Existen
muchas
indagaciones
propuestas
por
diversos
estudiosos
cuyas
respuestas
solo el
tiempo
nos
mostrará.
Una de
esas
preguntas
dice
respecto
al
origen
del
Universo,
asunto
sobre el
cual
muchas
teorías
ya
fueron
formuladas,
sin
embargo
ninguna
de ellas
ha
conseguido
reunir
en torno
de si la
unanimidad
de las
opiniones.
El
astrofísico
británico
Fred
Hoyle,
que
desencarnó
en el
2001, a
los 86
años de
edad, si
bien que
había
sido el
creador
de la
expresión
Big Bang,
jamás
acepto
la
teoría
que
lleva
ese
nombre
de cómo
explicaba
el
aparecimiento
del
Universo.
Hoyle
defendía
diversas
propuestas
y, en lo
tocante
al
surgimiento
de la
vida en
la
Tierra,
era
partidario
de la
teoría
de la
panspermia,
según la
cual las
moléculas
necesarias
para la
vida
habían
llegado
a
nuestro
globo en
meteoros
y
cometas,
idea
perfectamente
compatible
con lo
que los
Espíritus
superiores
han
dicho
sobre el
asunto.
Los
elementos
orgánicos
–
informa
la
cuestión
45 de
“El
Libro de
los
Espíritus”,
de
Kardec –
estaban
por así
decir,
antes de
la
formación
de la
Tierra,
en
estado
fluídico
en el
espacio,
entre
los
Espíritus
o en
otros
mundos,
esperando
la
creación
de la
tierra
para
comenzar
una
nueva
existencia
sobre el
nuevo
globo.
Es
comprensible
la
dificultad
que
tienen
los
científicos
en
descubrir
los
misterios
relacionados
con el
Universo
y su
origen,
una
tarea
superior
a las
posibilidades
del
hombre
moderno,
que no
tiene ni
aun
mismo la
certeza
de que
la
Tierra
existía
hace 4,6
billones
de
años.
Como las
rocas
más
antiguas
encontradas
en el
planeta
tienen
cerca de
3,5
billones
de años,
edad
basada
en la
mediación
de la
radioactividad
de ellas,
el globo
existiría
evidentemente
hace más
tiempo.
La
conclusión
es
correcta,
más
nadie
puede
afirmar
con
certeza
si no
existen
en la
Tierra
rocas
más
antiguas
que las
examinadas
ni que
tiempo
más
seria
razonable
para
definir,
en fin,
lo que
se
pretende:
la edad
del
planeta.
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