Espiritismo para
los niños

por Marcela Prada

 

Tema: Determinación


El orden del armario


Carolina estaba retrasada. Su familia ya estaba lista para salir. Irían al cine y no querían llegar tarde y perder el comienzo de la película.

- Vamos, Carol – llamó nuevamente su mamá - ¿qué está pasando? – preguntó entrando en el cuarto de su hija.

- Quería ir con mi tiara plateada. Estoy tratando de encontrarla. Sé que está aquí en algún lugar – respondió la niña, hurgando en un montón de objetos en un cajón.

La mamá intentó ayudar. Rápidamente abrió otros cajones y las puertas del ropero, pero estaba todo tan desordenado y con tantas cosas amontonadas que se rindió.

Ellos no podían demorarse más y Carolina tuvo que ir al paseo sin su tiara.

El paseo fue increíble. A todos le gustó mucho la película.

Pero al llegar a casa la mamá de Carolina tuvo una conversación con ella.

Le pidió a su hija que ordenara su armario. Era necesario separar la ropa y objetos que ya no usaba y arreglar lo que ella todavía iba a usar. El armario tenía tantas cosas y todo tan mezclado que la ropa quedaba estropeada y los objetos no podían ser eran encontrados.

Carolina estuvo de acuerdo en que no era posible seguir así y dijo que ordenaría todo al día siguiente.

Al otro día Carol estaba dispuesta a resolver ese problema, pero cuando abrió las puertas del armario y vio el desorden, no sabía ni por dónde comenzar.

Incluso revolvió unos objetos, pero vio que el escritorio de su habitación también necesitaba atención. Así que tomó un paño y limpió bien la mesa y la silla, por arriba y por abajo, tiró unos papeles, arregló los libros y su diario que estaban allí y le pareció genial.

Cuando estaba terminando, su mamá entró en el cuarto y vio lo que ella estaba haciendo.

- Muy bien, hija, veo que estás animada a arreglar tu cuarto todo el día. Buen trabajo, hija.

Más tarde la mamá volvió nuevamente y vio que la niña había arreglado la cama. Había cambiado la colcha que cubría la cama y colocado una que combinaba con su almohada, dejando la cama bien bonita.

- Está quedando lindo tu cuarto, hija, pero ya llevas mucho tiempo ordenando y ni siquiera has comenzado lo que realmente debes hacer – le dijo.

Carolina estuvo de acuerdo y dijo que lo haría. Pero después de casi una hora su mamá entró y vio a su hija echada en la cama, distrayéndose, leyendo un cómic.

- Hija, ¿y el armario? – preguntó ella.

- Ya voy, mamá, voy a descansar un poco. Ya arreglé mucho.

– Carol, ¿sabes lo que está pasando? Estás teniendo dificultad para ordenar tantas cosas de tu armario y tanto desorden que tienes en él. Por eso, hiciste otras cosas parecidas, pero no enfrentaste el verdadero problema.

-Creo que eso es exactamente eso lo que pasó – dijo Carolina, triste – no sé qué hacer. Pienso que no cabe todo lo que tengo. No sé cómo separar las cosas. Intenté comenzar, pero no sabía qué hacer para que quede como debería.

- Nadie nace sabiendo hacer todo. Vamos, te voy a ayudar – dijo la mamá, amable.

Trajo al cuarto una caja y una bolsa de basura.

- Hija, vas a hacer esto: vas sacando del armario cada cosa y piensa si todavía vas a querer conservarla. Si todavía vas a usarla, ponla encima de la cama para organizar al final y guardarla nuevamente junto con otras cosas del mismo tipo.

- Si no la vas a usar más, pero aún sirve para que lo use otra persona, ponlo en esta caja y luego le hacemos una donación a alguien – continuó - y si el objeto o la ropa ya no sirve ni para ti, ni para nadie, se tirará y en ese caso ponlo en esta bolsa.

Carolina entendió lo que tenía que hacer y comenzó a ordenar, lo que llevó un buen tiempo. Pero valió la pena. Carol se sorprendió con las cosas que encontró. Después de separar todo como su mamá le había enseñado, devolvió al armario, en categorías, lo que todavía iba a conservar. Quedó todo ordenado y, a pesar del trabajo que le dio, quedó muy satisfecha.

Muchas personas no saben, pero el tipo de situación que pasó con Carolina sucede con ellas también.

Muchas veces en la vida, enfrentamos dificultades. Pero necesitamos encarar los problemas con firmeza, pedir ayuda si es necesario y resolver cada situación de una vez por todas.

A veces, nos envolvemos en otras tareas y podemos hacer incluso cosas buenas, pero no debemos dejar de lado lo que necesita ser hecho.

El orden del armario fue una buena oportunidad para que Carolina aprenda esta importante lección.


 

Traducción:
Carmen Morante
carmen.morante9512@gmail.com


 


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