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Cincuentenario
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De entre las varias efemérides del año tenemos, entre
otras con el mismo destaque, el cincuentenario de dos
extraordinarias obras organizadas por el escritor,
traductor, editor, director de teatro y cine Wallace
Leal V. Rodrigues (1924-1988), que actuó en la Casa
Editora O Clarim, de Matão-SP, con gran competencia y
destaque. Sus libros, traducciones, organizaciones de
obras y magníficos prefácios constituyen gran tesoro
literario y doctrinario del acervo histórico del
Espiritismo, dentro y fuera de Brasil.
Varios libros, no solo de la editora O Clarim –
obvio, alcanzan fechas conmemorativas en 2023. La
mediumnidad peculiar de Chico Xavier ofreció en el
pasado oportunidad de la edición de muchas obras que en
estos años que atravesamos completan decenios completos
de publicación. Eso crea oportunidad de recordar tales
contenidos, estimulando ahora para las generaciones más
jóvenes el contacto con esas preciosidades literarias.
Entre ellas están los fabulosos libros ¡Cofre de Luz y Sígueme! Conocidos
por las generaciones más antiguas, son libros
desconocidos de los espíritas novatos, tanto de edad,
como de aproximación con la literatura espírita.
Todavía, nunca será demasiado recordarlos, dado el
tesoro contenido en sus valiosas páginas. Ambos fueron
publicados en 1973, alcanzando, pues, 50 años de
publicación en 2023.
El primero de ellos fue entregado por Chico Xavier a la
editora, con lanzamiento en la capital de São Paulo,
generando gran movimiento de autógrafos que atravesó la
madrugada. Ya el segundo fue organizado por Wallace con
una selección de mensajes psicografiados – con una
característica que el lector cononoce en el prefácio de
la obra – y que aun eran inéditos. Ambos libros
contienen prefácio de Wallace.
Por su característica peculiar de gran facilidad textual
conquistando al lector por la ligereza y profundidad que
andan con manos dadas en sus escritos, el editor y
prefaciador entrega al lector textos maravillosos para
presentar las obras, siendo que en el primero de ellos
el texto que presenta la obra tiene nada más y nada
menos que 26 páginas. Un hecho poco común para un
prefácio.
Y citados tales prefácios, ahí el lector tiene en manos
la sabiduría de un Maestro. El conocido Emmanuel, con su
legado luminoso en transmitir los conocimientos
espíritas y en el gran conocimiento de los textos
evangélicos, presenta verdaderas rutas de acción o
postura delante de los desafíos de la existencia humana.
Pero ya que hablamos de conmemoración del
cincuentenario, me permito traer al lector trechos de
las obras, hasta como forma de motivar al lector a
participar de ese momento, conociendo las obras.
En Cofre de Luz:
Los capítulos suman más de 50 títulos donde la
sensibilidad y la sabiduría del autor espiritual ofrecen
al lector verdadera receta de felicidad en el uso
práctico de las diretrices del Evangelio y del saludable
comportamiento de el resultante, capaces esas
directrices – si son usadas o por lo menos buscadas en
el esfuerzo que se puede emprender personalmente – de
eliminar focos de perturbaciones tan comunes en nuestros
días.
Aunque los ya pasados 50 años de publicación de la obra,
la actualidad de su contenido es invitación perenne que
entusiasma al lector, ofreciendo reflexiones de
abundancia para el equilibrio personal que es capaz de
redundar en el equilibrio familiar y, en consecuencia,
en el equilibrio social.
Bien conocido, todavía, es nuestra dificultad en la
aplicación de aquellos principios traídos por Jesús.
Emmanuel, todavía, facilita el entendimiento en ese
necesario ejercicio que aun precisamos perseverar. El
estímulo, la orientación y la claridad de aquellos
textos merecen grupos de estudios en familia o en las
instituciones espíritas, en grupos que desean
profundizar la búsqueda de la mejora de sus integrantes.
Destaco al lector dos capítulos, a título de motivación
a nuestras investigaciones:
En el capítulo Ante
la Bondad de Dios encontramos preciosa
página, de la cual nos valemos para el parráfo
siguiente.
Después de la introducción en pocos parráfos, el autor
se refiere en los tres parráfos siguientes – un parráfo
para cada caso – a los: a)
tiranos del pasado; b) malhechores astutos y c)
criminales inteligentes.
Noten que la clasificación bien se aplica al momento
presente para aquellos que se dejan seducir por la
agresividad, por el crimen, por la deshonestidad, en
fin, por la tiranía y perversidad de todo tipo. El autor
espiritual los sitúa en el futuro en la recuperación de
sí mismos, en atendimiento a la Ley que rige nuestros
destinos, en los comportamientos, decisiones y
reacciones.
Por eso es preciso meditar en los recursos de Dios y
proseguir en la ejecución del deber. Emmanuel llega a
afirmar, inclusive, que “(...) la bondad de Dios, sin
alarde, interviene en las causas que las producen,
restaurando la seguridad de la paz y la marcha del
progreso. (...)”. Al final, como considera el autor,
“(...) que, por encima de todas nuestras fuerzas puedes
contar, invariablemente, con los recursos de Dios.
Sugiero al lector investigación para la lectura
integral, digitando Ante
la Bondad de Dios – Emmanuel, para
percibir la grandeza del texto.
Lo más destacado es que la reflexión cabe
individualmente, también en un grupo familiar o
profesional, pero especialmente en el contexto de la
nación, con sus secuentes desafíos en marcha. Compare
allí... Usted se va a sorprender.
Ya del capítulo Ante la ley del bien selecioné algunas
transcripciones parciales:
a) lo que te parece enfermedad es proceso y recuperación
de la salud
b) pequeños sinsabores que categorizas por ofensas serán
invitaciones a reexamen de los comienzos que te criban
el camino
c) Contratiempos que interpretas como siendo ingratitud
de personas queridas, casi sempre apenas significan
modificaciones de los Designios Superiores,
d) Discordia es problema que te pide acción
pacificadora.
e) Desarmonías domésticas, mas no son que exigencia de
un servicio más a los familiares para que te concilies
en definitiva con adversarios del pasado.
Después casi concluyendo, él afirma y orienta:
Siempre que aflicciones te visiten en la forma de
enfermedad o tristeza, humillación o penuria,
persecución o tentación, perjuicio o desastre, no te
rindas a las sugestiones de rebeldía o desaliento.
Trabaja y espera, entre el placer de servir y la
felicidad de confiar, recordando que, si buscas por el
socorro de Dios, el socorro de Dios también te busca.
Pero concluye com sabiduría:
La ley del bien opera siempre y de que el amparo de Dios
está oculto o viene llegando.
Eso todo después de considerar la multitud de
dificultades, tropiezos y aflicciones que muchas veces
se juntan.
En el libro ¡Sígueme!
El libro supera 60 capítulos, siempre compactos, e
igualmente con la característica de la objetividad y del
sentido orientativo al lector, con las lecciones
insuperables del Evangelio. De ahí también el propio
título de la obra.
El libro siempre fue de gran búsqueda en la editora. Sea
por el sugestivo llamamiento, como por la imagen de la
portada. Y, claro, por el autor y el médium que lo
firma.
Como arriba es referido, tales capítulos contienen una
característica muy especial. El autor espiritual
escribió de forma a facilitar el entendimiento del
lector, usando el pensamiento esencial y las palabras
principales en el inicio de sus frases, para mejor
aprovechamiento del texto. Conforme se puede leer en el
Prefácio de Wallace – que hace importantes
consideraciones sobre el método de la lectura dinámica,
basándose en la experiencia del Profesor François
Richaudeau, que el lector conoce en detalles expresivos
en el Prefácio de la obra – hay mucho que aprender con
el estilo de los mensajes que forman la obra.
Particularmente, al leer el Prefácio, ya me sentí
inmensamente motivado para buscar el libro.
Escribió Wallace en su presentación del libro:
Hace años estamos coleccionando mensajes del Espíritu
Emmanuel, psicografiados por Francisco Cândido Xavier y
que se encuentran en este volumen por estar aun sin
publicación en libro. Coleccionaba el volante cada vez
que, con maestría y singular inteligencia, totalmente
despojado de cualquier sofisticación, el admirable
espíritu abordaba un ángulo interpretativo del
caleidoscópio de la vida.
Y, como es prometido, sigue una reseña de los capítulos:
En el capítulo “De manos en el bien”:
Sabemos que el Cristo espera por nosotros, por encima de
todo, al lado de nuestros hermanos en la Tierra. Donde
surgen dificultades y pruebas, helo ahí aguardándonos la
intervención para que el concurso fraterno se haga
sentir de pronto. Muchas veces sin embargo, delante del
compañero obstinado y rudo, exclamamos, desalentados: -
"ya hice todo", "ahora no puedo más". Entre tanto Jesús
no obra para con nosotros en semejantes limitaciones.
Todos los días somos amparados con seguridad y tolerados
con comprensión. Estemos, pues, dispuestos a ofrecer
manos llenas de trabajo en el templo del amor fraterno.
Cada momento es la ocasión de ayudar a nuestros hermanos
de lucha, por amor al Maestro que nos sustenta. (...)
Permanezcamos, así, de almas dedicadas para el bien
positivo e incesante. En levántarnos, cada día,
reparemos los dolores y las inquietudes que nos cercan y
ofrezcamos manos llenas de servicio al Señor, en la
persona de los otros, guardando la certeza de que, así
procediendo, recojamos de los otros el socorro
espontáneo para nuestras necesidades.
Realmente no es posible presentar indiferencia delante
de tan significativa efeméride. Dos cincuentenarios, en
verdad, respetables. Dos obras, dos tesoros. Sabiduría
reunida, orientación viva para el equilibrio.
Esperamos realmente motivar al lector a conocer ambas
obras.