Nacida en Araraquara, donde también reside, Liz
Maria Rajab (foto) es licenciada en Farmacia
Bioquímica, donde trabajó profesionalmente en el
área industrial, y actualmente está jubilada.
Vinculada al Centro Espírita Ismael – uno de los
más antiguos de la ciudad – preside la
institución. Muy activa en las lides espíritas y
siempre convocada a las tareas, dada su
dedicación y lucidez, nos cuenta su experiencia
en las respuestas dadas a esta entrevista:
¿Cómo conoció el Espiritismo?
Muchos dicen que han
buscado el Espiritismo a través del dolor. Otros
por amor. Llegué a la
Doctrina Espírita por invitación de mis padres.
En ese momento tenía 15 años. Participaba en un
grupo juvenil dentro de la Iglesia Católica.
Pero, aunque me gustaba estar con ellos,
conversando sobre los temas, algo en mi corazón
decía que faltaba algo. Mis padres en esa época
ya eran espiritas activos y, como buenos
educadores, vieron la necesidad de mostrarme
otros caminos. Un domingo por la mañana fui con
mis padres a la Sociedade Beneficente Obreiros
do Bem, en Araraquara, lugar que frecuentaban.
Quedé encantada.
Emocionada al asistir a una conferencia con el
Sr. Airton. Y así fue como conocí el
Espiritismo.
¿Qué es lo que más le llama
la atención de la Doctrina Espírita?
La coherencia de sus enseñanzas.
La delicadeza con la que los Espíritus nos
enseñan. La lucidez con la que Allan Kardec
aborda los asuntos, nos lleva a la convicción,
como él mismo afirma, sin dejar dudas. Entiendo
que cada vez necesitamos más sumergirnos en el
estudio de las obras para comprender la Vida.
Esto es emocionante.
Su constante preocupación por
los estudios, los seminarios y ahora los lives para
estudiar los temas formó un gran bagaje
doctrinario. ¿Qué experiencia considera haber
acumulado con los eventos y ahora con las
transmisiones en línea?
Hubo muchas experiencias.
Primero, tener la certeza de que "no sé nada",
como lo expresó Sócrates. De esta manera, con
cada tema desarrollado, cada tema estudiado,
percibo un abanico de oportunidades. En segundo
lugar, es la maravillosa experiencia de estar en
contacto con otras personas, que también buscan
conocer, buscan realizar sus tareas en la
divulgación de la Doctrina Espírita. En tercer
lugar, entender el significado y la necesidad de
cooperación y compartir. Entender que el trabajo
en la difusión del Espiritismo no debe ser
aislado, sino más bien conjunto. La Doctrina
misma fue fruto de un trabajo en conjunto.
¿Y los diferentes cursos,
desde la evangelización infantil hasta la
mediumnidad?
Ha sido un largo camino.
Entiendo que todavía queda un largo camino por recorrer.
Es necesario que todos comprendamos que un niño
no es un ser recién creado, sino un recién
nacido. "Viene del espacio para progresar", como
dice San Agustín. Por lo tanto, evangelizar a un
niño "es acercarnos a esa alma de Dios" (San
Agustín). Es una tarea que involucra la
participación de los padres, los evangelizadores
y de la Casa Espírita. No se puede seguir
pensando en la evangelización de los niños como
el momento en que se quedan con el niño mientras
los padres están en la conferencia. La
evangelización infantil debe ser vista como la
Evangelización del Espíritu que está ahí para
aprender y poder cumplir con su plan
reencarnatorio. En el campo de la mediumnidad
tuvimos grandes desafíos. Y seguro vendrán
muchos más. El tiempo es nuestro aliado si
sabemos aprovecharlo con dedicación, con
disciplina. Como le dice Alexandre a André Luiz:
"No somos malos, sino jóvenes", mostrándonos
cómo caminar para alcanzar
la madurez. Cada reunión es un aprendizaje.
¿Cuál es el hecho más
llamativo de su existencia, considerando la
presencia del Espiritismo?
Muchos fueron los hechos
significativos que guardo en la memoria. Pero
vayamos a uno de ellos.
Una vez en la sala de evangelización hablábamos
de Dios, de la creación del Universo. Y en
lenguaje infantil usamos el término polvo
cósmico, mostramos un dibujo, conversamos que
Dios es la Inteligencia Suprema la Causa primera
de todas las cosas y así sucesivamente. Fuimos a
una ciudad cercana a la nuestra, São Carlos, al
Observatorio, para terminar nuestra clase. Y tan
pronto como entramos había un cuadro, con algo
que parecía polvo cósmico; los niños saltaron de
alegría diciéndoles a todos lo que habían
aprendido. No hay mayor felicidad que la
alegría, el encanto de los niños... Hasta el día
de hoy me emociono al recordar este episodio.
Cuéntenos sobre el Centro
Espírita Ismael.
El Centro Espírita Ismael es una
de las casas más antiguas de la ciudad de
Araraquara. Tuvo su inicio, como era común en la
época, dentro de la propia casa del médium,
pasando luego a ubicarse en el local donde se
encuentra actualmente. No es una casa grande en
su estructura física. Es una casa pequeña. Pero
podemos decir, sin temor a equivocarnos, que es
una casa que va más allá de sus paredes de
ladrillo. Nos preocupamos mucho por el estudio,
por lo que tenemos grupos de estudio, que hoy se
están siendo realizados en línea, a excepción
de El Libro de los Médiums y Diálogo
con las Sombras, que se realiza
presencialmente, el día de la tarea mediúmnica.
Además, nos ocupamos de la atención fraterna, la
evangelización de los niños, la atención de las
personas necesitadas y las conferencias
públicas, en formato virtual.
¿Cómo ve el movimiento
espírita en su conjunto?
En primer lugar, creo que
debemos saber diferenciar: el movimiento
espírita de la Doctrina Espírita. La Doctrina
Espírita es donde encontramos todo un cuerpo
doctrinario, a través de sus principios que la
sustentan y que fue codificada por Allan Kardec
desde abril de 1857. El Movimiento Espírita está
vinculado a las instituciones, a los órganos
espíritas, en los cuales debe existir una unidad
de pensamiento, de propuesta de trabajo, dentro
de los principios que encontramos en la Doctrina
Espírita. En este sentido, creo que el
Movimiento Espírita debe luchar siempre por
mantener la pureza doctrinaria, con el objetivo
de alcanzar la Unificación siempre estimulada
por el Dr. Bezerra de Menezes. Muchos están
siendo los desencuentros. Pero debemos estar
vigilantes y estudiar la Doctrina seriamente y
con profundidad, para que no seamos engañados
por los falsos profetas de la actualidad. "Diez
hombres sinceramente unidos por un pensamiento
común son más fuertes que cien que no se
entienden", dijo Allan Kardec.
¿Algo más que quisiera
añadir?
Creo que Dios nos ha concedido
una gran oportunidad, poniéndonos en las manos
este tesoro tan valioso que es el Espiritismo.
Necesitamos aprender a cuidar con "celo y
perseverancia", conforme los Espíritus
orientaron al Codificador. El camino no es
fácil. Pero no podemos desanimarnos ante la
tarea que nos corresponde a cada uno de
nosotros, espíritus, en busca del crecimiento
espiritual. Siempre debemos caminar hacia
adelante y hacia lo alto en la búsqueda de
nuestra trascendencia.
Sus palabras finales.
Sólo tengo una palabra que
decir: Gratitud!...
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