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El nacimiento de Cristo
y el pensamiento
abductivo |
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Jesucristo es el modelo perfecto y la referencia segura
para que las otras personas puedan inspirarse y
reflexionar en sus propias acciones. Ciertamente es una
de las grandes misericordias de Dios el envío de este
sublime mensajero celeste para el bien de la humanidad.
¿Todavía, cuándo nació Jesucristo en la Tierra? Una
simple pregunta puede envolver cuestionamientos
profundos, cuando es dada a ella el debido valor y
atención. Pero, esta no es una pregunta cualquiera,
tampoco para explorar sin utilidad. El cuestionamiento
se hace para que se presente el raciocinio abductivo
utilizado en investigaciones e investigaciones y que
puede ayudarnos en el mejor aprovechamiento de las
lecciones del Maestro, bien como a probar nuestra fe. No
la fe ciega o mistificadora, sino la fe razonada. Con la
abdución hay la búsqueda de la mejor explicación a
través tanto de la exploración de nuevas pistas, en
cuanto a la imaginación, de la intuición y de la
creatividad.
Por ejemplo, para Léon Denis (2019) el nacimiento de
Cristo no fue un acto realizado sin oposición de
aquellos que dominaban el orbe y que querían mantener el
control hasta entonces como estaba. La venida del
cordero de Dios, planeado inicialmente para ocurrir en
tierras celtas, tuvo que ser alterada para Judea debido
a los obstáculos lanzados por los opositores de la luz.
Todavía, si adoptamos 25 de Diciembre como la fecha del
nacimiento, es preciso observar que Israel se encuentra
en el hemisferio norte y por eso, es invierno y lluvioso
en tal periodo. Nacer en un establo en una condición
climática inhóspita no parece ser la que mejor se encaja
con la imaginación colectiva, tampoco con algunas
representaciones del libro sagrado. Pero, ¿por qué la
elección de tal fecha? ¿Será que fueron registros
oficiales del nacimiento de Cristo o, entonces, una
fecha seleccionada con determinado propósito mundano?
En el libro sagrado de la Biblia, no consta ninguna
fecha específica, apenas la descripción del contexto.
Por ejemplo, según el evangelista Mateo: “Y, habiendo
nacido Jesús en Belén de Judea, en el tiempo del rey
Herodes, he que unos magos vinieron de Oriente a
Jerusalén” (Mateo 2:1). Ya en Lucas: “Y dio a luz a su
hijo primogenito, y envolviéndolo en paños, y lo echó en
un pesebre, porque no había lugar para ellos en posadas.
Ahora, había en aquella misma comarca pastores que
estaban en el campo, y guardaban, durante las vigílias
de la noche, su rebaño” (Lucas 2:7,8). Es de esperarse
que nuevos corderos nazcan en la primavera, lo que
ocurre entre los meses de abril a junio, con clima
agradable. Lo que vendría de encuentro con las primeras
marcaciones iniciales del nacimiento de Cristo hechos
por Clemente de Alejandría, el filósofo que vivió entre
los siglos II y III. Según trecho de Clemente de
Alejandría, citado por McGowan (2023):
Hay aquellos que determinarón no solamente el año del
nacimiento de nuestro Señor, pero también el día; ellos
dicen que ocurrió en el 28º año del reinado de Augusto y
en el dia 25 de Pachon (20 de mayo) […]. Y tratando de
Su Pasión, con gran precisión, algunos dicen que ocurrió
en el 16º año del reinado de Tiberio, en el día 25 de
Paremhat (21 de marzo); otros en 25 de Pharmuthi (21 de
abril) […]. Posteriormente, otros dijeron que Él nació
en el día 24 o 25 de Pharmuthi (20 o 21 de abril).
Y en los Evangelios de Marcos y Juan, no hay descripción
del nacimiento de Cristo, apenas su surgimiento para ser
bautizado por su primo, Juan Bautista. Juan era hijo de
Isabel, prima de María, y de Zacarías. Conforme Lucas:
“un sacerdote llamado Zacarías, da orden de Abias, y
cuya mujer era de las hijas de Aarón; y su nombre era
Isabel”. Entonces, el primo-tío de Jesucristo era
sacerdote y con condiciones mediúmnicas para que pudiese
ocurrir el siguiente hecho: “el ángel le dice: Zacarías,
no temas, porque tu oración fue oida, e Isabel, tu mujer,
dará a luz un hijo, y le pondrás el nombre de Juan”
(Lucas 1:13). Otro hecho de destaque es que el ángel
Gabriel que conversó con Zacarías es el mismo que hizo
la anunciación para María (Lucas 1:31). La diferencia de
edad entre Jesús y su primo Juan Bautista, sería de
cerca de seis meses (Lucas 1:36). Más allá de eso,
debido a la proximidad de las primas, muy probablemente
hubo un contacto estrecho entre los niños. Y ambos
estuvieron solos en el desierto para fortalecerse. Lucas
relata el caso de Juan Bautista: “Y el niño crecia, y se
robustecia en espíritu. Y estuvo en los desiertos hasta
el día en que había de mostrarse a Israel” (Lucas 1:80).
En otro pasaje, el evangelista también observa con
detalles el caso de Cristo: “Y Jesús, lleno del Espíritu
Santo, volvió del Jordán y fue llevado por el Espíritu
al desierto; y cuarenta días fue tentado por el diablo,
y en aquellos días no comió cosa alguna; y, terminados
ellos, tuvo hambre” (Lucas 4:1,2).
Há muitas semejanzas entre los primos. Todavía, ninguno
de ellos tienen las fechas de aniversario debidamente
expresadas en la Biblia. Otro punto dudoso es si el
nacimiento de Cristo habría ocurrido en Belén de Judea o
Belén de Galilea. A pesar de la Biblia presenta la
primera (Mateo 2:1), a Belén de Judea dista 150
kilómetros de villa de Nazarét, en cuanto que Belén de
Galilea, solamente 7 kilómetros (Chagas, 2011). Lo que
parece ser más creible por las condiciones de la época.
Las dudas y a falta de información completa no permiten
que se adopte el dato como verdad absoluta, si no apenas
verdad temporal hasta ser puesta a prueba. Más allá de
eso, se puede hacer la triangulación de las
informaciones con diferentes fuentes y, también, ir y
venir en las investigaciones, tal como un detective hace
para que se pueda, bajo el escrutinio de la inteligencia,
de la lógica y del buen sentido, separar lo que se
vuelva viable y factible de aquello que se vuelve
irrelevante.
El raciocinio abductivo es aquel practicado, por
ejemplo, por el detective Sherlock Holmes y su asistente
Watson. Por la abducción se explora tanto nuevas
“pistas”, en cuanto la posibilidad mental de cambiar de
rumbos con la llegada de nuevas informaciones. Para
Pierce (1998, p.227): “La sugestión abductiva llega
hasta nosotros como un brillo. Es un acto de insight,
aunque de un tipo extremamente falible. Es verdad que
los diferentes elementos de la hipótesis estaban en
nuestras mentes antes; pero lo que impulsa la nueva
sugestión antes de nuestra contemplación es la idea de
reunir aquello que jamás soñamos reunir”.
Lo que parece ser adecuado con el surgimiento de nuevas
informaciones sobre la Biblia y sobre el Cristo, como
los diferentes evangelios apócrifos, bien como las obras
mediúmnicas sobre detalles del periodo de Jesús en la
Tierra, tales como los libros Buena Nueva de
Humberto de Campos o Primicias del Reino y Viviendo
con Jesús, de Amelia Rodrigues. En el caso de
Cristo, pistas antiguas también pueden influenciar en la
cuestión, como es el caso del pasaje: "Pero tú,
Belém-Efrata, aunque seas pequeña entre los clanes de
Judá, de ti vendrá para mí aquel que será el gobernante
sobre Israel. Sus orígenes están en el pasado distante,
en tiempos antiguos" (Miqueas 5:2).
Observando la literatura especializada (McGowan, 2023),
se percibe que la fecha de 25 de diciembre fue elegida
por la institución iglesia como una forma de combatir la
popularidad del rito pagano de Saturnália, que es más
antiguo que el propio nacimiento de Cristo. Saturnália
es la conmemoración de Saturno y que ocurre durante el
solsticio de invierno (por cuenta del día 21 de
diciembre). El evento homenajea el principal dios pagano
y es caracterizado por el relajamiento de las órdenes
sociales y el libertinaje. En el mismo periodo también
es conmemorado el nacimiento del sol invicto (Natalis
Solis Invicti) y que trataba de una fiesta pagana
con homenajes al astro-rey. Así, conmemorar el
nacimiento de Cristo puede ser encarado tanto del punto
de vista de una acomodación de una fecha con otras ya
establecidas, tal como ocurre en la Pascua, o aun una
manera de ofuscar y cristianizar los festejos iniciales.
No se puede tener la certeza.
Pero, con el uso del método abductivo, se puede hacer
una mejor investigación de la verdad, aunque se pueda
asumir determinada respuesta temporal, sea por la
ausencia de pruebas superiores, sea por la complejidad
de la cuestión. Todavía, no se puede tener la fe ciega
que relaja el raciocinio, tampoco dejar de perseguir la
verdad mayor para el bien y el progreso general. La
rigidez y la restricción de la fuente sería sacrificar
la verdad mayor.
Debido a la importancia de Cristo, es esencial que los
espíritas usen con maestría el método abductivo, o
cualquier otro de la ciencia y de la filosofía, para
buscar consolidar la fe razonada, bien como a investigar
a fondo, cuestionando y buscando informaciones, para que
las piezas de la verdad siempre vengan de forma decisiva
y fiel a los hechos. El rompe-cabeza de la verdad
siempre se beneficia cuando se está en el camino
correcto.
Así como en relación a los Espíritus un nombre es solo
un nombre, un lugar solamente un lugar, lo mismo se
puede decir de la fecha. Todavía, es preciso que la
verdad mayor encuentre su lugar al sol. No dejemos de
prestar homenajes a Nuestro Señor Jesucristo, en todos
los días del año, en nuestra mente, corazón y manos
volcados a la caridad, al estudio edificante y al amor.
Es esencial que
mantengamos la vigilancia alta, pues “la oscuridad
adora esconderse detrás de la luz”. O en las palabras
inmortales del maestro Nazareno: “Yo los estoy enviando
como ovejas en medio de lobos. Por tanto, sean astutos
como las serpientes y sin malicia como las palomas”
(Mateo 10:16). (1)
Referencias:
Chagas, T. (2011). Arqueólogo
afirma que Jesús nació en una Belén diferente de la que
la Biblia cuenta. clique
aqui-1
Denis, L. (2019). O Gênio Céltico e o
Mundo Invisível. Versão digitalizada. clique
aqui-2
McGowan, A. (2023). How December 25
became Christmas. Bible History Daily. clique
aqui-3
PEIRCE, Charles S. (1998). The
essential Peirce: Selected philosophical writings 2.
Indianapolis: Indiana University Press.