Espiritismo para
los niños

por Marcela Prada

 

Tema: Preconcepto y perdón


La tortuguita verde


Érase una vez una gallina que no podía poner huevos. Se quedaba mirando, triste, a las otras gallinas, con sus pollitos, de pelusillas amarillas y piquitos rojos. También deseaba ser madre.

Un día, caminando, encontró un huevo abandonado. Llena de esperanza lo llevó al gallinero y lo empolló con mucho amor. Hasta que un día se rompió y, para su sorpresa, no salió de su interior un pollito lindo y amarillito, sino una tortuguita verde.

La gallina había empollado un huevo de otra especie, pero nadie lo sabía.

La tortuguita era muy diferente a los pollitos y las gallinas del gallinero. Como ellos no sabían respetar esa diferencia, muchas veces se reían y se burlaban de su color, de su caparazón duro, de su modo lento de caminar… Nadie jugaba con la tortuguita. Sin amigos, ella se sentía rechazada, se quedaba triste y lloraba.

Para la mamá gallina, esas diferencias no eran importantes. Ella amaba demasiado a su hija y con mucha ternura le decía:

- ¡Querida mía, no les creas! Todos tienen su valor. Un día descubrirás el tuyo.

Una tarde, después de una tormenta que llenó de agua las zanjas del suelo, algunos pollitos quisieron divertirse en una aventura: cogieron una caja de cartón y decidieron usarlo como barco en el charco de agua más grande y profundo. Todos se metieron en la caja y se fueron en un gran alboroto.

En medio del juego, el cartón comenzó a empaparse y a hundirse, asustando a los pollitos porque no sabían nadar. La tortuguita verde, que estaba cerca, se dio cuenta del peligro y se zambulló, nadando hacia ellos. Su duro casco sirvió de plataforma donde los pollitos pudieron trepar, asustados y agradecidos.

Luego de ser salvados, los pollitos se dieron cuenta de que, a pesar de ser diferente a ellos, la tortuguita era muy genial. También se arrepintieron de haber molestado y lastimado tantas veces a la tortuguita y le pidieron disculpas. Ella perdonó a los pollitos y se hicieron amigos.

A partir de ese día ya nadie se burló de la tortuguita. Finalmente aprendieron a respetarla y todos vivieron felices y en armonía.


(Adaptación de la historia narrada em el cap.3 del libro “Contemplando Estrellas, Historias de Fraternidad”.)

 

Traducción:
Carmen Morante
carmen.morante9512@gmail.com


 


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