Entrevista

por Marcus Vinicius de Azevedo Braga

Una experiencia de adaptación post pandemia que merece ser divulgada

Grazielle Muzitano (arriba)
Aline Braga (al lado)

Trabajadoras en el área de evangelización infantil en la Casa Espírita Amazonas Hércules (CEAH), de Río de Janeiro (RJ), que desarrolla, desde la década de 1980, trabajos de evangelización infantojuvenil, divulgación doctrinaria y promoción social en la comunidad de Canal do Anil, en el barrio de Jacarepaguá, Aline Braga y Grazielle Muzitano son nuestras entrevistadas hoy.

Durante la pandemia, los centros espíritas tuvieron que reinventarse, manteniendo sus actividades y adaptándolas a la nueva realidad derivada de la emergencia sanitaria. De ahí surgieron innovaciones que merecen ser difundidas y discutidas, para fomentar el aprendizaje de todo el movimiento espírita. Es sobre una experiencia de adaptación de esta naturaleza de lo que trata esta entrevista.

Me gustaría, inicialmente, que hablaran de las peculiaridades de la actividad de evangelización infantil ralizada antes de la pandemia en la Casa Espírita Amazonas Hércules.

Antes de la pandemia, nuestra evangelización era totalmente presencial y se llevaba a cabo los sábados por la tarde. Atediamos a los niños divididos en grupos según la edad. La CEAH se encuentra en una comunidad muy necesitada y, además de la labor de evangelización, tenemos una extensión de asistencia social, que se refleja en la forma en que trabajamos los temas y estructuramos las clases de evangelización. La gran mayoría de los niños en edad escolar aún no dominan la lectura y la escritura, y por ello tenemos cuidado con las actividades que utilizamos, buscando formas para que todos participen, incluso sin el uso de la escritura formal. Siempre utilizamos recursos lúdicos, teatro, musicalidad, juegos e historias para trabajar el contenido doctrinario relacionándolo con la experiencia en una comunidad que carece de muchos recursos básicos.

No teníamos mucho contacto con las madres o padres, porque la mayoría de los niños llegaban solos a la evangelización. En los últimos años estuvimos haciendo campaña para organizar el registro de evangelizados con la mayor cantidad de información posible. Pudimos hacer muchos censos. La casa también cuenta con un trabajo social de entrega de canastas básicas y otras campañas que realizamos durante todo el año.

¿Cómo se estructuró la actividad de evangelización en línea en la Casa Espírita Amazonas Hércules durante el período de pandemia? ¿Y qué dificultades de implementación encontraron?

Al comienzo de la pandemia, nos quedamos un período sin evangelización. Luego surgió la idea de hacer algo online e hicimos contactos con otras casas para saber cómo estaban haciendo. Tuvimos un gran problema de falta de internet en la comunidad y no había posibilidad de usar una plataforma como Meet o Zoom. Así que decidimos usar WhatsApp porque es una herramienta accesible y viable para intercambiar mensajes.

Comenzamos planificando las clases del primer mes y preparando el material con anticipación. Ese material se entregaba a las familias siempre el primer sábado del mes, en horarios establecidos para su entrega en la CEAH, según la contraseña de la familia registrada.

Creamos un grupo de evangelización de la infancia y pusimos todos los teléfonos que habíamos conseguido en los censos realizados durante la etapa presencial. Cada sábado de entrega de material, surgían nuevas inscripciones y las familias comenzaban a buscarnos para la actualización de su registro, porque veían la importancia de esa comunicación. Utilizamos este grupo para difundir las clases, la entrega de material y hacer evangelización virtual.

Comenzamos la evangelización a través del grupo todos los sábados por la tarde. Creamos pegatinas estandarizadas que marcaban el momento de cada actividad durante la clase. Al principio, se hicieron avisos con respecto al material a utilizar, el tema de la lección, el mensaje, la música y la oración.

Luego, en la segunda parte, la clase comenzaba explorando el tema y utilizando recursos digitales como videos, juegos y conversaciones. El grupo estaba cerrado para la publicación de mensajes de los participantes y estaba abierto para momentos específicos de interacción, a lo largo de toda la clase.

En la tercera parte realizábamos una actividad, que la mayoría de las veces era impresa, enviada en el material que había sido entregado. En ese momento las familias interactuaban mucho enviando fotos de los niños realizando la actividad.

Al final, teníamos la oración de cierre y el momento de llamada donde las familias publicaban la foto de la actividad del día con el nombre y la contraseña de la familia del niño.

Todo el proceso de la clase duraba alrededor de dos horas y había una gran participación de las familias. Incluso muchos niños entraron en la evangelización durante la pandemia.

La mayor dificultad que encontramos fue la falta de internet de algunas familias. Pero muchas familias se ayudaron mutuamente y reunieron a los niños en una sola casa para asistir a la evangelización.

Otra dificultad encontrada fue la falta de evangelizadores, ya que muchos se alejaron de la casa durante la pandemia y no aceptaron evangelizar de manera virtual.

Se necesitó una planificación integrada con los evangelizadores para llenar los vacíos y en la planificación de las reuniones. Con el tiempo, el proceso se fue sistematizando y comenzamos a realizar reuniones mensuales de programación de actividades y montaje del cronograma de trabajo. Estos encuentros con los evangelizadores fueron muy importantes para fortalecer el equipo y estrechar los vínculos.

¿Cómo surgió la idea de este diseño? ¿Podría enumerar los puntos positivos y negativos de este enfoque, como un balance general?

La idea surgió de la necesidad de continuar la evangelización durante el aislamiento de la pandemia y de la observación de los intentos de otros centros espíritas para adaptar el modelo de evangelización a lo virtual. Pero teníamos una realidad más complicada, con una comunidad muy pobre y terminamos optando por adaptarnos a WhatsApp, que gasta menos datos de internet. El grupo involucrado en la organización del trabajo virtual se sintió muy amparado y contemplado por la espiritualidad de la casa.

El evangelio necesitaba ser sembrado, y para hacerlo, utilizamos los recursos disponibles, donde el amor y la fe eran herramientas indispensables para la realización de la tarea.

Los puntos positivos fueron: el uso de recursos digitales que ayudaron mucho en la comprensión de las clases y la gran participación de las familias de los evangelizados durante las clases. Las madres se acercaron mucho a los evangelizadores y a la casa espírita y conocieron de cerca nuestro trabajo. Nos dimos cuenta de que se creó un mayor vínculo entre la Casa Espírita y las familias y que ahora valoran más las clases de evangelización.

Otra ganancia fue en relación con las reuniones mensuales de planificación. Esta es una práctica que debe mantenerse para la integración del equipo de evangelizadores.

Los puntos negativos fueron: la ausencia de algunos evangelizadores, porque no se adaptaron al modo virtual y a la dificultad de internet de algunos niños.

¿Cómo fue la participación de los niños en esas actividades? ¿Pueden destacar un caso o actividad que le haya llamado la atención?

Los niños participaron mucho y las familias se acercaron a la evangelización y al trabajo de la casa espírita. Tuvimos un aumento de familias participantes durante la pandemia y, con eso, comenzamos el culto en el hogar semanal y la narración de cuentos en el grupo de evangelización. También trabajamos con algunos proyectos especiales, como "Arte en Familia", "Adviento de la Navidad", entre otros que atravesaban los módulos.

¿Cuál es su opinión sobre el futuro de las actividades online en las Casas Espíritas, con el retroceso de la pandemia?

Las actividades online son de gran importancia para la continuidad de las casas espíritas, porque aportan dinamismo y diversas opciones. Creemos que es importante tener la opción presencial, que es insustituible, combinada con algunas actividades en línea.

Entendemos que algunas actividades virtuales deben se mantenidas para fortalecer el vínculo entre la casa espírita y las familias, siendo también un canal de comunicación muy efectivo.

 

 
Traducción:
Ricardo Morante
rmorante3@yahoo.com

 

     
     

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 Revista Semanal de Divulgação Espírita