Tema: Respeto
Saltarse colas, ¡no!
La madre de Duda entró a su casa emocionada. Regresaba
de la reunión de padres y maestros en la escuela, donde
había recibido buenas noticias.
– ¿Cómo fue la reunión, mamá? ¿Qué dijo Doña Dalva?
preguntó Duda, curiosa.
- Fue muy buena. Los padres recibieron las boletas de
calificaciones y vi que sacaste buenas notas, Duda.
Felicidades, hija, por tu dedicación. La maestra también
dijo que tienes un buen comportamiento en el salón de
clases, eres educada con ella y con tus compañeros.
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Eso es genial, Duda, ¡estuve muy feliz! - dijo
la madre, abrazando a su hija.
- Fue bueno también, porque me encontré con
otras
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madres y conversamos bastante - continuó. –
Conocí a la mamá de Valentina, la chica nueva
que se unió a tu clase esta semana. Fue muy
amable, te agradeció por ayudar a Valentina en
el primer día. Dijo que ya se está acostumbrando
y que está disfrutando de la
escuela. ¿Esta chica nueva es agradable, Duda? |
- Ella es genial, mamá. Nos estamos haciendo amigas. El
primer día me asustó, pero luego todo estuvo bien – dijo
Duda, sonriendo.
- ¿Susto? ¿Como así? – quiso saber la madre.
Duda, entonces, explicó:
– El primer día de clase Valentina se sentó a mi lado y
le fui explicando algunas cosas durante la clase. En el
recreo ella fue al baño y yo me fui rápido a la
cafetería, porque había una cola enorme para comprar la
merienda. Cuando estaba en la fila, ella llegó y se
acercó a donde yo estaba para hablar conmigo. Yo estaba
realmente avergonzada porque pensé que ella quería
saltarse la cola, solo porque me conocía. Y Doña Dalva
ya había dicho varias veces que nadie debe saltarse las
filas, explicó que eso es una falta de respeto a los que
llegaron antes y que no quería ver a ninguno de sus
alumnos haciendo eso. Si yo dejaba que Valentina se
colara en la fila en mi lugar, todos iban a pensar mal
de mí.
- ¡Por supuesto! A nadie le gusta estar esperando y que
alguien llegue después y entre delante suyo. Saltarse la
cola es realmente molesto. ¿Pero qué más, hija? ¿Los
compañeros se quejaron?
– No, mamá, ella no quería saltarse la cola. Por eso
dije que fue solo un susto. Ella vino a hablar conmigo
solo para preguntarme qué merienda me gustaba en la
cafetería, si valía la pena comprar con el dinero que
tenía. Se lo dije, ella me agradeció y luego se fue al
final de la fila para esperar su turno.
- ¡Ah que bueno! Entonces, ella es muy bien educada,
hija.
- ¡Claro que sí! Y cuando llegó al final de la fila, me
sentí tan aliviada porque no me hizo pasar vergüenza,
que yo también fui con ella para seguir conversando.
Cuando nos tocó el turno, yo ya había dicho todo y ella
incluso ya había decidido qué pedir.
– ¡Qué bueno, hija! Buena idea la que tuviste. En lugar
de que ella avanzara, tú fuiste
hacia atrás. ¡No dieron motivos para que nadie se queje!
– Sí, mamá, y no me importó esperar más, porque
conversar más tiempo con Valentina fue incluso bueno,
porque yo también le caí bien y ahora estoy ganando una
nueva amiga.
- ¡Eso es, hija! ¡Nunca perdemos al hacer lo correcto! -
concluyó la madre de Duda, abrazándola una vez más.
Duda y Valentina luego se hicieron, realmente, muy
buenas amigas. Se llevaban bien, se parecían en muchos
aspectos, y eran chicas que sabían respetar a las
personas e incluso cuando se ponían en una cola larga
pensaban: “¡Saltarse las colas, no!”.
Traducción:
Carmen
Morante
carmen.morante9512@gmail.com
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