Nacida en Três Rios (RJ), donde también reside,
Maria das Graças Ribeiro Lazarini (foto) es
pedagoga y profesora jubilada. Está vinculada al
Grupo Espírita Fe y Esperanza
(GEFE),
del cual es la actual presidenta. En esta
entrevista, que gentilmente nos concedió, nos
habla del arte de servir.
¿Cómo fue su primer contacto
con el Espiritismo?
A los 8 años en reuniones en el
Centro Espírita Ivon Costa, en Juiz de Fora
(MG). Cuando pasaba las vacaciones en la casa de
los tíos que frecuentaban las reuniones
públicas, me gustaba escuchar al Sr. Izaltino
Silveira, quien casualmente era uno de los
directores de GEFE. Más tarde, a la edad de 12
años, comencé con las preguntas, porque nací en
una familia católica. A los 23 años, tras la
desencarnación de una hijita, me visitaron Tía
Araci y Sebastiana, que se criaron en el Hogar
Manoel Pessoa de Campos, amigas que me invitaron
a ir al Puesto Espírita Rita Cerqueira,
dependientes del GEFE, para tomar un pase y de
ahí no salí más, integrándome a todas las
actividades.
¿Qué es lo que más le
impresiona y le atrae en este armonioso conjunto
de enseñanzas?
La claridad y racionalidad con
que se estudian los temas contenidos en las
Obras Básicas de la Codificación realizada por
Kardec. Las enseñanzas y la moral de Cristo,
reveladas en la fuente más cristalina de las
leyes de Dios.
¿Y qué decir del arte de
servir, tan estimulado por el Evangelio y por
las propias actividades inspiradas por el
Espiritismo?
Creo que los espíritas tienen en
el arte de servir al prójimo uno de los pilares
que Jesús enseñó. Incluso ante nuestras
imperfecciones vemos una gran dedicación a la
tarea de servir, ya sea durante una simple
escucha al problema del otro, como en las
grandes obras de acogida y asistencia material.
¿Considera que los espíritas
somos muy conscientes de este arte?
¡Todavía no! Como dije, se ha
logrado mucho, pero la caminata está lejos de la
perfección. Es necesario distinguir lo que es
asistencialismo de la Asistencia Social, pero ya
hemos avanzado mucho en esa área.
¿Y cómo superar los apegos o
la vanidad e incluso el egoísmo en la vivencia
del servicio?
Creo que con Seminarios,
Encuentros y Estudios sobre cómo proceder ante
la diversidad de problemas que llegan a la Casa
Espírita, iremos limando las aristas y
modificando el ritmo de las atenciones,
inclusive aprovechando para encaminar determinados
problemas al Servicio Público, como lo estipula
la LOAS. Vemos la importancia de caminar juntos.
Sobre SAPSE - Servicio
Espírita de Asistencia y Promoción Social Espírita, estimulado
incluso por el movimiento federativo, ¿qué le
gustaría decir de su experiencia?
Como he tenido experiencia como
Secretaria de Promoción Social durante muchos
años, veo que hay una necesidad de una Asistente
Social y si fuera posible una Psicóloga al
frente del SAPSE. Muchas de las actividades
desarrolladas requieren una mirada más
profesional y derivaciones a los Servicios
Públicos como CRAS, CREAS, CAPS, CONSEJOS DE
DERECHOS, etc. También estoy a favor de invertir
en el área de generación de trabajo e ingresos,
dando la caña y enseñando a pescar. Esto es lo
que estamos desarrollando en GEFE, después de
las atenciones necesarias y esenciales.
¿Cuáles son las principales
experiencias que considera haber recogido en
esta área?
La importancia de dar dignidad
al prójimo, valorar al Ser Humano,
principalmente a través de oportunidades para
que conozcan sus derechos e inviertan en el
trabajo como medio de sostenibilidad. ¿Es
difícil? Sí, muy difícil, pero como hormigas
estamos trabajando y modificando poco a poco la
estructura familiar y social de quienes acuden a
nosotros o que conocemos por terceros de sus
necesidades básicas de protección.
De sus recuerdos en estas
experiencias, ¿qué es lo que más destaca?
Hay muchos recuerdos, sería
difícil recordar todos lo que implicaron
sentimientos de dolor, tristeza, pero algunos de
alegría al ver que, con esfuerzo, lograron
superar las dificultades y hoy sobreviven con
dignidad.
¿Algo más que quisiera
añadir?
Sólo que el Espiritismo fue un
bálsamo en mi vida y que, a través de los
estudios y la práctica de las enseñanzas de
Jesús, creo que he mejorado mi conducta en la
búsqueda de la evolución moral y espiritual.
Sus palabras finales.
Les agradezco la invitación y la
oportunidad de exponer algunas experiencias
vividas en GEFE, Casa Máter de Espiritismo en
nuestra ciudad. ¡Mucha paz, amigo!
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