Tema: Buenas propuestas;
disciplina
Promesas de Año Nuevo
Era el día 31 de
diciembre y los hermanos Luiz y Luca estaban en la
cocina preparando una cena especial. Toda la familia
estaba reunida y cada uno hacía su parte para que todos
tuvieran una linda cena.
Mientras trabajaban,
conversaban:
- ¡Gracias a Dios este
año fue muy bueno! – dijo Lucas, el hermano más joven. –
Conseguí terminar mi curso y además tuve una buena nota
en el examen final. Ahora puedo ser promovido en la
empresa y hasta conseguir un mejor empleo. Me
dediqué mucho, ¡pero valió la pena!
- Qué bueno que seas
feliz, Luca – dijo Luiz, mientras echaba harina en un
molde. - ¡Yo no! A
decir la verdad, hoy me quedé muy desanimado.
- ¿Pero por qué, Luiz? Tú
acostumbras a adorar esta época de fiestas y preparar
estas comidas deliciosas que haces como nadie.
- Sí lo adoro... Cocinar
y pasar el año nuevo con toda la familia, pero esta vez
solo consigo pensar en las promesas que hice el año
pasado. Dije que hacía más ejercicios, que leería más
libros, que sería más paciente, más organizado con mi
tiempo… Hasta me esforcé por algunos días, pero acabé
volviendo a mis viejos hábitos. Ahora que el año
terminó, me di cuenta de que no hice casi nada de lo que
me había propuesto.
Luca pensó un poco
mientras lavaba las verduras. Al final, dijo a su
hermano:
- Luiz, en vez de pensar
en lo que te gustaría haber hecho, ¿qué tal pensar en lo
que vas a hacer de hoy en adelante? Mañana comienza un
año nuevo. Cada minuto, cada día, cada año son nuevas
oportunidades de renovar nuestras propuestas y nuevas
chances para realizarlo. Ahora ya tienes más vivencias
que las del año pasado, más conocimiento de lo que sí y
no funciona para ti. Vas a tener más chanches de acertar
esta vez. Rehaz tus planes, hermano, ¡y vamos para
adelante!
A Luiz le gustó lo que
Luca dijo. Se sintió motivado para tener un óptimo año
nuevo. Volver a los días que habían pasado no era
posible, pero sí aprovechar lo que vendrían.
- Tienes razón, Luca.
¿Cuándo fue que te volviste así de sabio, ah? – preguntó
Luiz, en broma.
- Viviendo y aprendiendo,
¿no? – dijo Luca, sonriendo, mientras abría el horno
para que su hermano colocara la torta que había
terminado de preparar.
- ¡Eso va a ser una
delicia, Luiz! – continuó Luca. – Creo que voy a poner,
en mis propuestas de año nuevo, aprender algunas recetas
contigo.
- ¡Qué bueno! Vamos a
cocinar juntos, entones. Voy a enseñarte mis secretos. Y
te voy adelantando que lo principal es la sal, en la
medida correcta.
- ¡Genial! ¡Pero no
olvidas que mi “secreto” principal es la disciplina! Voy
a empujarte a la cocina, cada vez que nos juntemos.
- ¡Perfecto, Luca! ¡Voy a
tener que aprender tu “secreto” también! Esta receta
tiene todo para que funcione: ¡sal em la comida y
disciplina en la vida!
En esa noche, los
hermanos comieron bien, se rieron y se divirtieron con
toda la familia. Cuando los fuegos artificiales
comenzaron a aparecer en el cielo, Luiz y Luca se
abrazaron con alegría y esperanza, listos para vivir un
año nuevo muy feliz.
(Texto de Lívia Seneda)
Traducción:
Carmen
Morante
carmen.morante9512@gmail.com
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