Entrevista

por Orson Peter Carrara

¡Amabilidad, cortesía, delicadeza! Estas virtudes están a nuestro alcance

Nacida en Natal (RN) y residente en Jaboticabal (SP), Sonia Monteiro Pavanelli (foto) es licenciada en Periodismo y Letras y participa en el Grupo de Estudios Espíritas O Consolador, en la ciudad donde reside, donde se desempeña en las actividades de estudios en línea, además de Evangelización Infantil en el Orfanato y Momento de Reflexión Espírita para empleados del Hospital y Maternidad Santa Isabel,  y el Evangelio en plaza pública para personas sin hogar. También conduce estudios espíritas en la institución. Invitada a un programa de televisión en Matão (SP), abordó el tema de las virtudes destacadas en el título de esta entrevista. La entrevistamos sobre esas virtudes:


En un enfoque reciente para un programa de televisión, abordó el tema de la amabilidad. ¿Por qué este asunto llama su atención?

Porque no siempre puedo ser amable. Mi vínculo con el Espiritismo es siempre de atención a mis propias necesidades de transformación. Antes de hablar con el otro, es necesario hablar consigo mismo.

¿Define usted un despliegue de esta virtude?

La bondad exige vigilancia y oración para ser ejercida. Y cada vez que activamos la voluntad, movilizamos todos los demás atributos del Espíritu que somos: pensamiento, libre albedrío, conciencia. Es, de hecho, el impulso de un poderoso circuito de transformación de energía.

¿La cortesía y la delicadeza se suman a ella o tienen el mismo significado? ¿Podemos notar la diferencia?

Si vamos a investigar la etimología de cada palabra, seguramente encontraremos diferencias. Pero creo que el valor de lo que sentimos es más sagrado que cualquier palabra y su origen. Como cita en el Evangelio, en el capítulo XI, ítem 8, el sentimiento es siempre más instruido y purificado. Y cada vez que voluntariamente enfrentamos una mala inclinación, produciendo amabilidad, cortesía, delicadeza, estamos instituyendo una virtud, estaremos construyendo un sentimiento.

¿Dónde está la esencia de esta virtud?  

Creo que está la recomendación de Jesús, de hacer a los demás lo que nos gustaría que nos hicieran a nosotros. Nuestro origen es divino y las Leyes Divinas están en código en nuestra conciencia. Por eso, cuando nos alejamos de ellas, con groserías, falta de delicadeza, nos sentimos tan mal. La impresión desagradable, sombría, susceptible, malhumorada es la incompatibilidad con lo que es de origen divino. Recordando siempre que lo que sale de la boca es lo que llevamos en el corazón, es decir, en el alma, en nuestras emociones. Y lo más importante, está bajo nuestro poder elegir la calidad del "alimento" emocional y espiritual que cultivaremos dentro.

¿Considera que ella es escasa entre nosotros o existe discretamente en las relaciones?  ¿Por qué?

¡Ambos! ¡El bien está en nosotros! ¡El deseo de ser bueno está en nosotros! ¡Y el bien es más fuerte, luminoso y reconfortante que el mal! En mi percepción, lo que ha ocurrido es un oscurecimiento de nuestras bellezas divinas. Hemos sofocado nuestro potencial. Y esto ha sucedido porque nos hemos distraído mucho con el materialismo, confundiéndonos al tratar como valores eternos lo que es efímero y tratar como inexistente / invisible / prescindible lo que es del Espíritu. ¿A quién no le gusta ser tratado con cortesía, con respeto, con aprecio?

¿Por qué ha sido más fácil acudir a la agresividad en lugar de cultivar esas virtudes?

Vuelvo a la cuestión de la falta de vigilancia. La recomendación de Jesús es muy clara: orad y vigilad.  Cuando hablo de vigilancia, hablo de autoconocimiento, de que recordemos, todos los días, que somos seres espirituales en la experiencia material y no al revés. Por eso es necesario beber diariamente en la fuente cristalina del Evangelio de Jesús, de llevar a cabo la caridad (en su comprensión más profunda, saliendo del "dar cosas" para sentir la transformación causada por el movimiento en la realización del bien), de mirarse a sí mismo y al otro en una relación de Espíritu a Espíritu. Ya no de cuerpo a cuerpo. Es necesario despertar.  

¿Existe una técnica para desarrollarlas?

Dentro de mi realidad, el diálogo en las relaciones es fundamental. Necesito saber cómo hablar sobre lo que siento y escuchar lo que el otro - que vive conmigo - siente. Para ello es necesario escuchar sin estar armado, hablar sin acusar, ceder a lo negativo, mantenerse firme en los valores que no son negociables. Se necesita coraje y verdadero propósito de amor. También dentro de mi realidad, han sido brújulas que me guían el Espiritismo desde la infancia y  la forma en que Eurípides Barsanulfo traduce la comprensión del Evangelio de Jesús a través de la Metodología de Evangelización de los Espíritus en el Colegio Allan Kardec, en Sacramento (MG).

¿Entre ellos sobresale una o están estrechamente vinculadas?

¡Creo que todas están entrelazadas! Vuelvo a la cuestión de nuestras luchas íntimas y voluntarias contra nuestras malas inclinaciones, que ya mencioné en la respuesta anterior. Esto es siempre una gentileza para con nosotros, y sólo depués es una gentileza para con el otro. En respuesta a la pregunta 893 de El Libro de los Espíritus, los inmortales responden a Kardec: "Hay virtud siempre que hay resistencia voluntaria al arrastre de nuestras malas inclinaciones". Todavía hay mucha respuesta instintiva en nosotros, y todavía somos aprendices del amor, de los sentimientos hermosos. Pero debemos valorar nuestros pequeñas conquistas. Y cada movimiento en el bien es una pincelada hermosa en la construcción del amor, que está hecha de todos los movimientos, desde el instinto, pasando por las sensaciones, hasta llegar a los sentimientos. Y, como está en el Evangelio: ¡El amor es el refinamiento de los sentimientos! 

De sus recuerdos sobre ellas, ¿qué sobresale en su memoria?

Mi madre, la Sra. Ila. Un faro de bondad, afabilidad, ternura y serenidad. Siempre digo: ¡imagine ser generada en un vientre de esta calidad vibratoria! ¡Mire cuánto lo necesito! Y luego está mi esposo, Adolfo Pavanelli Neto, un ser amable y generoso. La divinidad nunca falla. Observe a su alrededor, en su planeamiento reencarnatorio, los vectores de atracción que trajeron situaciones y personas a usted. ¿Qué señalan? ¿Cuáles son las que le alimentan de vibraciones de contrastes con las suyas? ¿Qué virtudes le piden que desarrolle? ¿Cuáles son las restricciones para que no vuelva a caer frente a las tendencias que trae dentro de sí? Todo es el plan de amor de Dios para tu éxito espiritual. Es preciso tener ojos para ver y oídos para oír.

¿Algo más que quisiera añadir?

Hay una canción espírita de la psicografía de Ana María Pereira y una melodía de Moacyr Camargo que se llama Fe, luz divina.  En un pasaje dice: "Adelante, siempre adelante, en el Evangelio la solución". El Evangelio es nuestra medicina de cada día, de todos los días, para la curación de nuestras enfermedades morales / espirituales, para el florecimiento de nuestras virtudes, entre ellas la amabilidad. 

Sus palabras finales.

Empezar de nuevo tantas veces como sea necesario. Encuentre el Espiritismo en el Evangelio de Jesús, el Consolador prometido que es. Siga adelante, nunca pierda la esperanza. Usted es amado o amada por Dios, con absoluta exclusividad y tiene el derecho a rehacer el camino, ahora con decisiones más nobles, de la mano de Jesús. Como dice el querido Orson Peter Carrara : ¡Adelante! 

 

 
Traducción:
Ricardo Morante
rmorante3@yahoo.com

 

     
     

O Consolador
 Revista Semanal de Divulgação Espírita