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Kardec y la cuestión del momento
de unión del Espíritu al cuerpo - Parte 2
e final |
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En cuanto al periodo de perturbación, ese tema es
complejo, razón por la cual mereció, de nuestra parte,
una investigación específica, cuyo resultado presentamos
en nuestro e-book La Perturbación Durante la Vida
Intrauterina (1).
353. Una vez que la unión del Espíritu al cuerpo sólo
se completa definitivamente después del nacimiento, ¿se
puede considerar el feto como dotado de alma?
“El Espíritu que lo va a animar existe, de cierto modo,
fuera de él. El feto no tiene, a bien-decir, un alma,
ya que la encarnación está apenas en vía de operarse. Se
encuentra, no obstante, unido al alma que vendrá a
poseer.” (2) (itálico del original, negrita
nuestra)
Si ocurrió la unión del Espíritu en la concepción y el
cuerpo pasó a ser formado sobre el “comando” del
periespíritu, s.m.j., entendemos que podemos sí, decir
que él tiene alma, pues el cuerpo espiritual es parte
integrante de él.
350. ¿Cómo explicar la vida intrauterina?
“Es la planta que vegeta. La criatura vive la vida
animal. El hombre posee en sí la vida animal y la vida
vegetal que, por su nacimiento, se completan con la vida
espiritual. (3)
Antes fue dicho que la criatura vive como las plantas,
ahora tenemos un mayor desenvolvimiento de la
explicación. Sin embargo, decir que la vida se completa
con la vida Espiritual por su nacimiento, y, a nuestro
sentir, mantener el tenor de la idea anterior, contra
los hechos que surgen de las investigaciones con la
regresión de memoria.
356. ¿Habrá natimuertos que no hayan sido
destinados a la encarnación de Espíritus?
“Sí, hay los que jamás tuvieron un Espíritu destinado
a sus cuerpos. Nada debía cumprirse en ellos. Es
solamente en función de sus padres que esas criaturas
vienen al mundo.”
356-a. ¿Un ser de esa naturaleza puede llegar hasta
el final de la gestación?
“Sí, algunas veces, pero no vive.”
356-b. De ese modo, toda criatura que sobrevive al
nacimiento tiene, necesariamente, un Espíritu encarnado
en ella?
“¿Que sería de la criatura sin el Espíritu? No
sería un ser humano.” (4) (itálico del
original, negrita nuestra)
Siempre veíamos el conjunto de esas respuestas como algo
bien extraño, especialmente, en relación a existir
cuerpos sin que fuese designado un Espíritu. Entre
tanto, si tomamos de la idea anterior, que apuntaba para
la unión en el momento del nacimiento, es fácil entender
lo que estaban queriendo decir. Sin embargo, como el
cambio de pensamiento, ya no tiene más sentido mantener
la idea de que hay cuerpos sin Espíritu que le fuera
designado.
359. En el caso en que el nacimiento de la criatura
pusiera en peligro la vida de la madre de ella, ¿habrá
crimen en sacrificar la criatura para salvar a la madre?
“Es preferible sacrificar al ser que aun no existe a
sacrificar al que ya existe.”
La respuesta a la pregunta 359 es la vuelta al concepto
anterior sobre el momento de la unión. ¿Por qué fue
dicho “Es preferible sacrificar al ser que aun no
existe”? Simplemente, por mantener el entendimiento
anterior, lo que era vigente en 1858, conforme
mencionamos en la pregunta 28, constante de la Revista
Espírita 1858, por la cual el espíritu era unido al
cuerpo en el momento del nacimiento y no en la
concepción como fue dicho en la 2ª edición.
En el tópico “Conversacioness
familiares de más allá-de
la tumba”
publicado en la Revista
Espírita 1860, mes
de junio,
tenemos el relato
de
la
manifestación de
la
Sra. Duret, evocada días
21 y 25
de mayo, en la
casa de Allan Kardec. Veamos la pregunta 38
por cuenta
de
la
nota de Allan Kardec:
3. En cuanto se consumaba el fenómeno de la muerte,
¿tenéis la conciencia de lo que pasaba en vuestro
cuerpo? – R. Ninguna. Dios, que es bueno para todas sus
criaturas, quiere ahorrar al Espíritu las angustias de
ese momento; por eso, le retira todo recuerdo y toda
sensación.
Nota.
Este hecho, que siempre nos fue confirmado, es análogo
al que pasa en la reentrada del Espíritu al mundo
corpóreo. Se sabe que, desde el instante de la
concepción, el Espíritu designado para habitar el cuerpo
que debe nacer, está tomado por una perturbación,
que va creciendo a medida que los lazos fluidicos, que
lo unen a la materia, se aprietan, hasta las
proximidades del nacimiento; en este momento, pierde
igualmente toda la conciencia de sí mismo, y no comienza
a recobrar sus ideas sino en el momento en que la
criatura respira; es sólo entonces que la unión entre el
Espíritu y el cuerpo está completa y definitiva. (5)
(negrita nuestra)
Todo parece “cierto”, entre tanto, al afirmarse que “el
Espíritu designado para habitar el cuerpo que debe
nacer” trae el punto de vista antiguo, una vez que en el
momento de la concepción cuando el Espíritu es unido,
aun no hay un cuerpo, su formación se inicia a partir
de ese “mágico” instante.
El 15/01/1861, Allan Kardec publica la primera edición
de El Libro de los Médiuns, del cual
destacamos de la 2ª parte, cap. XXV, del ítem 283, la
siguiente pregunta:
51. ¿Se Puede evocar un Espíritu cuyo cuerpo aun se
encuentre en el vientre materno?
“No; sabeis perfectamente que en ese momento él se
encuentra en estado de completa perturbación.”
OBSERVACIÓN – La encarnación sólo se vuelve definitiva
en el momento en que la criatura respira. Sin embargo, desde
la concepción del cuerpo, el Espíritu designado para
animarlo es tomado por una especie de perturbación
que aumenta a medida que el nacimiento se aproxima,
quitándole la conciencia de sí mismo y, por consiguiente,
la facultad de responder. (Véase El libro de los
espíritus, Retorno a la vida corporal – “Unión del
alma al cuerpo”, pregunta 344.) (6) (itálico
del original, negrita nuestra)
Vale lo mismo nuestro comentario anterior.
En la Revista Espírita 1861, mes de junio,
tenemos registrado el mensaje titulado “El desenfreno”,
dictado por el Espíritu Felícia, de la cual resaltamos
el siguiente trecho, por tener relación con nuestro
tema:
[…] Si os es dado reproducir la especie humana, es
porque millares de Espíritus errantes esperan en el
espacio la formación de los cuerpos de los cuales tiene
necesidad para recomenzar su prueba, y que usando
vuestras fuerzas en las innobles voluptosiedades, ir al
contrario de los objetivos de Dios, y vuestro castigo
será grande. Desterrar, pues, esas lecturas, de las
cuales no sacáis ningún fruto ni para vuestra
inteligencia, ni para vuestro perfeccionamiento moral.
[…].
Sigue la siguiente nota del Codificación:
¿No hay alguna cosa de profundo y de sublime en esa idea
que da, a la reproducción del cuerpo, un objetivo tan
elevado? Los Espíritus errantes esperan esos cuerpos, de
los cuales tienen necesidad para su propio
adelantamiento, y que los Espíritus encarnados están
encargados de reproducir, como el hombre espera el
producto de la reproducción de ciertos animales para
vestirse y alimentarse. (7) (negrita nuestra)
Continua con la idea de la unión con el cuerpo formado,
hecho que solamente ocurre cerca de 40 semanas después
de la concepción.
En la obra Qué es el Espiritismo sólo a
partir de la 3ª edición, publicada en septiembre de
1862, es que la nueva información es registrada:
89. ¿Cómo y en qué momento se opera la unión del alma
al cuerpo?
Desde la concepción,
el Espíritu, aunque errante, está, por un cordón
fluídico, preso al cuerpo con el cual se debe unir. Este
lazo se estrecha cada vez más, a medida que el cuerpo se
va desenvolviendo. Desde ese momento, el Espíritu siente
una perturbación que crece siempre; al aproximarse al
nacimiento, ocasión en que ella se vuelve completa,
el Espíritu pierde la conciencia de sí y no recobra las
ideas sino gradualmente, a partir del momento en que
la criatura comienza a respirar; la unión entonces es
completa y definitiva. (8) (negrita
nuestra)
Entoces, tenemos que la unión es hecha en la concepción,
pero el “acoplamiento completo”, si podemos así
expresar, del Espíritu a su cuerpo físico sólo termina
cuando el nacimiento.
Referências bibliográficas:
KARDEC, A. O Livro dos Espíritos:
Primeira Edição de 1857. São Paulo: IPECE, 2004.
KARDEC, A. O Livro dos Espíritos.
Brasília: FEB, 2013.
KARDEC, A. O Livro dos Médiuns.
Brasília: FEB, 2013.
KARDEC, A. O Que é o Espiritismo.
Rio de Janeiro: FEB, 2001.
KARDEC, A. Revista Espírita 1858.
Araras (SP): IDE, 2001.
KARDEC, A. Revista Espírita 1860.
Araras (SP): IDE, 2000.
KARDEC, A. Revista Espírita 1861.
Sobradinho (DF): Edicel, 2012.