, cuando llegas a
un lugar, pisas con el pie derecho primero? ¿Y quien no
tiene el pie derecho, solo el izquierdo, está destinado
a tener mala suerte toda su vida?
Mientras Tita continuaba callada, ellas continuaron
caminando, y mirando a los animales.
Les gustaron mucho los peces de colores que nadaban en
un lindo acuario.
- Pez y gato no, ¿verdad Tita? Verás que tu gato se come
a tu pez en la cena.
- ¡Contra! Dijo Tita, golpeando la silla de madera que
estaba cerca.
Carla se rio, pensando que golpear la silla no cambia el
destino, pero no dijo nada.
- ¡Esta bien! Soy
supersticiosa, ¿y qué? ¡Es mi problema!
- Yo sé – dijo Carla, seria. ¿Pero no crees que es
importante usar la cabeza y analizar las cosas, antes de
creer en ellas? Por ejemplo: ¿crees que el color de la
ropa es lo que nos trae suerte, mala suerte, dinero o
amor?
Tita estaba prestando atención, y la amiga continuó:
- Si todos pensaran como tú, ningún gatito negro va a
conseguir un nuevo hogar… Nuestras decisiones son las
que determinan nuestro destino. Optar por la honestidad,
la alegría, la ética, la caridad es lo que nos trae
buenos acontecimientos en nuestra vida.
- Pero pensar en el mal atrae el mal – se quejó Tita.
- Y pensar en el bien atrae el bien. Es la Ley de Causa
y Efecto, que la Doctrina Espírita nos explica. Esa ley
forma parte del amor, de la sabiduría y de la justicia
de Dios. Los amuletos y las supersticiones no atraen o
repelen nada. Lo que hace eso es el pensamiento, pues si
yo creo que mi día va a ser malo porque vi un gato
negro, puedo convencerme de eso y hacer que mi día sea
pésimo. Pero será por decisión mía, el gato o su color
no tiene nada que ver con eso.
- Sí, tiene sentido... pensó Tita en voz alta.
- ¡Qué bueno! Ya es hora de dejar estas tonterías de
lado y asumir la responsabilidad por las decisiones que
tomemos. La felicidad es una decisión nuestra, y depende
de nuestras actitudes, no de las cosas.
A pesar de estar convencida, a Tita todavía le tomaría
algún tiempo para cambiar su forma de pensar. Pero
escoger un gatito negro como regalo fue un gran paso
para dejar de lado las supersticiones.
El lindo gatito negro, de nombre Calvin, correspondió al
afecto recibido, volviéndose un gran amigo y compañero
de muchas alegrías y juegos.
(Adaptación de un texto de Claudia
Schmidt.)
Traducción:
Carmen
Morante
carmen.morante9512@gmail.com
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