Nacida en Juiz de Fora (MG), donde también
reside, Marize Aparecida Bastos Freesz (foto) es
farmacéutica bioquímica y ex empleada de la
Universidad Federal de Juiz de Fora, actualmente
jubilada. En las lides espíritas, participa en
las actividades del Centro Espírita Ivon Costa,
en su ciudad, y participa en el movimiento
espírita como conferencista y en la conducción
de un grupo de estudios en línea. Su enfoque
principal han sido las canciones para la
evangelización infantil y la narración de
cuentos para adultos y niños, un tema sobre el
que nos habla en esta entrevista:
¿De dónde viene su interés en la narración de
historias?
Como tengo algunos dones
artísticos, me pareció interesante y útil
aprovecharlos contando historias. Canto y toco
el ukelele, confecciono varios materiales
lúdicos para adaptarlos a la narración de
historias y también trabajo con títeres. Uno de
mis objetivos con la narración de cuentos era
desarrollar la oratoria y conocer los libros.
Fue un desafío que acepté, antes presencialmente
en tres centros espíritas y luego en línea
durante la pandemia.
¿Cómo se dio cuenta de que
podía utilizar contenidos doctrinarios en esa
dirección?
Siempre me ha gustado leer y
estudiar los libros espíritas. La literatura
espírita es muy rica en cuentos para adultos y
no sólo para niños. Empecé a seleccionar
historias y adaptarlas. Aprendí mucho en este
trabajo con las historias, con la técnica
y también con el público. Fue muy gratificante.
¿Considera que su contacto
con el Espiritismo, cuando lo conoció, tuvo
alguna influencia en esa trayectoria?
¡Sí! El conocimiento de la
Doctrina Espírita me motivó. Contar historias de
contenido doctrinario espírita sería una forma
de divulgar la
doctrina y también de aprender siempre más.
Necesitaba ampliar mis dones, pero también todo
lo que venía aprendiendo con los libros. El
contacto con el Espiritismo sí influyó mucho en
esta trayectoria.
El hábito de leer y estudiar
siempre ¿la conecta al deseo de utilizar estos
contenidos en la narración de historias?
No son todas las historias
que leo y estudio en libros pueden ser
adaptadas. Elegir y adaptar una historia es un
trabajo juicioso. Además, el contador de
historias necesita que le guste y se comprometa
con la historia, además de tener la percepción
de que al público le va a gustar. De todos
modos, se necesita conocer los libros y las
historias, gustar y percibir. Implica
sensibilidad y también, en mi caso,
mucha creatividad.
¿Y lo hace tanto para adultos
como para niños? Y para la adaptación a
diferentes grupos de edad, ¿qué criterio básico
utiliza?
Cuando cuento una historia
es para un grupo de edad muy amplio. Niños de diversas
edades, jóvenes, madres y abuelas se reúnen en
la sala. Contar historias a un público así fue
un desafío desde el principio. Pensé: ¿cómo
contar historias que agraden a todas las edades,
si el nivel de comprensión es diferente y el
lenguaje no es el mismo? Entonces empecé a usar
un lenguaje más sencillo, pero no tan infantil y
lo lúdico ayudó mucho, porque todos sentían
curiosidad por las figuras, los títeres y otros
materiales que yo adaptaba en las historias.
También les encanta la música de la
evangelización infantil.
Usando recursos que
contribuyan al enriquecimiento de la narración, ¿cuáles
considera que tienen más efecto en los niños? ¿Y
en los adultos?
Tanto a los niños como a
los adultos les encantan los títeres. Los niños
durante y después de la historia a menudo
interactúan con ellos hablando y tocando los
muñecos. Pero todos los objetos escénicos
despiertan interés: caritas con expresiones de
sonrisa, ira, tristeza; figuras de animales,
proyecciones en Power Point, teatro de sombras,
etc. Es un mundo nuevo, especialmente para los
niños. También he trabajado la narración de
historias espíritas utilizando los objetos
escénicos con cerca de 30 personas sin hogar que
fueron evangelizadas en uno de los Centros
Espíritas al que fui invitada a hacer este
trabajo. A ellos les gustaba mucho
e interactuaban durante las historias.
Prefiriendo las obras de
Chico Xavier para esta actividad, ¿qué autor espiritual
es el más práctico para adaptar en esta
dirección? ¿Es por el estilo o por el contenido?
Mi preferencia es el autor
espiritual Neio Lúcio, especialmente los libros Alborada
Cristiana y Jesús en el Hogar.
También he utilizado algunos textos de Humberto
de Campos. Mi criterio para seleccionar las
historias es el nivel de comprensión del público
que tiene que ver con el estilo de la historia.
Las de Neio Lúcio son óptimas en este sentido
para el amplio público con el que trabajo.
Algunas historias de Humberto de Campos serían
más para el público adulto.
¿Cómo siente la repercusión
de los diferentes públicos?
Evangelizadores, niños, jóvenes,
madres y a veces incluso algunos padres y
también abuelos, además de las personas sin
hogar, son receptivos a las historias que yo
preparo para contar. Durante un corto tiempo que
va desde alrededor de 5 hasta un máximo de 10
minutos, lo que veo ante mí son miradas curiosas
y atentas, porque contar una historia despierta
la atención. He escuchado comentarios positivos
de los oyentes de las historias.
De sus recuerdos, ¿cuál es el
más emocionante?
Una vez conté un cuento de
Navidad en un Centro Espírita donde había un
niño hiperactivo, un niño muy agitado. En el
momento de la historia, se calmó y luego
interactuó con mucha calma con el muñeco que
llevé para contar la historia. Otra situación
que me marcó fue el trabajo con las personas sin
hogar, que viven en la calle. Nunca había
interactuado con ese público y aprendí mucho de
esa experiencia.
¿Algo más que añadir?
Es un trabajo gratificante, hay
momentos en los que nos divertimos junto con el
público. No hay nadie a quien no le guste
escuchar una buena historia contada con amor.
Todos nosotros somos narradores de historias, ya
sea contándolas a nuestros hijos, contando un
caso a familiares o amigos. La narración de
historias nos acerca y nos trae buenos
recuerdos. En el caso de las historias espíritas
existe el noble propósito del aprendizaje
doctrinario.
Sus palabras finales.
Agradezco la invitación para hablar en esta
entrevista sobre este trabajo que hago con amor.
Que surjan otros narradores de historias para
sumar. Muchos tienen este don, que debe ser
despertado. Jesús necesita obreros en su siembra
y hay muchos hermanos que necesitan el pan
espiritual. Hay mucho servicio por hacer y
contar historias es una oportunidad provechosa
para trabajar para Jesús.
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