Espiritismo para
los niños

por Marcela Prada
 

 

Tema: Valor del trabajo


El “hechizo” de Pedrito


Era una mañana nublada y los árboles del jardín de José se mecían con el viento. A José le gustaba cuidar su casa y pensó en pedirle a su nieto Pedrito que lo acompañara.

José buscó al niño por la casa y lo encontró sentado a la mesa, suspirando.

- Vamos, Pedrito, ¿qué cara es esa? El cielo está un poco gris, pero todavía hace un hermoso día allá afuera. ¿Qué te parece
aprovechar la mañana ayudándome en el patio trasero?

- Me encantaría, abuelo. Pero mi mamá me dijo que solo puedo salir después de terminar mi tarea. ¡Pero es mucho trabajo! Quisiera saber cómo hacer magia para que la lección estuviera lista por sí sola.

- ¿Magia, dices? Bueno, ven conmigo - dijo el abuelo. - Tengo un “hechizo” que enseñarte.

Pedrito se levantó de un salto y corrió hacia el patio.

- ¿Un hechizo? ¿Cómo aprendiste a hacer magia? ¿Es muy difícil? ¡No puedo esperar! - charlaba el niño mientras corría alrededor de su abuelo. - ¿Qué vamos a necesitar?

- Este es un hechizo para principiantes. Incluso los niños pueden hacerlo con un poco de esfuerzo. Primero, vamos a necesitar una escoba.

Pedrito rápidamente buscó la escoba y se quedó esperando nuevas instrucciones, muy animado.

- Vamos a usar el hechizo para juntar todas estas hojas que trajo el viento. Ahora, antes de decir las palabras mágicas, debes visualizar en tu mente lo que quieres hacer. ¿Está listo?

Pedrito tenía los ojos cerrados, concentrado. Imaginaba las hojas bailando en el aire, haciendo acrobacias y finalmente juntándose en una gran pila en medio del patio.

Todavía con los ojos cerrados, Pedrito escuchó a su abuelo pronunciar las palabras mágicas: "Por mi voluntad y determinación, haré realidad mi deseo. ¡Quiero todas las hojas recogidas, pienso y luego veo!".

Pedrito abrió los ojos y miró a su alrededor, esperando ver la magia que limpiaría el patio. En cambio, vio a su abuelo barriendo las hojas.

- Abuelo, ¿qué estás haciendo? ¡La magia debería juntar las hojas!

- Pero esta es la magia, Pedrito. La magia del trabajo lo consigue todo. Pronto lo entenderás.

Pedrito observó a su abuelo juntando las hojas y se dio cuenta de que, si no fuera por él, barriendo el piso, el patio todavía estaría lleno de polvo y hojas.

- El pensamiento es la mitad de la magia, nieto mío. ¡Visualiza lo que quieres que suceda y luego ponlo en práctica! Verás que pronto conseguirás lo que deseas.

Pedrito volvió a sus cuadernos más decidido. Cerró los ojos y repitió las palabras que le enseñó su abuelo: "Por mi voluntad y determinación, haré realidad mi deseo. Quiero los deberes terminados, lo pienso y luego veo".

Pedrito terminó su tarea más rápido de lo que imaginaba. Incluso después de muchos años, cada vez que necesitaba afrontar una tarea muy grande, recordaba el “hechizo” que le enseñó su abuelo:

“Por mi voluntad y determinación, haré realidad mi deseo. ¡Lo lograré, pienso y luego veo!”

 

(Texto de Lívia Senada)

 


Traducción:
Carmen Morante
carmen.morante9512@gmail.com


 


Material de apoio para evangelizadores:

Clique para baixar: Atividades

marcelapradacontato@gmail.com




 

     
     

O Consolador
 Revista Semanal de Divulgação Espírita