Espiritismo para
los niños

por Marcela Prada
 

 

Tema: Amistad


Un gran amigo

 

Érase una vez un mono llamado Bino. Él era inteligente y alegre. Adoraba encontrarse con otros animales y salir a jugar y pasear.

Muchas veces se divertía con las zarigüeyas y con otros animales que subían a los árboles como él. Bino se

colgaba de las ramas con solo una mano e incluso con su cola. Le gustaba hacer acrobacias y saltar de rama em rama.

Sus amigos admiraban mucho su fuerza y agilidad. Bino agradecía cuando era elogiado, pero a quien él admiraba era al elefante Joco.

Joco no era ágil ni subía a los árboles, pero era grande y fuerte. Nadie se comparaba a él en eso. Bino quedaba impresionado siempre que lo veía, aunque fuera de lejos.

Un día Bino estaba en un árbol comiendo frutitas y Joco llegó. Él saludó a Bino, estiró su larga trompa y comenzó a saborear las frutitas también.

Joco y Bino empezaron a conversar y pronto estaban riendo y divirtiéndose juntos. Joco fue muy amable y Bino estaba feliz. Nunca pensó que podría hacerse amigo de un animal tan grande y poderoso como Joco.

Pero de repente, Joco se volvió diferente, tranquilo, con una mirada de preocupación. Bino lo notó, pero pensó que era su imaginación. ¿Qué podría preocupar a Joco?

Como era inteligente, Bino lo descubrió pronto. El viento se había vuelto más fuerte y traía nubes oscuras. Algunos rayos comenzaron a surcar el cielo. Joco tenía miedo a las tormentas y, aunque lo intentara, apenas podía ocultarlo.

No pasó mucho tiempo antes de que empezara a llover copiosamente. Los truenos aterrorizaron a Joco. Bino no esperaba eso. No sabía qué hacer, pero quería ayudar a su nuevo amigo. Entonces, bajó del árbol y para distraerlo dijo:

- ¡Hora del baño!

Y empezó a saltar y a hacer monerías intentando distraer a Joco.

Pero fue inútil. Joco todavía estaba asustado. Bino notó que incluso estaba temblando de miedo.

Bino, que ya estaba todo mojado, para no avergonzar a Joco, fingió que tenía frío y estaba temblando también.

- Vaya, qué lluvia helada, tengo mucho frío. ¿Puedo quedarme cerca de ti para mantenerme caliente, Joco?

El elefante asintió y el mono se apoyó en su pierna.

- Tú también tienes frío, ¿verdad Joco? Pero no te preocupes, esto es lluvia de verano. Llegó fuerte, pero pronto pasará. Así, juntos, no sentiremos tanto frío.

Joco se sintió mucho mejor con la compañía y las palabras de Bino.

El mono permaneció a su lado hasta que la lluvia paró y él se calmó.

Después, más tranquilo, el elefante pudo hablar y hablar de su miedo a las tormentas. También agradeció a Bino por su ayuda.

Bino estaba feliz por haber podido ayudarlo. Y se dio cuenta de que, aunque no era del tamaño de Joco, también podía ser grande en sus actitudes. De hecho, eso fue lo más importante.

Después de ese día se encontraron y se divirtieron juntos muchas más veces también. A veces Bino necesitaba la ayuda de Joco y otras veces, sobre todo cuando iba a llover, le tocaba a Bino ayudar a Joco.

Eso era muy bueno para los dos y hacía que su vida sea más feliz; cada uno de ellos tenía un gran amigo.


Traducción:
Carmen Morante
carmen.morante9512@gmail.com


 


Material de apoio para evangelizadores:

Clique para baixar: Atividades

marcelapradacontato@gmail.com




 

     
     

O Consolador
 Revista Semanal de Divulgação Espírita