Fluido vital en la obra de Yvonne Pereira – En
la principal obra mediúmnica de Yvonne do Amaral
Pereira, el libro Memorias de un suicida, autoria
espiritual del escritor portugués Camilo Castelo Branco,
identificamos algunos conceptos sobre fluido vital que
complementan el pensamiento kardecista.
Según la obra, fluidos vitales son fluidos propios de
todos los seres vivos y que unen el Espíritu al cuerpo
material, durante la encarnación. Después de la muerte,
antes que el Espíritu se oriente, gravitando para el
verdadero "hogar espiritual" que le cabe, será siempre
necesario el estado en una "antecámara", en una región
cuya densidad y aflictivas configuraciones locales
corresponderán a los estados vibratorios y mentales del
recién-desencarnado. Ahí se detendrá hasta que
sea naturalmente "desanimalizado", esto es, que se
deshaga de los fluidos y fuerzas vitales de que son
impregnados todos los cuerpos materiales. ¡
Esclarece que la estancia será temporal en ese umbral
del Más allá. Existen aquellos que ahí apenas se demoran
algunas horas. Otros llevarán meses,
años consecutivos, volviendo a reencarnar sin alcanzar
la Espiritualidad.
Tratandose de suicidas el caso asume proporciones
especiales, por dolorosas y complejas. Estos ahí se
demorarán, generalmente, el tiempo que aun les restaba
para la conclusión del compromiso de la existencia que
prematuramente cortaron, por el hecho de traer
cargamentos aventajados de fuerzas vitales
animalizadas. ¡¡
Al describir la condición de diferentes entidades
desencarnadas a través del suicidio, provenidas,
preferentemente, de Portugal, de España, de Brasil y
colonias portuguesas de África, el autor espiritual
informa que gran parte de la perturbación que acomete y
transtorna a esos Espíritus es el factor de acompañar,
incluso en la dimensión espiritual, de las fuerzas
vitales, muchas veces intactas, cuya función sería la de
vitalizar la organización física. Tan deplorable estado
de cosas se prolonga hasta que las reservas de fuerzas
vitales y magnéticas se agoten, lo que varia según el
grado de vitalidad de cada uno.
Comenta Camilo que esas entidades traían, pendientes de
sí, fragmentos de cordón luminoso, fosforescente, el
cual, despedazado, como rebentado violentamente, se
desprendía en astillas cual un cabo compacto de hilos
eléctricos rebentados, a desprender fluidos que deberían
permanecer organizados para determinado fin. Según el
autor, ese pormenor, aparentemente insignificante, tenía
importancia capital, pues era justamente en él que se
establecía la desorganización del estado de suicida.
La médium esclarece, en una nota de pie de página, que
ese cordón fluidico magnético, que une el alma al
envoltorio carnal y le comunica la vida, solamente
deberá estar en condiciones apropiadas para de este
separarse por ocasión de la muerte natural, lo que
entonces se hará naturalmente, sin choques, sin
violencia. Con el suicidio, sin embargo, una vez partido
y no desligado, rudamente arrancado, despedazado cuando
aun está en toda su pujanza fluidica y magnética,
producirá gran parte de los desequilibrios, una vez que,
en la constitución vital para la existencia que debería
ser, muchas veces, larga, la reserva de fuerzas
magnéticas no se había extinguido aun, lo que lleva al
suicida a sentirse un "muerto-vivo" en la más expresiva
significación del término.
El autor espiritual esclarece, también, que la
transferencia de las entidades albergadas en la
institución socorrista para estratos “intermediarios” de
lo Invisible está condicionada a la desintegración de
esos fluidos. Será preciso que se desagreguen de el las
poderosas capas de fluidos vitales que le revestían la
organización física adaptadas por afinidades especiales
de la Gran Madre Naturaleza a la organización astral,
o sea, al periespíritu, las cuales en el se aglomeran en
reservas suficientes para el compromiso de la existencia
completa; que se tibían, en fin, las mismas afinidades,
labor que en la individualidad de un suicida será
acompañado de las más aflictivas dificultades, de
morosidad impresionante, para, sólo entonces, obtener
posibilidad vibratoria que le faculte alivio y progreso.¡¡¡
En cuanto a la participación del fluido vital en la
fenomenología mediúmnica, la obra describe el ambiente
mediúmnico de un grupo espírita, visitado por los
trabajadores del complejo Maria de Nazarét, y
saturado de fluidos animalizados de los médiuns y
asistentes encarnados. Tales recursos serán necesarios a
los diferentes procedimientos de socorro espiritual a
las entidades enfermas y al intercambio mediúmnico en sí
mismo. ¡v
Fluido vital en la obra de Chico Xavier
Identificamos algunas consideraciones sobre el tema
principalmente en dos obras de autoria espiritual de
André Luiz: En los dominios de la mediumnidad y Obreros
de la vida eterna.
En los dominios de la mediumnidad,
al describir el desdoblamiento del médium Antônio
Castro, el autor hace referencia al fluido vital. Sigue
el relato para mejor entendimiento:
Del tórax emanaba con abundancia un vapor blanquecino
que, acumulándose al aspecto de una nube, deprisa se
transformó, a la izquierda del cuerpo denso, en un
duplicado del médium, en tamaño ligeramente mayor.
Nuestro amigo como que se revelaba más desenvueto,
presentando todas las particularidades de su forma
física, apreciablemente dilatadas.
El director espiritual de la casa sumetía al médium a
una delicada intervención magnética que no sería lícito
perturbar o interrumpir.
El médium, así desligado del vehículo carnal, se apartó
dos pasos, dejando ver el cordón vaporoso que lo prendía
al campo somático. En cuanto el equipamiento fisiológico
descansaba, inmovil, Castro, tantea y asombrado, surgía,
junto a nosotros, en una copia estraña de sí mismo, por
cuanto, más allá de mayor en su configuración exterior,
se presentaba azulada a la derecha y anaranjada a la
izquierda. Intentó moverse, con todo, parecia sentirse
pesado e inquieto...
Clementino renovó las operaciones magnéticas y Castro,
desdoblado, retrocedió, como que yustaponiéndose
nuevamente al cuerpo físico.
Verifiqué, entonces, que de ese contacto resultó una
singular diferencia. El cuerpo carnal engullía,
instintivamente, ciertas fajas de fuerza que imprimían
manifesta irregularidad al periespíritu, absorviéndolas
de manera incomprensible para mí. Desde ese instante, el
compañero, fuera del cuerpo de materia densa, guardó el
porte que le era característico. Era, ahora, bien él
mismo, sin ninguna deformidad, leve y ágil, no obstante
prosiguiese encadenado al envoltorio físico por el lazo
vaporoso, que parecía más delgado y más luminoso, a
medida que Castro-Espíritu se movía en nuestro medio. En
cuanto Clementino lo animaba con palabras amigas,
nuestro orientador, ciertamente señalándonos la
curiosidad, se dio prisa en esclarecer:
– Con el auxilio del supervisor, el médium fue
convenientemente exteriorizado. Al principio, su
periespíritu o “cuerpo astral” estaba revestido con los
efluvios vitales que aseguran el equilibrio entre el
alma y el cuerpo de carne, conocidos aquellos, en su
conjunto, como siendo el “doble etérico”, formado por
emanaciones neuropsíquicas que pertenecen al campo
fisiológico y que, por eso mismo, no consiguen mayor
alejamiento de la organización terrestre, destinándose a
la desintegración, tanto cuanto ocurre al instrumento
carnal, por ocasión de la muerte renovadora. Para mejor
ajustarse a nuestro ambiente, Castro devolvió esas
energías al cuerpo inerte, garantizando así el calor
indispensable a la colmena celular y desembarazándose,
tanto como era posible, para entrar en el servicio que
lo aguarda. v
Destacamos del texto algunos conceptos relativos al
fluido vital:
- Asegura el equilibrio entre el alma y el cuerpo,
ofreciendo “calor” indispensable a la colmea celular.
- Corresponde a lo que algunas escuelas espiritualistas
denominan el doble etéreo.
- Se destina a la desintegración con la muerte física.
- Se forma a partir de emanaciones neuropsíquicas,
relacionadas al campo fisiológico, aunque eso no nos
parezca muy claro.
- Las fajas de fuerza, que corresponden al fluido vital,
pueden, eventualmente apartarse del cuerpo físico,
“adheridas” al periespíritu, durante el desdoblamiento
espiritual.
En el libro Obreros de la vida eterna, el autor
enaltece el valor de la exteriorización de fluidos
vitales del médium para los fenómenos de materialización,
y comenta en cuanto a la necesidad de la extinción de
los fluidos que unen el Espíritu al cadáver, para el
definitivo desligamiento periespiritual. v¡
Al describir la desencarnación de Dimas, revela, de
forma para nosotros aun poco comprendida, que parcela de
ese fluido es aprovechada en la reconstrucción del nuevo
cuerpo espiritual. Sigue el relato:
Tuve la nítida impresión de que a través del cordón
fluidico, de cerebro muerto a cerebro vivo, el
desencarnado absorvía los principios vitales restantes
del campo fisiológico. Solamente entonces noté que, si
el organismo periespirítico recibía las últimas fuerzas
del cuerpo inanimado, este, a su vez, absorvía también
algo de energía del otro, que lo mantenía sin notables
alteraciones. El apéndice plateado era verdadera arteria
fluidica, sustentando el flujo y el reflujo de los
principios vitales en readaptación. Retirada la última
vía de intercambio, el cadáver mostró señales, casi de
inmediato, de avanzada decomposición. v¡¡¡
[i] Memórias
de um suicida, parte I, cap. 6.
[iii] Memórias
de um suicida, parte I, cap. 1.
[iv] Memórias
de um suicida, parte I, cap. 6.
[v] Nos
Domínios da Mediunidade, cap. 11.
[vi] Obreiros
da Vida Eterna, cap. 14.
[vii] Obreiros
da Vida Eterna, cap. 15.