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Yvonne A. Pereira enseña el
desenvolvimiento mediúmnico -
Parte 2 e final |
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Sobre esa cuestión al respecto del desenvolvimiento
personal previo, por parte del médium, como condición
para una “filtración mediúmnica” de mayor calidad, vale
citar nuevamente otra notable obra de Yvonne Pereira,
que es "Investigando lo Invisible". En el capítulo
tercero de la referida obra, titulado "Frederico Chopin,
en la Espiritualidad", el gran compositor Chopin habría
pedido para Yvonne estudiar un poco de teoría musical,
pues él sólo sabía expresarse por música. De esa forma,
si Yvonne tuviese un mínimo de conocimiento musical,
Chopin podría traer composiciones musicales. No
obstante, Yvonne no tenía el referido conocimiento, ni
tiempo, dinero y/o disponibilidad para crear tales
pre-requisitos. Además de eso, ella sabía que su
contribución doctrinaria a través de los textos
propiamente dichos era más importante. Luego, ese
proyecto de Chopin-Espíritu acabó siendo dejado de lado.
Podemos suponer que sea a través de las partituras más
elementares o de una forma más simple, que Chopin
podría, con mucha dificultad, traer las músicas para
Yvonne, pero la influencia anímica de ella limitaría la
calidad musical de Chopin, al punto de él no poder
utilizar su famoso nombre, pues los críticos no
identificarían al extraordinario compositor. De esa
forma, lo que podría volverse importante evidencia de la
inmortalidad del alma y de la mediumnidad acabaría
siendo utilizada para desmoralizar el fenómeno
mediúmnico, y, por consecuencia, la propia inmortalidad
del alma por parte de los escépticos y de los
materialistas, a no ser que el apenas utilizase un
pseudónimo. Todavía, considerando esa última opción, la
relevancia del trabajo sería substancialmente
disminuída, en términos de comprobación de la
sobrevivencia del alma a la muerte del cuerpo físico.
Veamos lo que la noble médium expone al respecto de las
preguntas 3 y 4:
Yvonne: “3- El medio más prudente para dirigir esta
parte es el siguiente, práctica esta establecida en los
núcleos espíritas más esclarecidos y criteriosos:
a)Sesiones teóricas para los candidatos al
desenvolvimiento. Estudio indispensable de “El Libro de
los Médiuns” de Allan Kardec, y de otras obras que
auxilien el esfuerzo para la sintonización de las
propias vibracionesões con las fuerzas de lo alto.
b) Si los candidatos fueran portadores de buena moral,
buena salud y deseo de servir a Dios y al prójimo, si ya
frecuentan sesiones de estudio, aprovechando las
instrucciones recibidas, del criterio de la Doctrina y
de la responsabilidad asumida, podrán aplicar pases, en el
propio centro o fuera de el, acompañados de hermanos más
experimentados, al iniciar el menester. Ese es
trabajo de la fe y del coraje, desburocratizado, y nada
debemos temer, pues estaremos asistidos ocultamente por
los mensajeros del Cristo (negritas mías).
Será error, sin embargo, suponer que, para aplicar
pases, necesitamos reciber Espíritus y ser médiuns
desenvueltos. Ese método es falso, infiltraciones
infelices de otras corrientes de ideas en la lúcida
Doctrina de los Espíritus, codificada por Allan Kardec (negritas
mías). Aplicando pases sensatamente, en el sublime
trabajo de la Caridad, con fervor, responsabilidad y
amor, el pretendiente será, por cierto, asistido por los
mensajeros del bien y, si poseyera otras facultades,
desenvolverlas suavemente, naturalmente, seguramente, en
fajas espirituales protectoras e iluminadas, sin
necesidad de pasar por aquellos terribles períodos
obsesivos provocados por las sesiones de
desenvolvimiento, forzando la explosión de la facultad
que puede no existir. Esos son los casos normales (negritas
mías).
c) Además de los trabajos de pases, el candidato podrá
asistir a reuniones prácticas dichas “de caridad“(no
para desobsesiones), fuera de la mesa, en una “segunda
corriente”. Que el presidente no se incomode con él. El
día en que él, médium, sintiera cualquier anormalidad,
siéntese a la mesa y, con certeza, el caso estará
resuelto. Deberá también estudiar la Doctrina
Espírita y el Evangelio, diariamente, evitando, sin
embargo, el fanatismo por las obras mediúmnicas y meditando
sensatamente sobre las clásicas, observando la
investigación moderna; orar, suplicar, ofrecer su
trabajo a Jesús, aprendiendo con él a ser bueno y
humilde de corazón y a renunciar, aunque la preparación
para las renuncias necesarias a la buena marcha de los
trabajos sea lenta, progresiva; y hacer caridad, también
sin fanatismo, antes equilibrada y útil. Es una
renovación moral que se impone para conseguir la buena
mediumnidad (negritas mías).
El médium, igualmente, no debe ni puede pensar en los
propios deberes apenas al sentarse a la mesa, si no a
cada hora que viva, pues es una antena siempre despierta,
que recibirá todo, y que podrá perjudicarse y a su
trabajo mediúmnico por muchas formas diferentes, si
se descuida de las propias responsabilidades.
Para los casos de obsesión o actuaciones fuertes en
médiuns no desenvueltos no convendrá desenvolvelos en
esa ocasión. En
ese estado anormal, el médium se vuelve un enfermo que
necesita tratamiento antes de nada más. Lo más prudente
será pasar la entidad para otro médium, conversar con
ella a fin de esclarecerla, y tratar cautelosamente del
médium, inclusive esclareciéndolo también.
Adoctrinar a la entidad sirviéndose del médium así
atormentado es perjudicarlo aun más,
pues él podrá no poseer el criterio necesario a tal
emprendimiento, ni aguantar la responsabilidad del
compromiso; desenvolver su facultad en esa ocasión es
abrirle la posibilidad para nuevas obsesiones. El
trabajo de caridad, cualquiera que sea, será recurso
salvador (Yvonne A. Pereira). (negritas mías) Es
impresionante la claridad y la objetividad del texto de
Yvonne Pereira. Interesantemente, su recomendación para
que los “candidatos a la mediumnidad” puedan considerar
la posibilidad del trabajo de los pases, como
preparación mediúmnica, pues, de hecho, tal práctica,
puede ayudar en el llamado “apercibimiento fluidico”,
sea el (el fluido), oriundo de Espíritus superiores o de
Espíritus inferiores. También es interesante la
recomendación de Yvonne para que la práctica de los
pases, sobre todo para esos iniciantes, sea hecha en
grupo, principalmente cuando fuera de la Casa Espírita.
Yvonne también enfatiza que el pase espírita dispensa
totalmente la llamada “incorporación mediúmnica”. Además
de eso, es destacado que tal preparación de los
candidatos a la mediumnidad, antes de la frecuencia al
desenvolvimiento mediúmnico propiamente dicho, es más
segura espiritualmente para el médium, pues ocurre “...sin
necesidad de pasar por aquellos terribles periodos
obsesivos provocados por las sesiones de
desenvolvimiento, forzando la explosión de la facultad
que puede no existir”.
Subsecuentemente, Yvonne recomienda que cuando los
candidatos a la mediumnidad y/o reunión mediúmnica, no
necesariamente ostensivos, tuvieran condiciones y pasar
a frecuentar la reunión mediúmnica, no queden
necesariamente alrededor de la mesa. Y ella refuerza que
el médium “...Deberá también estudiar la Doctrina
Espírita y el Evangelio, diariamente, evitando,
sin embargo, el fanatismo por las obras mediúmnicas y meditando
sensatamente sobre las clásicas, observando la
investigación moderna...”.
Cabría la pregunta: ¿Estamos estudiando la Doctrina y el
Evangelio diariamente?
¿Estamos estudiando, más allá de obras mediúmnicas (y
vale recordar que Yvonne era médium de acción y producía
obras mediúmnicas de gran valor, tales como “Memorias de
Un Suicida”), las dichas “obras clásicas”, tales como
los libros de Léon Denis, Gabriel Delanne, Ernesto
Bozzano, entre otros?
Otra pregunta: ¿estamos “observando la investigación
moderna”?
Son reflexiones que deberían ser hechas por todos los
dirigentes, adoctrinadores, médiuns y espíritas
militantes.
Continuando, veamos la respuesta que nuestra admirable
espírita ofrece al ítem 4:
Yvonne: “4- La psicografia es muy subdividida. Hay
médiuns psicógrafos de varios tipos [ver “El Libro
de los Médiuns”, Cap. XVI, item 193]. No se puede,
por tanto, pedir al psicógrafo aquello que él no podrá
dar, pues a veces, nuestro pedido podrá no
corresponder a su especialidad, y nuevamente vendrá
la intromisión del llamado animismo.
Frecuentemente, entre médiuns escribientes, podrá haber
el impulso vibratorio del brazo, pero él, el médium, no
tiene qué escribir porque no posee facultad literaria.
En ese caso, Kardec aconseja a hacer preguntas a
su Guía Espiritual, siempre respetuosas y doctrinarias,
de forma, sin embargo, a provocar respuestas amplias, y
en nombre de Dios Todo Poderoso. Si el médium no
posee dones literarios será en vano intentarlo, pues
solamente obtendrá producciones mediocres. La
literatura auténtica en la psicografia es don especial,
que no se podrá provocar. En idénticas condiciones la
poseía: no todos los médiuns literarios producirán
poesía, pues este don es otra especialidad en la
psicografia [ver “El Libro de los Médiuns”, Cap.
XVI, ítem 193].
El modo más seguro, por tanto, natural, sin forzar la
explosión de la facultad, es lo que ahí queda expuesto, resultado
de largas observaciones en torno del caso, de los
consejos de los Buenos Espíritus y de las
recomendaciones de los grandes maestros de la Doctrina
Espírita.
Conviene no olvidar que la mediumnidad es un don de
Dios, con el cual no debemos abusar. Debemos,
sí, tratarlo con amor y respeto, cultivarlo con método,
humildad y habilidad, a base del Evangelio, de el
hacer instrumento de la Caridad y de la Fe.
Útil recordar que un médium no será apenas recomendado
que produzca bellas páginas de literatura, sino,
también, y por encima de todo, que consuele corazones
sufridores, enjugue lágrimas de aflicción, socorra a los
infelices, ofreciéndoles Amor y Esperanza, pues para eso
posee él las credenciales de intermediario entre la
Tierra y el Cielo (Yvonne A. Pereira)”. (negritas
mías)
Yvonne Pereira comenta sobre los “varios tipos” de
médiuns psicógrafos, implicando que cada uno tiene
características propias, las cuales no pueden ser
negligenciadas por dirigentes y compañeros, cuando
creamos expectativas sobre lo que los mismos pueden
producir mediumnicamente. Yvonne llega a decir que esa
“presión excesiva” de los compañeros consiste en un
factor generador del fenómeno anímico. Yvonne también
enfatiza que no basta “ser médium” para ser un buen
psicógrafo: “Si el médium no posee dones
literarios será en vano intentarlo, pues solamente
obtendrá producciones mediocres”. Si aceptarmos
ese interesante y razonable comentario, tenemos que
admitir que Chico Xavier, Yvonne Pereira y Divaldo
Franco pueden no haber tenido oportunidad de disfrutar
de muchos años de escolaridad en esta última
encarnación, pero no fueron “individuos propiamente
ignorantes” (ni en la juventud), como ya vimos a algunos
individuos pregonar.
Yvonne comenta que su discusión sobre el respectivo
asunto era el “resultado de largas observaciones
en torno del caso, de los consejos de los Buenos
Espíritus y de las recomendacion de los grandes maestros
de la Doctrina Espírita”.
Yvonne también refuerza que la “mediumnidad de
psicografia poeta” es una especialidad muy peculiar y
difícil de ser obtenida. Dice al médium: “En
idénticas condiciones la poesía: no todos los médiuns
literarios producirán poesía, pues este don es otra
especialidad en la psicografia”.
Yvonne comenta que su discusión sobre el respectivo
asunto era el “resultado de largas observaciones
en torno del caso, de los consejos de los Buenos
Espíritus y de las recomendaciones de los grandes
maestros de la Doctrina Espírita”.
Para concluir, nuestra admirable compañera afirma: “Conviene
no olvidar que la mediumnidad es un don de Dios, con el
cual no debemos abusar”. Y aun añade: “Debemos,
sí, tratarlo con amor y respeto, cultivarlo con método,
humildad y habilidad, en la base del Evangelio, de el
hacer instrumento de la Caridad y de la Fe”.
Queda evidente que Yvonne se preocupa con los objetivos
y la productividad del trabajo mediúmnico. No siempre
identificamos la calidad de los productos de ese trabajo
en un primer momento, pero, después de determinado
tiempo, podremos percibir el nível de contribución y/o
limitaciones del esfuerzo mediúmnico. De cualquier
manera, procurando tomar varias medidas preparatorias,
previendo los problemas y obrando sin prisa, tenderemos
a construir un trabajo mediúmnico con una calidad más
sólida y una más significativa contribución al esfuerzo
espírita.
Concluyendo nuestro estudio basado en el último capítulo
de “Cánticos del Corazón – volume II” (Capítulo IX –
“Consideraciones sobre la Mediumnidad”) de Yvonne do
Amaral Pereira, transcribimos el comentario del
admirable escritor espírita Hermínio C. Miranda. Dice
Hermínio al respecto de esa publicación:
“Escritos de Yvonne Pereira serán siempre bienvenidos.
Por eso, saludamos esta antología que, inspiradamente,
los compañeros de “Léon Denis” fueron a buscar en las
olvidadas páginas de “Obreros del Bien”. Es una alegría
esta visita de la querida y dedicada trabajadora, con la
cual podremos convivir un poco más, a través de sus
textos repletos de enseñanzas cogidos en décadas de
estudio y práctica de la bendecida Doctrina de los
Espíritus. Ella tiene que decir y lo dice con autoridad,
competencia y sobriedad.”
Referências bibliográficas:
Pereira, Y. A. Cânticos
do Coração – Volume II (Realidades
Espíritas). Primeira Edição. Edições CELD. Rio de
Janeiro-RJ, 1994.
Kardec, A. O
Livro dos Médiuns [tradução
de Evandro N. Bezerra]. Segunda edição. Federação
Espírita Brasileira (FEB). Brasília-DF. 2021.
Kardec, A. O
Livro dos Espíritos [tradução
de Evandro N. Bezerra]. Quarta edição. Federação
Espírita Brasileira (FEB). Brasília-DF. 2021.
Pereira, Y. A. Devassando
o Invisível.
Primeira edição especial. Federação Espírita Brasileira
(FEB). Brasília-DF. 2004.