Tema: Valor del trabajo
El “hechizo” de Pedrito
Era una mañana nublada y los árboles del jardín de José
se mecían con el viento. A José le gustaba cuidar su
casa y pensó en pedirle a su nieto Pedrito que lo
acompañara.
José buscó al niño por la casa y lo encontró sentado a
la mesa, suspirando.
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- Vamos, Pedrito, ¿qué cara es esa? El cielo
está un poco gris, pero todavía hace un hermoso
día allá afuera. ¿Qué te parece
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aprovechar la mañana ayudándome en el patio
trasero? |
- Me encantaría, abuelo. Pero mi mamá me dijo que solo
puedo salir después de terminar mi tarea. ¡Pero es mucho
trabajo! Quisiera saber cómo hacer magia para que la
lección estuviera lista por sí sola.
- ¿Magia, dices? Bueno, ven conmigo - dijo el abuelo. -
Tengo un “hechizo” que enseñarte.
Pedrito se levantó de un salto y corrió hacia el patio.
- ¿Un hechizo? ¿Cómo aprendiste a hacer magia? ¿Es muy
difícil? ¡No puedo esperar! - charlaba el niño mientras
corría alrededor de su abuelo. - ¿Qué vamos a necesitar?
- Este es un hechizo para principiantes. Incluso los
niños pueden hacerlo con un
poco de esfuerzo. Primero, vamos a necesitar una escoba.
Pedrito rápidamente buscó la escoba y se quedó esperando
nuevas instrucciones, muy animado.
- Vamos a usar el hechizo para juntar todas estas hojas
que trajo el viento. Ahora, antes de decir las palabras
mágicas, debes visualizar en tu mente lo que quieres
hacer. ¿Está
listo?
Pedrito tenía los ojos cerrados, concentrado. Imaginaba
las hojas bailando en el aire, haciendo acrobacias y
finalmente juntándose en una gran pila en medio del
patio.
Todavía con los ojos cerrados, Pedrito escuchó a su
abuelo pronunciar las palabras mágicas: "Por mi voluntad
y determinación, haré realidad mi deseo. ¡Quiero todas
las hojas recogidas, pienso y luego veo!".
Pedrito abrió los ojos y miró a su alrededor, esperando
ver la magia que limpiaría el patio. En cambio, vio a su
abuelo barriendo las hojas.
- Abuelo, ¿qué estás haciendo? ¡La magia debería juntar
las hojas!
- Pero esta es la magia, Pedrito. La magia del trabajo
lo consigue todo. Pronto lo
entenderás.
Pedrito observó a su abuelo juntando las hojas y se dio
cuenta de que, si no fuera por él, barriendo el piso, el
patio todavía estaría lleno de polvo y hojas.
- El pensamiento es la mitad de la magia, nieto mío.
¡Visualiza lo que quieres que
suceda y luego ponlo en práctica! Verás que pronto
conseguirás lo que deseas.
Pedrito volvió a sus cuadernos más decidido. Cerró los
ojos y repitió las palabras que le enseñó su abuelo:
"Por mi voluntad y determinación, haré realidad mi
deseo. Quiero los deberes terminados, lo pienso y luego
veo".
Pedrito terminó su tarea más rápido de lo que imaginaba.
Incluso después de muchos años, cada vez que necesitaba
afrontar una tarea muy grande, recordaba el “hechizo”
que le enseñó su abuelo:
“Por mi voluntad y determinación, haré realidad mi
deseo. ¡Lo lograré, pienso y luego veo!”
(Texto de Lívia Senada)
Traducción:
Carmen
Morante
carmen.morante9512@gmail.com
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