Visitando el compendio de las palabras - el diccionario
-, obsesion significa: (1) 1.
Impertinencia, persecución, vejación. 2. Fig.
Preocupación con determinada idea, que domina enfermiza
el espíritu, y resultante o no de sentimientos
enfernizos; idea fija; mania.
Esta es la visión bien resumida del punto de vista
académico, materialista, que puede contemplar la
existencia de la conducta obsesiva a través de dos
procesos: originada entre dos o más personas, que se
persiguen, mutuamente o no, u oriunda apenas del propio
individuo, sobre sí mismo. En cualquiera de los dos
casos teniendo siempre por causa las mentes en temporal
desaliño de los envueltos, sea por el motivo que fuera.
En principio, bajo este enfoque, no hay cualquier
interferencia espiritual en el proceso, pudiendo ser
vista como una auto-obsesión, caso el obsesado se
imponga este cuadro a través de sus manias o extrañezas,
o por una obsesión entre individuos.
Como ejemplos de un caso envolviendo a más de una
persona se puede citar la situación del amor enfermo
existente por el obsesor por otra persona, generando
celos excesivo sin ninguna razón, provocando el control
por parte del obsesor de la vida del otro – por medio de
uniones o mensajes recurrentes -, además de eso, el
sentimiento de miedo o tensión puede surgir en función
del distanciamiento de la persona obsesada. Hay también
la obsesión provocada por la persecución en el ambiente
de trabajo, o incluso familiar.
Entre tanto, considerando el enfoque espiritualista,
particularmente espírita, este concepto es
considerablemente más ampliamente, pues admite, y
demuestra, la posibilidad de actuación de entidades
desencarnadas en estos procesos patológicos.
Estos asedios espirituales siempre existirán, no son
novedades, con todo, fueron desvelados y presentados
claramente a la Humanidad cuando hubo la divulgación de
la Doctrina Espírita en el siglo XIX. Tal vez el primer
intento de conceptuación del significado de la obsesión
espiritual, esté registrado en esta cita: (2)
Uno de los mayores escollos de la mediumnidad es la obsesión,
esto es, el dominio que ciertos Espíritus pueden ejercer
sobre los médiuns, imponiéndoseles bajo nombres
apócrifos e impidiendo que se comuniquen con otros
Espíritus.
Por esta definición, Allan Kardec restringió el proceso
apenas en relación a los médiuns que se relacionan,
naturalmente, con los desencarnados, pues en esta obra,
estaba discurriendo sobre las dificultades en el
ejercicio de la mediumnidad. Resaltamos que los
Espíritus obran de forma impositiva, y, como se sabe,
ahora presentandose a pesar de la voluntad del médium,
ahora intentando engañar por medio de identidades
falsas. En este último caso, podríamos hacer una
analogía con conocidas conductas criminales y decir que
sería una especie de estelionato espiritual.
Una significação mas detallada del fenómeno obsesión
está contenida en la segunda obra básica del
Espiritismo: (3)
[...] dominio que algunos Espíritus logran adquirir
sobre ciertas personas. Nunca es praticada sino por los
Espíritus inferiores, que procuran dominar. Los buenos
Espíritus ningún obstáculo infringen. Aconsejan,
combaten la influencia de los malos y, si no los oyen,
se retiran. Los malos, al contrario, se agarran a
aquellos de quien pueden hacer sus presas. Si llegan a
dominar a alguno, se identifican con el Espíritu de este
y lo conducen como si fuera verdadera criatura.
En relación a este segundo significado, se destaca la
posibilidad del proceso obsesivo aun refiriendose a los
médiuns, pues este capítulo trata de los escollos en la
práctica del Espiritismo, contenido en El Libro de
los Médiuns.
Más allá de eso, precisamos siempre tener en mente que,
el buen Espíritu es aquel que ya posee un razonable
entendimiento de las Leyes de Dios, obtenido,
evidentemente, a costa de sus propios esfuerzos en
aprenderlas. Pasa a viver y aplicar tales principios en
sus jornadas evolutivas, concediéndole un buen estado de
educación moral. No fue creado bueno por Dios, jamás, al
contrario, adquirió esta condición por sus continuadas
conquistas morales y éticas realizadas a lo largo de sus
muchas existencias.
Por otro lado, el Espíritu inferior es aquel que no
adquirió, hasta el momento, este grado de evolución
moral y ético, rigiendo su vida, en consecuencia, bajo
los postulados que considera justos según su aun
mezquino y limitado punto de vista. Esos son Espíritus
aun relativamente ignorantes, con todo, también
llegarán, según su propio empeño, a un estado espiritual
más elevado, cuando, entonces, serán también llamados
como buenos Espíritus. Todavía, por ahora, o sea,
temporalmente, son vistos como Espíritus malos. Cabe
recordar aun sobre la posibilidad de los malos Espíritus
sean muy inteligentes, preparados, perspicazes y
astutos, por cuanto, el avance moral, que aun no
conquistaron, no siempre acompaña inmediatamente el
progreso intelectual que ya pueden haber realizado.
Hay también, al final, la sorprendente información sobre
la posibilidad del médium obsesado sea literalmente
comandado en sus actos y pensamientos.
Ya en la tercera obra fundamental se tiene: (4)
La obsesión es la acción persistente que un Espíritu
malo ejerce sobre un individuo. Presenta caracteres muy
diversos, desde la simple influencia moral, sin
perceptibles señales exteriores, hasta la perturbación
completa del organismo y de sus facultades mentales.
Ahora el Codificador resalta la posibilidad de la
obsesión presentarse continuamente, alcanzando al
obsesado por un tiempo más largo, alcanzándolo
profundamente, y como consecuencia, tanto el cuerpo
físico, como la capacidad de juicio de la víctima.
En otra obra básica, la última, Allan Kardec así definió
el mecanismo: (5)
Se llama obsesión a la acción persistente que un
Espíritu malo ejerce sobre un individuo. Presenta
caracteres muy diferentes, que van desde la simple
influencia moral, sin perceptibles señales exteriores,
hasta la perturbación completa del organismo y de las
facultades mentales. Ella anular todas las facultades
mediúmnicas.
Observese en esta otra concepcción del Padre del
Espiritismo kardecista, el destaque al perjuicio para el
buen ejercicio de la facultad mediúmnica, y,
consecuentemente, para las actividades mediúmnicas que
no podrán desenvolverse adecuadamente en cuanto sus
portadores intentan ejercer prisioneros de algún proceso
obsesivo.
Ya en Obras Póstumas, hay también este
significado bien conciso: (6)
La obsesión consiste en el dominio que los malos
Espíritus asumen sobre ciertas personas, con el objetivo
de esclavizarlas y someterla a la voluntad de ellos, por
el placer que experimentan en hacer el mal.
En esta otra, el maestro de Lyon apunta una nueva
motivación de actuación de los posibles obsesores: la
simple satisfacción en la prática del mal. Nada que
extrañar, pues el Espíritu al desencarnar, se fue malo
durante su caminata en una existencia material,
permanecerá mal en el otro lado de la vida, buscando los
medios de satisfacer su mala índole.
Es interesante enfatizar que, aunque estas definiciones
espíritas destaquen el acontecimiento de la obsesión
relacionada a la práctica de la mediumnidad, ella no se
aplica apenas a los médiuns, sino a cualquier ser
humano. Se puede verificar este entendimiento más amplio
en los escritos del propio Codificador cuando afirma que
el fenómeno obsesión puede ocurrir en cualquiera: (7)
Un hecho importante a considerar es que la obsesión,
cualquiera que sea su naturaleza, es independiente de la
mediumnidad, y que ella se encuentra, en todos los
grados, principalmente del último, en gran número de
personas que nunca oyeron hablar de Espiritismo.
Cuando Allan Kardec se refiere al último grado de la
obsesión, significa la subyugación y, más allá de esta,
hay también la obsesión simple, la fascinación y la
posesión, siendo estas las principales variedades.
Por último, pero no que esta sea la última definición,
pues se puede encontrar, eventualmente, otra en las
obras doctrinarias, tenemos: (8)
La obsesión es la acción casi permanente de un Espíritu
extraño, que hace que la víctima sea inducida, por una
necesidad incesante, a obrar en ese o en aquel sentido,
a hacer tal o cual cosa.
El concepto de obsesión, según el Espiritismo, está
razonablemente alineado con la noción trivial que
tenemos sobre este fenómeno, con la diferencia
fundamental de que el Espiritismo dilata este
entendimiento, volviéndolo oceánico, al apuntar la
posibilidad de la obsesión ser practicada por los
llamados muertos, junto a los aun vivos, y vice-versa,
desvelando un escenario mucho más amplio y profundo en
el trato de la cuestión, en relación a las restrictas
propuestas que no admiten la continuidad de la vida,
mucho menos la inmortalidad del alma.
Aunque no se pueda concluir directamente por las
definiciones citadas, hay también la intrigante
auto-obsesión, contemplada en los significados del
diccionario por el sentido figurado del proceso. Esta
sólo puede ser superada, caso el acometido por este mal,
aprenda a conducirse conforme los principios divinos,
dejando de lado las prácticas sustentadas por su
monoideísmo, que pueden llevar al incauto fácilmente a
las rayas de la locura.
De lo expuesto, se percibe que la problemática de la
obsesión es un asunto importante y, algunas veces,
complejo, con gran literatura espírita sobre el tema.
Por ahora, vista todas estas ligeras observaciones deben
servir apenas para llamarnos la atención para las
múltiples facetas del proceso, con posibilidad de
alcanzarnos siempre que estuviéramos invigilantes y
descuidados con nuestra vida mental y moral, además de
eso, cuando dejamos que la vanidad y el orgullo guien
nuestras acciones.
Que estamos en un mundo de pruebas y expiaciones, no hay
escudo absoluto contra los obsesores, excepto aquel
construido por la vida recta y sin manchas, sin deslices
y, principalmente, sin ofensas al prójimo, de modo a
evitar venganzas futuras. Tarea difícil de ser
alcanzada, pero no imposible. Intentemos al menos, y, si
el fracaso nos alcanzara, levantemos las rodillas
desensablados y sigamos al frente, jamás desanimarnos.
Siempre es tiempo de comenzar a leer los relatos
ofrecidos por la espiritualidad sobre este palpitante
tema.
No más, es vivir y aprender, experimentar y crecer, todo
bajo la égide de Nuestro Señor Jesucristo.
Referências:
1 HOLANDA,
A. Buarque de. Novo Dicionário Aurélio da Língua
Portuguesa. Revista e aumentada. 2. ed. Rio de Janeiro:
Editora Nova Fronteira,1986.
2 _________. O
que é o Espiritismo. Tradução da Redação de
Reformador em 1884. 56. ed. 1. imp. Brasília: FEB, 2013.
Escolhos da mediunidade. cap. II. it. 70.
3 _________. O
Livro dos médiuns. Trad. de Guillon Ribeiro. 54 ed.
Rio de Janeiro: FEB, 1987. Da Obsessão. cap. 23. it.
237.
4 _________. O
Evangelho segundo o Espiritismo. Trad. Guillon
Ribeiro. 131. ed. 6. imp. Brasília: FEB, 2015. cap. 28,
item 81.
5 _________. A
Gênese. Trad. de Guillon Ribeiro. 53 ed. 1 imp.
[Edição Histórica]. Brasília: FEB, 2013. Obsessões e
possessões. cap. 14, item 45.
6_________. Obras
póstumas. Trad. Guillon Ribeiro. 22 ed. Rio de
Janeiro: FEB, 1987. Primeira parte, VII. Da obsessão e
da possessão. it. 56.
7 _________. O
que é o Espiritismo. Tradução da Redação de
Reformador em 1884. 56. ed. 1. imp. Brasília: FEB, 2013.
Escolhos da mediunidade. cap. II. it. 76.
8 _________. Revista
Espírita: jornal de estudos psicológicos. ano 1. n.
10. out. 1858. Obsidiados e subjugados. Trad.
Evandro Noleto Bezerra. 4. ed. 1. imp. Brasília: FEB,
2019.