Tema: Determinación
El orden del armario
Carolina estaba retrasada. Su familia ya estaba lista
para salir. Irían al cine y no querían llegar tarde y
perder el comienzo de la película.
- Vamos, Carol – llamó nuevamente su mamá - ¿qué está
pasando? – preguntó entrando en el cuarto de su hija.
- Quería ir con mi tiara plateada. Estoy tratando de
encontrarla. Sé que está aquí en algún lugar – respondió
la niña, hurgando en un montón de objetos en un cajón.
La mamá intentó ayudar. Rápidamente abrió otros cajones
y las puertas del ropero, pero estaba todo tan
desordenado y con tantas cosas amontonadas que se
rindió.
Ellos no podían demorarse más y Carolina tuvo que ir al
paseo sin su tiara.
El paseo fue increíble. A todos le gustó mucho la
película.
Pero al llegar a casa la mamá de Carolina tuvo una
conversación con ella.
Le pidió a su hija que ordenara su armario. Era
necesario separar la ropa y objetos que ya no usaba y
arreglar lo que ella todavía iba a usar. El armario
tenía tantas cosas y todo tan mezclado que la ropa
quedaba estropeada y los objetos no podían ser eran
encontrados.
Carolina estuvo de acuerdo en que no era posible seguir
así y dijo que ordenaría todo al día siguiente.
Al otro día Carol estaba dispuesta a resolver ese
problema, pero cuando abrió las puertas del armario y
vio el desorden, no sabía ni por dónde comenzar.
Incluso revolvió unos objetos, pero vio que el
escritorio de su habitación también necesitaba atención.
Así que tomó un paño y limpió bien la mesa y la silla,
por arriba y por abajo, tiró unos papeles, arregló los
libros y su diario que estaban allí y le pareció genial.
Cuando estaba terminando, su mamá entró en el cuarto y
vio lo que ella estaba haciendo.
- Muy bien, hija, veo que estás animada a arreglar tu
cuarto todo el día. Buen
trabajo, hija.
Más tarde la mamá volvió nuevamente y vio que la niña
había arreglado la cama. Había cambiado la colcha que
cubría la cama y colocado una que combinaba con su
almohada, dejando la cama bien bonita.
- Está quedando lindo tu cuarto, hija, pero ya llevas
mucho tiempo ordenando y ni siquiera has comenzado lo
que realmente debes hacer – le dijo.
Carolina estuvo de acuerdo y dijo que lo haría. Pero
después de casi una hora su mamá entró y vio a su hija
echada en la cama, distrayéndose, leyendo un cómic.
- Hija, ¿y el armario? – preguntó ella.
- Ya voy, mamá, voy a descansar un poco. Ya
arreglé mucho.
– Carol, ¿sabes lo que está pasando? Estás teniendo
dificultad para ordenar tantas cosas de tu armario y
tanto desorden que tienes en él. Por eso, hiciste otras
cosas parecidas, pero no enfrentaste el verdadero
problema.
-Creo que eso es exactamente eso lo que pasó – dijo
Carolina, triste – no sé qué hacer. Pienso que no cabe
todo lo que tengo. No sé cómo separar las cosas. Intenté
comenzar, pero no sabía qué hacer para que quede como
debería.
- Nadie nace sabiendo hacer todo. Vamos, te voy a ayudar
– dijo la mamá, amable.
Trajo al cuarto una caja y una bolsa de basura.
- Hija, vas a hacer esto: vas sacando del armario cada
cosa y piensa si todavía vas a querer conservarla. Si
todavía vas a usarla, ponla encima de la cama para
organizar al final y guardarla nuevamente junto con
otras cosas del mismo tipo.
- Si no la vas a usar más, pero aún sirve para que lo
use otra persona, ponlo en esta caja y luego le hacemos
una donación a alguien – continuó - y si el objeto o la
ropa ya no sirve ni para ti, ni para nadie, se tirará y
en ese caso ponlo en esta bolsa.
Carolina entendió lo que tenía que hacer y comenzó a
ordenar, lo que llevó un buen tiempo. Pero valió la
pena. Carol se sorprendió con las cosas que encontró.
Después de separar todo como su mamá le había enseñado,
devolvió al armario, en categorías, lo que todavía iba a
conservar. Quedó todo ordenado y, a pesar del trabajo
que le dio, quedó muy satisfecha.
Muchas personas no saben, pero el tipo de situación que
pasó con Carolina sucede con ellas también.
Muchas veces en la vida, enfrentamos dificultades. Pero
necesitamos encarar los problemas con firmeza, pedir
ayuda si es necesario y resolver cada situación de una
vez por todas.
A veces, nos envolvemos en otras tareas y podemos hacer
incluso cosas buenas, pero no debemos dejar de lado lo
que necesita ser hecho.
El orden del armario fue una buena oportunidad para que
Carolina aprenda esta importante lección.
Traducción:
Carmen
Morante
carmen.morante9512@gmail.com
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