Christina Nunes:
“La raíz maestra del
sufrimiento humano
indiscutible es el
desamor”
La médium carioca
habla sobre sus
libros y analiza
diversos temas de
interés del lector,
como la
cuestión del aborto
y la violencia
|
Nacida en Rio de
Janeiro en una
familia espírita,
Christina Nunes,
nuestra entrevistada
de la semana, tiene
formación en Lengua
Portuguesa y
Literatura y
profesionalmente
trabaja en el TRF de
Rio de Janeiro. En
la siembra espírita
actúa como médium
psicógrafa, hecho
que le rindió varios
libros romances
espíritas, todos
dictados por el
mentor espiritual
Caio Fábio Quinto.
Christina es también
articulista y
corresponsal en Rio
de Janeiro de la
revista
El Consolador.
En vía de tener más
libro de su cultivo
mediúmnico
publicado, “Entre
Jesús y la Espada”,
ella nos
concedió la
entrevista
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que sigue:
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El Consolador: ¿Usted
siempre vivió en Rio
de Janeiro?
Nací en Rio, en el
barrio do Méier.
Viví allá por veinte
años, después mí
familia se mudó para
Tijuca. Ahora que ya
resido aquí hace más
tiempo me considero
casi como tijucana
de nacimiento. Es un
barrio muy querido
para mí, con sus
calles arboladas y,
el resto, ¡teniendo
cerca el mayor
bosque urbano del
mundo!
El Consolador: ¿Cómo
conoció el
Espiritismo?
Toda mi familia es
espírita. Como ya
pude relatar, mi
nostálgico abuelo
materno, que
considero uno de mis
iniciadores en la
Doctrina, durante el
periodo de la
juventud pasó mucho
tiempo en un colegio
interno católico y,
curiosamente, salió
de allí espírita
convencido, ¡un
estudioso profundo
del tema! Al
desencarnar, heredé
su variada
biblioteca, y fue de
él que recibí como
regalo el primer
libro, alrededor de
los diesiseis años,
el romance
mediúmnico bellísimo
dictado por el
espíritu Emmanuel
por la psocografía
de nuestro Chico
Xavier, “Hace Dos
Mil Años”, y su
continuación,
“Cincuenta Años
Después”. Todavía,
teniendo una madre
kardecista, ya tomó
contacto con la
lectura espírita a
través de sus libros,
como “Nuestro Hogar”,
también
psicografiado por
Chico y como autor
espiritual André
Luiz.
El Consolador: ¿Ya
ejerció cargo en
algún Centro
Espírita?
No, y no porque me
haya faltado la
voluntad y
disposición. Es que
mi vida es
especialmente
absorbente. Con mí
marido trabajador en
el interior de San
Pablo toda la
semana, mi jornada
doméstica, la mayor
parte del tiempo, es
doble como madre y
padre, fuera con la
tercera y cuarta
jornadas
profesionales en la
Justicia y con la
producción espírita
literaria en varios
sites, además de
estar actualmente
en sociedad con la
editora Lúmen en la
publicación de
nuestras obras
psicográficas.
El Consolador: Usted
está formada en
Letras. ¿Cómo surgió
el gusto por la
literatura?
Pronto. Cursando la
entonces llamada
primaria aprendí a
leer con bastante
facilidad. A los
ocho años ya
escribía esbozos de
historietas en
cuadritos que yo
misma creaba y que
los amiguitos de
infancia les gustaba
de leer y oír. Es un
placer nato, el de
la lectura y el de
la escritura, ¡puedo
decir que un vicio
saludable! Siempre
escribí con
desenvoltura, y los
profesores
apreciaban mis
textos.
El Consolador: ¿Cómo
descubrió tener
facultades
mediúmnicas?
Al inicio la
mediumnidad vino de
forma superficial,
de modo un tanto
desarticulado y
fuera de control,
porque ocurrían
incorporaciones de
hermanos
perturbados, y hasta
incluso parientes
desencarnados. Mi
mentor, en torno de
esa época, llegó a
manifestarse por
incorporación, pero
pocas veces. Lo que
pasó a hacer con el
trascurrir del
tiempo fue orientar
y entrenamiento con
la psicografía,
inicialmente a
través de mensajes
cortos y de los
tradicionales
garabatos, hasta
alcanzar el punto de
los mensajes más
largos y de la
producción de libros,
varios años después.
Cuando la facultad
mediúmnica surgió de
esa forma poco
organizada, aun en
la fase de la
adolescencia, pasé a
frecuentar con
asiduidad la
Sociedad Espírita
Ramatis. Fue a
través del
tratamiento de la
Casa que realicé,
que al fin
discipliné el don.
Las manifestaciones
de incorporación
practicamente
cesaron, dejando
lugar sólo a los
trabajos realizados
bajo las directrices
de mis mentores
espirituales más
directos. Recibí en
determinada ocasión
mensajes
psicografiados de mi
abuelo materno
desencarnado en las
cuales la caligrafía
fue idéntica, así
como su estilo de
contenido y firma.
Fuera de esos
episodios, otros
concurrían, en el
ámbito de proyecyos.
Los más interesantes
ocurrieron cuando la
visita de ese mismo
abuelo, que me
reveló cosas del
ámbito familiar que
después fueron
confirmadas. También
durante un episodio
de desprendimiento
visite lugares de
Italia que en la
época desconocía, y
que más tarde pude
reconocer, con gran
susto, ¡delante de
fotos que llegaron
ocasionalmente al
examen!
El Consolador: ¿Qué
criterio adopta en
la recepción de los
mensajes? ¿Ellos son
psicografíados en
casa o en las
reuniones del Centro
Espírita?
Tuve que crear, bajo
la orientación de
los asistentes
espirituales,
criterios peculiares
que viniesen a
atender al trabajo
mediúmnico literario.
Como no me sobra
tiempo hábil para
frecuentar con
regularidad las
sesiones de la
Sociedad Espírita
debido a las otras
obligaciones de
orden profesional en
la Justicia Federal
(todos los días de
actividades son
durante la semana y
en horario
impracticable para
mis necesidades),
creé en casa una
especie de rincon de
trabajo mediúmnico,
donde regularmente,
en ciertos días, y
siempre en el
horario nocturno
adelantado o
matutino, pronto me
recojo para la
producción de los
libros, artículos o
mensajes en conjunto
con mi mentor
desencarnado,
prioritariamente, y
eventualmente con la
participación de
otros amigos
espirituales. Además
de eso es
imprescindible la
preparación
constante y la
manuntención de un
patrón vibratorio
armónico en el
ambiente doméstico,
de modo a aislar la
intromisión de
obsesores y de
influencias
espirituales
indeseables o
nocivas, por
intermedio de la
oración y de la
lectura habitual de
las obras básicas de
la Codificación, con
relevancia para el
Evangelio según el
Espiritismo.
El Consolador: ¿De
qué forma su
formación literaria
auxilia en su
trabajo de
psicografía?
En la propia
literatura espírita
existen menciones de
que los Espíritus
comprometidos con la
producción de obras
escritas en la
esfera material
prefieren
intermediadores cuya
preparación en ese
sentido, de conjunto
con los otros
requisitos
indespensables, les
faciliten la tarea
de la transmisión de
los mensajes y de
los libros de
contenido espírita a
los reencarnados. En
el caso del médium
desenvuelto en la
escritura, del punto
de vista tanto
gramatical como en
el vocabulario,
tanto mejor. En el
Libro de los Médiums,
cap. XI, 2ª Parte,
se resalta la
inconveniencia de
buscarse medios
técnicos directos de
comunicación con los
Espíritus en
detrimento de la
participación de los
médiums. Ya expliqué
sobre esto también
en artículos donde
abordé la
Transcomunicación
Instrumental que, a
mi ver, posee su
importancia, pero
jamás
sobreponiéndose a la
intermediación
mediúmnica, que
funciona como
excelente
salvaguarda contra
el embuste de los
obsesores
inteligentes y
hábiles en el
intento de engañar a
los incautos con
palabras brillantes,
aunque insidioso,
cuanto no fútil. Es
una comparación de
valor que la
máquina, por más
avanzada, no posee,
pues es destituída
del avance y de la
sensibilidad
espiritual y
psíquica propios del
ser humano, para
discernir con
precisión los
mensajes
verdaderamente
valerosos de los
Espíritus
comunicantes.
El Consolador: ¿Su
trabajo de
psicografía en la
literatura espírita
ya produjo cuántos
libros?
En verdad, cinco
listos, todos
manuscritos ya de
hace muchos años,
otros en proyecto y
caminando, todos de
autoría espiritual
de mi mentor
desencarnado, Caio
Fábio Quinto, que se
da a conocer con el
nombre de la época
en que vivió en
Italia, como un
general en los
ejércitos romanos de
Julio César. Vivió
numerosas veces en
este país, y su
misión, del punto de
vista literario y,
en parte, rescatar
esas reminiscencias,
transmitiéndolas a
los lectores a fin
de comunicar
enseñanzas útiles
del punto de vista
evolutivo y cármino,
ya que algunas de
sus obras relatan
más de una
reencarnación de un
mismo grupo de
Espíritus que lo
acompaña desde hace
muchos milenios en
el pasado. De esos,
hay tres publicados:
“El
Pretoriano”,
traducido al público
por el Mundo Mayor
Editora, “Bajo
el poder del Águila”
y “Elysium,
Una Historia de Amor
Entre Almas Gemelas”,
estos dos son frutos
de mi asociación con
Lúmen Editorial.
Este último, huyendo
un poco a la
sucesión de
reencarnaciones en
la esfera física,
pasa todo en la
Colonia Espiritual
situada encima de
una de las regiones
italianas, y
desmitifica bastante
la temática que gira
en torno de las
almas gemelas, con
todos sus
malentendidos,
viniendo a confirmar
que, en verdad, lo
que prevalece entre
todos los hilos
afectivos se pauta
antes de todo por la
legitimitad de
sentimientos, por
las leyes vigentes
de las atracciones
vía sintonía del
estado evolutivo y
vibratorio
espiritual – y no
por mitades
incompletas que se
buscan
incesantemente toda
la eternidaden
estado perpétuo de
no estar completos.
El Consolador: Usted
es una médium
psicógrafa bastante
productiva. ¿Hay
algún libro más
listo para ser
lanzado? ¿Es romance
u otro género
literario?
En el momento, en la
editora, a ser
lanzado probablente
en este semestre,
otro romance
mediúmnico, estilo
predominante en
nuestras obras: “Entre
Jesús y la Espada”
relata las vivencias
cotidianas de este
mismo grupo
espiritual
afectuosos al autor,
en los tiempos de
Nerón. De contenido
sencillo así como
intenso, narra las
sublimidad de las
enseñanzas de Jesús
en plena
efervescencia en
medio de las
amarguras impuestas
por el despotismo
del gobierno
imperial romano, la
participación
directa de los
grupos militares y
religiosos en el
proceso de una cruel
persecución a los
cristianos y las
lecciones evolutivas
preciosas de eso
trascurridas.
El Consolador: ¿Qué
libros y cuáles
autores espíritas
aprecia usted más e
indica a nuestros
lectores?
Además de todo el
cuerpo de las obras
de la Codifcicación,
la serie completa de
libros del Espíritu
André Luiz y de
Emmanuel, de
psicografía de Chico
Xavier. Aprecio
particularmente toda
la colección de
romances mediúmnicos
del Espíritu de
Rochester, a pesar
de alguna polémica
existente sobre los
componentes
fuertemente místicos
y fantasiosos de sus
obras. Obras
paralelas tratando
sobre espiritualidad
como los libros de
Osho, y los de
autoría espiritual
de Víctor Hugo, León
Denis y Zilda Gama,
leídos todos,
Herculano Pires y
Neale Donald Walsch.
Hay todo un
maravilloso universo
literario espírita
para el estudioso
interesado, y lo que
hago aquí apenas
menciona algunas de
las obras de mí
predilección.
El Consolador: El
ejercicio de la
mediumnidad es un
trabajo que requiere
constante
disciplina. ¿Usted
cree que es ese el
mayor desafío
enfrentado por los
médiums?
En los tiempos
actuales, sin
ninguna duda. Y no
me atengo apenas a
las exigencias que
desgastan en la vida
moderna. Hablo
también del patrón
energético reinante
en el orbe, causante
de llevar a sucumbir
con facilidad a todo
médium que no esté
preparado y
vigilante en la
lucha con las
falanges obsesoras
incansables en los
esfuerzos de
comprometer nuestro
trabajo en pro de la
ascensión espiritual
humana. En la
Sociedad Espírita
Ramatis, en la época
en que asistía con
entusiasmo a las
conferencias del
nostálgico
presidente de la
Casa, Antonio Plinio,
él acostumbraba a
referirse a esos
obstáculos como “la
cosa”. Avisaba
reiteradamente que
nos pusiésemos en
vigilancia en cuanto
a eso: imprevistos
de modo a perjudicar
- ¡pero no
impedir! –
nuestra puntualidad
para con la agenda
programada del
tratamiento
espiritual de la
Casa; ataques
intempestivos de
parte muchas veces
de personas
próximas, de
familiares, viniendo
a comprobar nuestra
capacidad de
resisitir a los
estados espirituales
indeseables y del
patrón vibratorio
nocivo a la
elevación de
nuestros propósitos;
contratiempos y
dolencias,
frecuentemente de la
Casa espírita. Todo
eso es obra de la
“cosa”. Son las
falanges de hermanos
infelices empeñados
en perjudicar los
progresos de los que
luchan por el avance
consciente de las
incontables
multitudes de
Espíritus
reencarnados en un
proceso lento de
aprendizaje
evolutivo, en medio
de los engaños y
asedios sobrevenidos
del mundo.
El Consolador:
Hablemos un poco
sobre temas de la
actualidad. La
Comisión de
Seguridad Social y
Familia rechazó, por
unanimidad, el
proyecto de Ley
1135/91, que
descrimina el aborto
provocado por la
propia gestante o
con su
consentimiento.
¿Usted, como
espírita de qué
forma ve esa
noticia?
Veo como una
voctoria digna de
celebración por
todos nosotros del
movimiento.
Particularmente hice
por ofrecer mi
contribución para
ese resultado en la
búsqueda por el
cambio de ideas y
por la enseñanza de
reflexión por parte
del lector, al
publicar artículos
sobre el asunto. Au
hay gran
desconocimiento al
respecto de las
implicaciones más
amplias que
envuelven el aborto,
ya que muchos
rechazan o ignoran
las realidades de la
reencarnación. Las
personas desconocen
la real magnitud de
todo el trabajo
conjunto por detrás
de un renacimiento
en la base material
del orbe. Desconocen,
o se niegan a
admitir, el serio
compromiso de orden
espiritual entre los
espíritus
reencarnantes y
padres y de estos
con los mentores y
con muchas otras
almas en espera en
la maternidad; con
arquitectos cármicos
y toda una inmensa
falanje encajada por
amor, en el
propósito de la
evolución conjunta,
y no de prepararse y
cercar de especiales
cuidados la
oportunidad
insospechadamente
preciosa
representada por
aquel instante
aparentemente simple
y cotidiano de la
reflexión.
Principalmente, sin
embargo, desconocen
las consecuencias
tristes y funestas,
del punto de vista
espiritual, de ese
atentado contra la
vida para sus
víctimas y para
quien lo practica.
Hay relatos de
mujeres que rozan la
locura al verse
cercadas, durante
largo intervalo de
tiempo, de los
“puntos oscuros” que
a ellas se adhieren,
en un macabro ritual
de venganza, y de
procesos complejos
de vampirismo de las
energías
espirituales y de
honestidad, de parte
de los así
rechazados por el
regazo materno e
impedidos
violentamente de
acceder a la materia
a fin de cumplir en
conjunto los
compromisos asumidos,
importantísimos e
inedulibles del
punto de vista de la
evolución de todos
los envueltos.
El Consolador: Y la
cuestión que
envuelve la
violencia urbana y
el tráfico de
drogas. ¿Cómo
analizarlos a la luz
del Espiritismo?
Cuando paro para
reflexionar buscando
inspiración sobre el
asunto con los
mentores, lo que me
ocurre siempre es
que presenciamos el
resultado lamentable
de la total
inversión de valores
vigente en el mundo.
La humanidad se
desconectó de Dios,
y el resultado no
podría ser otro.
Vivimos en la era de
las
superficialidades y
de los comodismos,
resultado del avance
científico y
tecnológico
considerable de los
últimos siglos,
¿¡pero en que
auxilió esto para la
solución de los
problemas milenarios
que flagelan a la
humanidad?! La raíz
maestra del
sufrimiento humano
indiscutiblemente es
el desamor, la
lección máxima que
aun hoy nos falta
aprender, ¡incluso
después de dos mil
años del Cristo! En
un pasaje de uno de
mis libros aun no
publicados constan,
efectivamente,
advertencias útiles
de la espiritualidad
en el sentido de
que, efectivamente,
los principales
vicios flageladores
de la humanidad son
enraizados en los
otros, en el ámbito
del alma – ¡para
sólo entonces
materializarse en
los lamentables
desvíos de conducta
responsables por
tantas tragedias
cotidianas presentes
en todos los
rincones del mundo!
De hecho, las
máquinas que
volvieron al ser
humano obsoleto, y
la ganancia por el
poder y por el
dinero como objetivo
último, transmuraron
al hombre en algo
descartable, que así
busca,
inconscientemente,
por algún tipo de
embriaguez falaz que
le venga a llenar el
inmenso vacío dejado
por esta visión
desvirtuada del
verdadero sentido de
la vida.
Avance material,
tecnológico y
cinetífico en
descompensación con
el moral, por tanto,
en ninguna época nos
llevará a nada
diferente de la
desesperación y de
la angustia
observables en la
forma desorientada
con que las personas
se conducen, se
engañan y se pierden,
en esta era en que
la suma monetaria y
el acúmulo de bienes
hablan alto de lo
que la convivencia
amorosa y más
próxima con los
hijos al final de un
día de trabajo.
Pero, así, que
alcanzamos el punto
crucial anunciado
antes por videntes y
por maestros
espirituales de gran
altitud evolutiva
que ya nos visitaron
en el trascurrir de
los tiempos dejando
sus mensajes a guisa
de faroles
resplandecientes en
medio de las
tinieblas compactas.
De los siglos
actuales.
Incontables falanges
de espíritus apotan
a la vida material
en el instante de la
monumental
transición
planetaria, que
antecede al mundo
apaciguado del
futuro; nos resta,
pues, escoger en el
ejercicio sagrado
del libre albedrío,
los rumbos del
mañana, cuyos
enredos nos atraeran
de cualquier forma,
inevitablemente, por
los efectos de la
sintonía creada en
las directrices que
imprimimos a los
hechos mínimos de
nuestro día a día.
El Consolador: Usted
tiene dos hijos. ¿Cómo
proceder para
educarlos en las
bases de la moral
del Cristo?
¡Ah, amigo mío! ¡Sería
tan simple si todos
pensasen así ! Mas
aun hoy y siempre lo
que debe ser
penetrado en las
almitas bajo nuestra
custodia transitoria
es nada más y nada
menos que el “no
hagas al prójimo lo
que no quieras para
ti mismo” y el “valorar
sobre todo los
bienes que el oxido
no corroe y el
tiempo no desgasta”.
No hay como
transmitir efectos
verdaderos de
valores a los niños
si ellos, en casa,
no cuentan al menos
con algún ejemplo en
el sentido de
colocarnos siempre
en el lugar del otro
a fin de examinar, ¡en
sana conciencia, si
venimos practicando
lo que es mejor,
justo y bueno! No
hay modo de nutrir
en ellos las
nociones del valor
del trabajo honesto
y de la conciencia
tranquila si no
pautamos nuestras
actitudes por el
cumplimiento honrado
de nuestros deberes,
para no incurrir en
perjuicio de otros,
y si no prestamos
relevancia a cuidar,
con ellos, de un
jardín en los fines
de semana, o a
levantarse con un
amanecer a la vera
del mar, o a
reservar algunas
horas para extender
la mano en auxilio
de los que necesitan
– en vez de gastar
horas seguidas en
internet ,
explotando el mejor
modelo de coche del
año o asistiendo, en
la TV a programas de
contenido funesto a
la información
saludable de su
carácter y
mentalidades, ¡en la
exhibición de
aquellos festivales
interminables y
deplorables de
perversión humana!
El Consolador: Su
mensaje final a
nuestros lectores.
A pesar del contexto
inquietante de los
tiempos que corren
desfilando una
historia larga de
desafíos graves a
cobrarnos la fuerza
íntima, valor y
perseverancia de
convicciones en las
actitudes, el
mensaje es sobre
todo de optimismo y
de confianza en el
futuro dorado para
la humanidad. Hay un
sin número de
obreros de buena
voluntad sustentando
la siembra prodiga
realizando
iniciativas
maravillosas como la
de esta revista
espírita, pugnando
incansablemente por
la diseminación en
una larga escala de
luz para las almas,
en actuación cuyo
alcance benéfico nos
es imposible
calcular, ¡teniendo
en cuenta los
recursos disponibles
en esta época de
información
instantánea y
globalizada! Una era
en el orbe terreno,
del punto de vista
de la eternidad,
significa apenas un
minuto cósmico para
la trayectoria
infinita de nuestras
almas. Ciertamente
un día celebraremos,
todos juntos, los
frutos bendecidos de
tales esfuerzos, con
la armonización
plena y definitiva
entre los hombres y
todos los seres y
cosas de Dios, y
hasta incluso los
percances hoy
tenidos como
profundamente
desoriéntadores,
bendiciendo la
lección indeleble
que nos dejan a
pesar de todas las
lágrimas. Pues es
esta lección de
significación
sorprendentemente
simple, como siempre
fue, aunque bajo la
forja infalible de
las amarguras,
cuando son
soportadas con ardor
y con fe: “¡fuera
del amor no hay
salvación!” Creo
firmemente que este
Amor es en cualquier
tiempo la liga
maestra de la unión
indisoluble entre
todos los
componentes de esta
humanidad, así como
la claridad solar
sobresale,
victoriosa, por
encima de la
transitoriedad de
todas las nubes
sombrías.
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