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Trabajo, progreso y salud mental
de los trabajadores espíritas |
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En las leyes naturales, la Ley del Trabajo precede a la
del Progreso. Indudablemente el hombre progresa al
trabajar. Y no se puede, con todo, olvidar el
significado de trabajo para los Espíritus definido como
toda ocupación útil.
O sea, al ocupar su tiempo de manera útil el hombre
trabaja y el progreso viene de valde. Por tanto, no hay
cualquier pase de mágia. Trabajo, después progreso.
Plantar, después cosechar.
A lo largo del tiempo, de otro modo, el trabajo del
hombre se vino transformando. Antes, en eras
primitivas, el trabajo servía para mantener la vida,
buscar alimentos, protegerse de las intempéries
naturales. Nada, por tanto, muy sofisticado. À medida,
con todo, que el hombre fue trabajando y progresando,
creó nuevos paradigmas, necesidades y atribuciones para
sí.
La incesante búsqueda por vivir en un mundo mejor llevó
al homem a desenvolver la inteligencia, perfeccionar su
intelecto, consecuentemente construir tecnologías y eso
abrió nuevos horizontes que, a su vez, ampliaron aun más
la visión del hombre, sin embargo no sin un efecto
colateral, o aparentemente colateral, que creó un
desafío a ser superado: hacer con que trabajo, progreso
y salud mental esten juntos.
Ya añadimos, entonces, el componente de la salud mental
a la reflexión sobre el trabajo y el progreso.
Tenemos, en suma, un circuito de alimentación y
retroalimentación, el hombre trabaja, progresa, crea
necesidades, trabaja más para sanar esas necesidades y
sigue en ese circuito casi permanente de trabajo y
progreso, teniendo, aun, en el medio de ese camino que
pensar en cómo mantener su sald mental en día.
Mucha gente sucumbe mentalmente al evaluar de forma
superficial trabajo y progreso. La llave que abre las
puertas del equilibrio puede estar en la definición de
los Espíritus sobre el trabajo y que cambia toda la
configuración. Además, debo repetir el concepto de
trabajo ofrecido por los Espíritus: trabajo es toda
ocupación útil, de modo que se abre un campo más vasto
para lo que es trabajo, siendo algo mucho más allá de la
actividad profesional que garantice el sustento del
cuerpo físico.
He ahí los desafios a vencer y la responsabilidad es de
el propio hombre crear medios en que trabajo, progreso y
salud mental estén juntos.
Hay otra anotación de los Espíritus que debemos tener en
consideración para mantenernos en día nuestra salud
mental: el límite del trabajo. ¿Cuál es, por tanto, el
límite del trabajo? Y responden los Espíritus que es el
límite de las fuerzas, sean ellas físicas o psíquicas.
¿Qué significa isto? Significa que precisamos, en un
ejercicio de autoconocimiento, entender el límite de
nuestras fuerzas para no “estirar demás la cuerda” y
acabar comprometiendo nuestra sald física y mental.
Si quisieramos, además, podemos hasta llamar al reposo
como trabajo, ya que, si el reposo es una ocupación
útil, pues que reanima las fuerzas orgánicas y del
alma, estamos, en un sentido amplio, trabajando al
reposar, volviéndonos, así, más aptos para poder tener
una vida con mucho más calidad.
He visto, a lo largo de las muchas visitas que hago en
los centros espíritas, personas protestando del
cansancio físico y mental, al mismo tiempo en que los
dirigentes reclaman de la falta de voluntarios y
trabajadores en general.
Perciban que las ideas hacen una conexión. Al mismo
tiempo que las personas protestan de cansancio los
dirigentes informan estar perdiendo colaboradores,
principalmente después del evento de la pandemia causada
por el Covid 19.
Algunos dicen que el advenimiento de la pandemia apartó
a los trabajadores porque los centros espíritas cerraron
las puertas. Tengo allá mis dudas en cuanto a eso. Tal
vez la pandemia haya sido apenas el punto de partida
para una reflexión más profunda de los trabajadores
espíritas en lo que se refiere a las actividades que
ellos desenvuelven en las casas y el sentido de todo
eso.
Es preciso hacer sentido para que se prosiga en una
actividad. El tiempo de aislamiento propició un
distanciamiento y, naturalmente, produjo la reflexión: -
¿Este trabalho que me está proporcionando en términos de
crecimiento?
Claro que hay casos y casos, pero intento, aquí,
levantar algunas hipótesis para nuestras reflexiones.
El cansancio de los trabajadores no puede ser
despreciado, pues que el cansancio señala un límite de
las fuerzas, así como no se puede despreciar la
importancia de los trabajadores en los procesos y en las
actividades de la casa espírita.
¿Cómo conciliar esas cuestiones entre el cansancio de
los trabajadores y las actividades del centro espírita?
En conversación con diversos trabajadores, estos dicen
que la vida por sí sola trae una carga inmensa de
presión. Actividad profesional, tiempo con la familia,
necesidades físicas, nuevos tiempos, mobilidad urbana,
seguridad, oportunidad de las actividades on-line y
tantos otros puntos colaboran para el aislamiento de los
trabajadores de las actividades de la casa espírita.
¿Ahora, cómo hablar que los trabajadores están errados,
delante de los argumentos expuestos, claro que existen
otros, pero delante de los argumentos, cómo hablar que
están errados?
¿Cómo traerlos de vuelta para las actividades
presenciales en la casa espírita?
Algunos colegas, dirigentes espíritas, apuestan en el
viejo miedo con frases del tipo:
“La espiritualidad está viendo su negligencia en cuanto
al trabalho.”
“Usted debe trabajar, hermano mío, pues el Cristo cuenta
contigo.”
Podríamos citar varias frases dichas por los dirigentes
espíritas para hacer con que los trabajadores prosigan
en las actividades presenciales.
Con todo, seamos sinceros: este tipo de argumento ya no
funciona pero, tanto no funciona que, en la pausa de la
pandemia, muchos trabajadores dejaron de frecuentar las
casas espíritas y no volver más.
A los amigos dirigentes pido que no me entiendan mal,
por favor, yo comprendo perfectamente su lado, las
actividades que precisan mantenerse y necesitan de
trabajadores, pero convengamos que es preciso cambiar el
abordaje con los trabajadores.
Yo ya vi, por ejemplo, un trabajador espírita informar
que puede comparecer a una actividad quincenalmente y
ser colocado en la pared por el dirigente que dice:
“Quincenalmente no es posible, o usted viene
semanalmente o no precisa comparecer más”.
Claro que sé de la importancia de la disciplina y de los
principios de constancia que algunas actividades
requieren. No obstante, pensemos en lo que dicen los
Espíritus: el límite del trabajo es el de las fuerzas.
Luego, en cuanto unos pueden dedicar 1 hora
quincenalmente otros pueden dedicar 2 horas
semanalmente, y así, con las manos que tenemos
disponibles y de buena voluntad, vamos adaptándonos a
nuestra realidad, diseñando nuestras tareas y
construyendo un trabajo bueno, de calidad, pero con
ligereza y principalmente constancia, base de las buenas
instituciones.
Es un tema vasto, inmenso incluso para que podamos
reflexionar. No pretendo agotar el asunto, si no
levantar el velo para que podamos, juntos, pensar en las
razones por las cuales los trabajadores se apartaron de
las actividades presenciales en la casa espírita. Pienso
que pasaremos, necesariamente, por la cuestión que
envuelve la salud mental de los trabajadores.
¿Qué tal pensamos juntos?