De entre las muchas cuestiones puestas al estudioso de
la Doctrina espírita, la del fluido vital se
reviste de las más intrigantes. Podríamos pensar que la
expresión fluido vital, ampliamente utilizada por
Kardec, pudiese limitarse a un término apropiado a la
época del codificador, sin significado en nuestros días.
Al final, el término fluido era emplegado en el
siglo XIX en relación a muchas cosas desconocidas. Se
hablaba, por ejemplo, de fluido pestífero, para
referirse a algo, ignorado, que causase la peste. Se
verificó, después, tratarse, de una bacteria.
Todavía, la obra mediúmnica surgida en el siglo XX,
particularmente a través de Yvonne Pereira y Chico
Xavier, mantuvo el término fluido vital y varias
informaciones sobre el son colocadas a nuestra
apreciación.
Para enriquecer nuestras reflexiones sobre un concepto
aun poco comprendido, presentamos algunos conceptos
extraídos de Kardec, Yvonne y Chico Xavier.
Fluido vital en la obra de Kardec
Las reflexiones de Kardec en torno del fluido vital
tiene como premisa un hecho que, según él, resulta de la
observación: es que los seres orgánicos tienen en sí una
fuerza íntima que determina el fenómeno de la vida, en
cuanto esa fuerza existe; que esa fuerza independiente
de la inteligencia y del pensamiento, por tanto difiere
fundamentalmente del principio inteligente, y está
presente en todos los seres vivos, de las plantas al
hombre. ¡
Kardec denominó esa fuerza de principio vital. Activo en
el ser viviente y extinto en el ser muerto, ese
principio de la sustancia orgánica propiedades que la
distinguen de las sustancias inorgánicas. ¡¡
Para Kardec, el principio vital reside en un fluido
especial, universalmente esparcido, denominado fluido
vital. ¡¡¡ Se trata entoces, el fluido vital,
de un subproducto del fluido cósmico universal, ¡v exclusivo
de los seres vivos y de los Espíritus encarnados,
inexistente en la materia bruta y no siendo
identificado, por regla, entre los desencarnados. v El
funciona como lazo de unión entre el periespíritu y el
cuerpo físico. v¡
La actividad del principio vital es alimentada durante
la vida por la acción del funcionamiento de los órganos,
del mismo modo que el calor, por el movimiento de
rotación de una rueda. Cesada aquella acción, por motivo
de la muerte, el principio vital se extingue, como el
calor, en cuanto la rueda deja de girar.[viii]
Escribió Kardec: el conjunto de los órganos
constituye una especie de mecanismo que recibe impulso
de la actividad íntima o principio vital que entre ellos
existe. El principio vital es la fuerza motriz de los
cuerpos orgánicos. Al mismo tiempo que el agente vital
da impulso a los órganos, la acción de estos mantiene y
desenvuelve la actividad de aquel agente, casi como
sucede con el roce, que provoca el calor.ix
Kardec compara los cuerpos orgánicos con las pilas
eléctricas, que funcionan en cuanto los elementos de
esas pilas se encuentran en condiciones de producir
electricidad: es la vida; que dejan de funcionar, en
cuanto tales condiciones desaparecen: es la muerte.
Según esa manera de ver, el principio vital no sería más
que una especie particular de electricidad, denominada
electricidad animal, que durante la vida se desprende
por la acción de los órganos y cuya producción cesa, en
cuanto a la muerte, por extinguirse tal acción. x
La cantidad de fluido vital no es absoluta en todos los
seres orgánicos. Varia según las especies y no es
constante, sea en cada individuo, sea en los individuos
de una especie. Algunos hay, que se encuentrán, por así
decir, saturados de ese fluido, en cuanto otros lo
poseen en cantidad apenas suficiente. x¡ El
magnetismo, en tales casos, constituye, muchas veces,
poderoso medio de acción, porque restituye al cuerpo el
fluido vital que le falta para mantener el
funcionamiento de los órganos. xii
Por medio del fluido vital, impregnado en la célula
óvulo, la encarnación puede realizarse, pues el
Espíritu sólo puede actuar sobre la materia por
intermedio de la fuerza vital. Escribió Kardec: cuando
el Espíritu tiene que encarnar en un cuerpo humano en
vías de formación, un lazo fluidico, que no es más que
una expansión de su periespíritu, lo une al gérmen que
lo atrae por una fuerza irresistible, desde el momento
de la concepción. A medida que el gérmen se desenvuelve,
el lazo se encurta. Bajo la influencia del principio
vital y material del gérmen, el periespíritu, que posee
ciertas propiedades de la materia, se une, molécula a
molécula, al cuerpo en formación, donde pueder decirse
que el Espíritu, por intermedio de su periespíritu, se
enraíza, de cierta manera, en ese gérmen, como una
planta en la tierra. Cuando el gérmen llega a su pleno
desenvolvimiento, completa es la unión; nace entonces el
ser para la vida exterior. x¡¡¡
Para que se de, por tanto, la encarnación, es necesaria
la íntima fusión entre el periespíritu y el fluido
vital. Por un efecto contrario, la unión del
periespíritu y de la materia carnal, que se efectuará
bajo la influencia del principio vital, cesa desde el
instante en que el principio vital deja de actuar, en
consecuencia de la desorganización del cuerpo.
Mantenida que era por una fuerza actuante, tal unión se
deshace, luego que esa fuerza deja de actuar. Entonces,
el periespíritu se desprende, molécula a molécula,
conforme se unió, y al Espíritu es restituida la
libertad. xiv
La cantidad de fluido vital se agota. Puede volverse
insuficiente para la conservación de la vida, si no
fuera renovada por la absorción y asimilación de las
sustancias que lo contiene. xv Su excesiva
emisión puede determinar debilitamiento orgánico. xv¡
El fluido vital se transmite de un individuo a otro.
Aquel que lo tuviera en mayor porción puede darlo a uno
que lo tenga de menos y en ciertos casos prolongar la
vida presta a extinguirse. Como prueba para el Espíritu
o en el interés de misión a concluir, los órganos
depauperados pueden recibir un suplemento de fluido
vital que les permita prolongar por instantes la
manifestación material del pensamiento.xvi¡
La muerte natural deriva del adormecimiento del cuerpo
con natural agotamiento del fluido vital, que no puede
ser renovado en derivación de la quiebra progresiva de
los órganos. xv¡¡¡ En los casos de muerte
violenta, cuando la muerte no resulta de la extinción
gradual de las fuerzas vitales, más tenaces son los
lazos que prenden el cuerpo al periespíritu y, por
tanto, más lento el desprendimiento, pues, que aun se
encuentra, por regla, con recursos satisfactorios de
fluido vital. x¡x
Muerto el ser orgánico, los elementos que lo compone
sufren nuevas combinaciones, de que resultan nueves
seres, los cuales se agotan en la fuente universal el
principio de la vida y de la actividad, lo absorven y
asimilan, para nuevamente restituir a esa fuente, cuando
dejaran de existir. xx
Kardec ve, también, en el fluido vital, papel
preponderante e la mediumnidad. Escribió: Quien
desea obtener fenómeno de este orden precisa tener
consigo médiuns a que llamaré — sensitivos, esto es,
dotados, en el más alto grado, de las facultades
mediúmnicas de expansión y de penetrabilidad, porque el
sistema nervioso fácilmente excitable de tales médiuns
les permite, por medio de ciertas vibraciones, proyectar
abundantemente, en torno de sí, el fluido animalizado
que le es propio.[xxii]
Vale decir que para que los fenómenos se produzcan,
necesario se hace que los fluidos del Espíritu se
identifiquen con los del médium: el fluido vital,
indispensable a la producción de todos los fenómenos
mediúmnicos, es atributo exclusivo del encarnado y que,
por consiguiente, el Espíritu operador queda obligado a
impregnarse de el. Sólo entonces puede, mediante ciertas
propiedades, que desconocéis, de vuestro medio ambiente,
aislar, tornar invisibles y hacer que se muevan algunos
objetos materiales e incluso los encarnados. xx¡¡¡
Complementado el pensamiento kardecista, Gustavo Geley,
investigador francés, muerto en 1924, mostró que el
fluido vital es uno de los componentes del ectoplasma,
material fundamental en gran parte de la fenomenología
mediúmnica y de las curas espirituales. El término ectoplasma,
acuñado por Charles Richet, no existía en la época de
Kardec. Según Geley, los médiuns son individuos que
sirven de intermediarios a los desencarnados deseosos de
comunicar con nosotros y les prestan el fluido vital y
los elementos materiales libertados por el éxodo parcial
de la fuerza del periespíritu. xxiv
Así, el Dr. Geley define médium como una persona que, merced
a facultades naturales y por entrenamiento apropiado, es
susceptible de proveer a los desencarnados cantidad
suficiente de su fluido nervioso o de cierta sustancia
orgánica, a fin de estos pueden manifestarse
materialmente. xxv
(Este artículo será concluído en la
próxima edición.)
[i] A
Gênese, cap. X, item 16.
[ii] LE,
introdução, item 2.
[v] O
Livro dos Médiuns, item 98.
[vi] A
Gênese, cap. XI, item 18.
[vii] A
Gênese, cap. X, item 18.
[viii] A
Gênese, cap. X, item 18.
[x] A
Gênese, cap. X, item 19.
[xiii] A
Gênese, cap. XI, item 18.
[xvi] O
Livro dos Médiuns, item 161.
[xvii] O
Céu e Inferno, parte II, cap. 3.
[xxi] O
Livro dos Médiuns, item 98.
[xxii] O
Livro dos Médiuns, item 98.
[xxiv] Resumo
da doutrina espírita, parte I.