Tema: Animales en Evolución
Los tres vecinos: Sol, Tófi y Tupi
¿Podría decirse que los animales solo obran por
instinto?
“Incluso ahí hay un sistema. Es verdad que en la mayoría
de los animales domina el instinto. Pero ¿no ves que
muchos obran demostrando acentuada voluntad? Es que
tienen inteligencia, pero limitada.”
El Libro de los Espíritus, pregunta
593.
¡Ustedes deben conocer a Sol, Tófi y Tupi! Ellos son
vecinos. Les explico mejor: Sol es una cachorrita negra,
muy inteligente; Tófi es su vecino, un simpático perrito
manchado que vive con Tupi, un perrito blanco adorable.
Todos están clasificados
como perros sin raza definida, los llamados mestizos,
formados por la mezcla de varias razas.
Los tres viven en la misma calle, a pocos metros de
distancia, y tienen una linda amistad. Todos los vecinos
saben que los perros son amigos y comentan, alegremente,
sobre el afecto que une a los tres animales.
Sol vive a algunas casas de distancia de Tófi y Tupi,
pero siempre que su dueña le permite jugar en la calle,
la primero que ella hace es correr hacia la casa de sus
dos amigos, ladrando en la puerta, para llamarlos a
jugar.
Los dos van corriendo a recibir a su amiga, ladrando
para poder salir y jugar. Sol hace uso de su libre
albedrío, que todos los animales tienen, escogiendo la
compañía de sus amigos, pues podría hacer lo que
quisiera en el tiempo que se queda suelta en la calle.
Sin embargo, ella siempre escoge la compañía de sus
amigos.
Los dueños de Tófi y Tupi ya habían comprendido los
lazos de afecto que unen a los tres, y permiten que
jueguen juntos en la tarde. La calle se vuelve más
iluminada con su alegría, y es maravilloso observar a
los tres perros correr, divertirse juntos, pues es
posible darse cuenta de que ellos se adoran.
Pero cuando cae la noche, es necesario volver a casa.
Sol siempre intenta dormir en casa de sus amigos, para
poder prolongar los juegos, pero su dueña no se lo
permite, pues adora a su perrita y sabe que ella
necesita descansar.
Ella sabe que los animales también se cansan, sienten
dolor y, aunque no tengan pensamiento continuo como los
seres humanos, piensan y tienen inteligencia,
entendiendo lo que pasa a su alrededor. Los animales son
un principio espiritual, tienen periespíritu y
reencarnan, pues están dotados de una individualidad
inmortal, que evoluciona, rumbo a la perfección.
Sol es un ejemplo de la individualidad del principio
inteligente que son los animales, y que están en
diferentes grados evolutivos: ella es adorable, amiga de
todos los animales de la calle. Sol también se relaciona
de forma amigable con los otros animales y las personas,
y acostumbra ir a saludar a Chiquinho con “besitos
cariñosos”. Francisco, como también es conocido el amigo
de Sol, es un poodle blanco que vive cerca de su casa,
pero que debido a su fragilidad física no puede salir a
jugar a la calle, pero se pone muy contento, cuando, a
través de la cerca, recibe el cariño de su amiga.
¿Pero por qué sufren los animales? Ellos no enfrentan
sufrimientos físicos para expiar sus errores, sino como
prueba, para activar su progreso, a través del despertar
de las sensaciones y de los sentimientos. Así como
nosotros, ellos son creados por Dios, son nuestros
compañeros de jornada, merecen ser respetados y amados
por todos.
Los dueños de Sol, Tófi y Tupi saben que los animales
piensan, tienen voluntad propia y su compañía es un
regalo de Dios a los seres humanos. A través de la
convivencia con las mascotas Dios permite que las
personas y los animales puedan acelerar la evolución, y
por eso agradecen a Dios Padre la amistad, el cariño y
el respeto que unen a los tres vecinos, sirviendo de
ejemplo para todos los seres vivos.
(Historia de Claudia Schmidt, basada en
hechos reales, publicada en el sitio web
searadomestre.com.br)
Traducción:
Carmen
Morante
carmen.morante9512@gmail.com
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