Tema: Caridad
La bondad de Antonio
Había un niño llamado Antonio que le gustaba mucho jugar
fútbol con sus amigos. Pero él no tenía pelota. Por eso,
solo podía jugar cuando los niños de la calle lo
invitaban.
Él había pedido una pelota de regalo a sus padres, pero
todavía no se la habían dado.
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Un día Antonio se acordó de su cofrecito. Su
madrina le había dado un cofrecito con varias
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monedas dentro y, durante mucho tiempo, todo el
dinero que le regalaban su mamá o su abuela, lo
guardaba ahí. |
Cuando Antonio pensó que tal vez podría comprar su
pelota, quedó muy emocionado. Entonces fue corriendo,
cogió el cofrecito y buscó a su mamá. Con su ayuda contó
el dinero y se dio cuenta de que tenía una buena
cantidad.
Al final de la tarde fueron de shopping y Antonio
quiso ir directo a la tienda de juguetes donde compró
una linda pelota.
Como todavía tenía dinero, Antonio también compró un
juguete con piezas para armar.
Antes de irse, Antonio quiso pasar por otra tienda y
comprar, además, una barra de chocolate para comer
después de cenar. ¡Estaba muy contento! Pero, cuando
estaba saliendo del centro comercial, apareció un niño
todo sucio, vestido con harapos y con cara de tener
mucha hambre. El niño los miró y con humildad les pidió
si tenían algo para ayudarlo.
Antonio, mirando al niño, imaginó cuántas dificultades
pasaba y, enternecido con la situación, tuvo ganas de
ayudarlo. Por eso, extendió el brazo y entregó al niño
la bolsita con el chocolate. El niño mostró una sonrisa
tan grande al ver el dulce, que agradeció varias veces.
Antonio se sintió tan bien por haber hecho sonreír a ese
niño, de mirada tan sufrida, que se emocionó.
Entonces cogió el paquete de las manos de su mamá y se
lo entregó también al niño. Era la pelota, su pelota
nueva.
El niño se lo agradeció incluso más. Antonio sonrió y la
mamá sonrió a Antonio.
No se sabía quién estaba más feliz en ese momento: el
niño que ganó un regalo, el niño que hizo ese gesto tan
lindo o su mamá que quedó emocionada con la bondad de su
hijo.
Pero la historia no terminó ahí.
Cuando Antonio y su mamá volvieron a casa, encontraron
al papá que acababa de llegar del trabajo con una gran
sorpresa para su hijo: una linda pelota de fútbol,
incluso más bonita que la que Antonio había dado al
niño.
Ellos contaron al papá lo que había pasado y todos nadie
pudo creer la coincidencia de los acontecimientos. Lo
importante es que ellos estaban muy felices. La bondad y
la caridad hicieron que ese día fuera muy especial.
Adaptado del texto de Sheila Jorge, del
site Contos de ninar.
Traducción:
Carmen
Morante
carmen.morante9512@gmail.com
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