Tema: Felicidad
Qué es la felicidad
Érase una vez un niño llamado Bruno que era muy curioso
y vivía preguntando cosas.
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Cierta vez, fue a conversar con su madre, porque
quería entender qué era la felicidad, ya que
había escuchado que todo el mundo se pasa la
vida
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buscándola. |
Observador como era, Bruno siempre veía a los adultos
haciendo todo lo posible para ganar dinero. Entonces le
preguntó a su madre si la felicidad era tener dinero.
- ¡No, hijo! No es así. El dinero puede traer momentos
de alegría, incluso de alivio, cuando es usado para
comprar alimentos o medicinas, por ejemplo, pero el
dinero también puede traer problemas. Tener dinero no es
lo mismo que tener felicidad – dijo ella.
Bruno, pensativo, entonces recordó al señor Nicolau, un
hombre muy rico, dueño de la mejor panadería de la
ciudad, que siempre estaba enojado, insatisfecho,
regañando a sus empleados...
El Sr. Nicolau ya estaba viejo y feo. No tenía buena
salud. Tomaba muchos medicamentos todos los días.
Bruno, con su astucia, pronto pensó: “si el señor
Nicolau no es feliz, entonces tener felicidad debe ser
lo contrario de lo que él es”.
– Mamá, ¿el Sr. Nicolau era feliz cuando era joven?
- ¡Oh! hijo, lamentablemente, creo que no - respondió la
madre. – Su familia siempre fue una de las más ricas de
la ciudad, pero pasaron por muchos problemas. Además, el
señor Nicolau nunca se llevó bien con su hermano. Peleaban
tanto que apenas se hablaban.
Bruno, al escuchar esto, quedó muy triste y muy
preocupado también pues llegó a la conclusión de que era
muy difícil tener felicidad.
La madre de Bruno luego explicó:
– Realmente, hijo, no basta tener dinero, o poder, o
juventud, o belleza, o salud, y ni siquiera tener todo
eso junto, para garantizar la felicidad. ¿Sabes por qué?
Porque esas cosas son situaciones externas. La verdadera
felicidad es interna, es un sentimiento que viene del
corazón.
– Las situaciones, los problemas, incluso las
facilidades también nos llegan – continuó ella – pero
cada uno reacciona de una forma. Son los sentimientos
como la gratitud, el amor, la amistad, la conciencia
tranquila, la fe en Dios los que son la base del
sentimiento de felicidad.
Bruno prestaba mucha atención a las palabras de su madre
y para entender mejor preguntó:
- Mamá, entonces, la felicidad depende más de los
sentimientos que de las cosas. ¿Es
eso?
- ¡Sí, hijo, así es! - respondió. – Como necesitamos
cosas materiales para vivir, tenemos que cuidar de tener
al menos lo necesario, pero también cuidar de tener los
valores de Dios en el corazón.
Bruno entendió y, sonriendo con más confianza, abrazó a
su madre. Ya no parecía ser tan difícil. Mucha gente no
sabe cómo alcanzar la felicidad, pero ahora él ya lo
sabía.
Traducción:
Carmen
Morante
carmen.morante9512@gmail.com
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