El ejercicio irregular de la
mediumnidad
Presentamos en esta edición
el tema
nº
111
del Estudio Sistematizado de
la Doctrina Espirita, que
está siendo presentado aquí
semanalmente, de acuerdo con
el programa elaborado por la
Federación Espirita
Brasileña, estructurado en
seis módulos y 147 temas.
Si el lector utiliza este
programa para el estudio en
grupo, sugerimos que las
cuestiones propuestas sean
debatidas libremente antes
de la lectura del texto que
a ellas sigue.
Si es destinado solamente
para uso por parte del
lector, pedimos que el
interesado intente
inicialmente responder las
cuestiones y solo después
lea el texto referido. Las
respuestas correspondientes
a las cuestiones presentadas
se encuentran al final del
texto abajo.
Cuestiones
para debate
1. ¿Qué es preciso para una
persona desarrollar en sí el
precioso don de la
mediumnidad?
2. ¿Quién se entrega sin
reservas y cuidados a las
experimentaciones espíritas
corre peligro?
3. ¿El ejercito de la
mediumnidad tiene
inconvenientes por sí mismo,
aunque no haya abuso en su
práctica?
4. ¿La facultad mediúmnica
constituye indicio de un
estado patológico
cualquiera?
5. ¿Puede la práctica
mediúmnica llevar al
individuo a la locura?
Texto para la
lectura
Es preciso tener prudencia
en el trato con el mundo
invisible
1. Enseña León Denis que el
hombre tiene que someterse a
una compleja preparación y
observar ciertas reglas de
conducta para desarrollar en
sí el precioso don de la
mediumnidad. Es preciso para
eso, simultáneamente, la
cultura de la inteligencia,
la meditación, el
recogimiento y el
desprendimiento de las cosas
humanas.
2. Los Espíritus inferiores,
incapaces de aspiraciones
elevadas, se complacen en
nuestro medio,
inmiscuyéndose en nuestra
vida, participan de los
placeres y trabajos de
aquellos a quién se sienten
unidos por analogía de
carácter o de hábitos. Y
llegan aún, algunas veces, a
dominar y subyugar a las
personas débiles que no
saben resistir a sus
influencias, pudiendo en
ciertos casos impulsar sus
víctimas al crimen y a la
locura.
3. Corre peligro quien se
entrega sin reservas y
cuidados a las
experimentaciones espíritas.
El hombre de corazón recto,
de razón esclarecida y
madura, puede de ahí recoja
consolaciones inefables y
preciosas enseñanzas; pero
aquel que fuera inspirado
tan solamente por el interés
material, o que viera en
esos hechos sólo una ocasión
de diversión, se haría
objeto de una infinidad de
mistificaciones y juguete de
Espíritus pérfidos que,
lisonjeando sus
inclinaciones, captarían su
confianza para, más tarde,
atormentarlo con decepciones
y burlas.
4. Conviene, pues, tener
gran prudencia en el trato
con el mundo invisible. El
bien y el mal, la verdad y
el error en el se mezclan, y
para distinguirlos es
preciso pasar todas las
revelaciones, todas las
enseñanzas, por la criba de
un juicio severo.
La mediumnidad nada tiene
que ver con la enfermedad o
con la locura
5. Otro punto importante
para aquel que se dedica a
la mediumnidad es evitar que
ocurran abusos en su
práctica. El ejercicio muy
prolongado de cualquier
facultad acarrea fatiga, y
el mismo se da con la
mediumnidad, principalmente
a que se aplica a los
efectos físicos, la cual
ocasiona necesariamente un
dispendio de fluido, que
produce la fatiga y precisa,
así, ser notado pelo reposo.
6. ¿Puede el ejercicio de la
mediumnidad tener
inconvenientes por sí mismo,
aunque no haya abuso en su
práctica? Respondiendo a esa
cuestión, esclarecen los
Espíritus superiores: “Casos
hay en que es prudente y aún
necesario abstenerse o, por
lo menos, hacer un uso
moderado. Esto depende del
estado físico y moral del
médium. De hecho, en general
el médium lo siente y, al
sentir fatiga, debe
abstenerse”. (El Libro de
los Médiums, ítem 221,
cuestión 3.)
7. La información precedente
no significa que la facultad
mediúmnica constituya
indicio de un estado
patológico cualquiera.
Mediumnidad nada tiene que
ver con enfermedad. Existen
médiums de salud robusta;
los que están enfermos deben
eso a otras causas, no a la
mediumnidad.
8. La misma observación debe
ser hecha con relación a la
idea de que la práctica
mediúmnica puede llevar al
individuo a la locura. “La
mediumnidad no producirá
locura cuando esta no
existiera en principio. Pero
si el principio existe – lo
que será fácil de reconocer
por el estado moral – dice
el bueno sentido que es
necesario tomar cuidado en
todos los sentidos, porque
cualquier causa de agitación
puede ser prejudicial.” (El
Libro de los Médiums, ítem
221, cuestión 5.)
La locura tiene su origen en
los actos perpetrados en el
pasado
9. Asevera Kardec: “Todas
las grandes preocupaciones
del Espíritu pueden
ocasionar la locura: las
ciencias, las artes y hasta
la religión le suministran
contingentes. La locura
tiene como causa primaria
una predisposición orgánica
en el cerebro, que lo hace
más o menos accesible a
ciertas impresiones. Dada la
predisposición para la
locura, esta tomará el
carácter de preocupación
principal, que entonces se
cambia a idea fija, pudiendo
tanto ser la de los
Espíritus, en quienes con
ellos se relacionó, como la
de Dios, de los ángeles, del
diablo, de la fortuna, del
poder, del arte, de una
ciencia, de la maternidad,
de un sistema político o
social. Probablemente, el
loco religioso se hubiera
vuelto un loco espírita, si
el Espiritismo fuera su
preocupación dominante”.
“Digo, pues, que el
Espiritismo no tiene
privilegio alguno a ese
respeto. Voy más lejos: digo
que, bien comprendido, el es
una prevención contra la
locura.” (El Libro de los
Espíritus, Introducción,
ítem XV.)
10. Cuando se afirma que la
locura tiene como causa
primera una predisposición
orgánica en el cerebro,
queremos dejar claro que el
cerebro del encarnado tiene
esa deficiencia debido a
causas cármicas, o sea, la
locura en sí tiene su origen
en los actos perpetrados por
el Espíritu en existencias
pasadas.
11. Se da el nombre “causas
cármicas” a aquellas que
preceden la existencia
actual y que vienen impresas
en el periespíritu o
psicosoma del enfermo
vinculado por los débitos
adquiridos a aquellos a
quienes usurpó, abusó,
perjudicó, como Manoel
Philomeno de Miranda
esclarece en su libro
“Cadenas Partidas”,
psicografiado por Divaldo P.
Franco.
12. No hay, pues, razón para
pensar que la mediumnidad
provoque locura. Al
contrario, como observó
Kardec, la mediumnidad
esclarecida por las luces
del Espiritismo constituye
un preservativo de la
locura, porque el espírita
ve las cosas desde un punto
de vista más elevado y sus
convicciones le dan, delante
de las vicisitudes y del
sufrimiento, una resignación
que lo preserva de la
desesperación que podría
llevar a otros al
desequilibrio y aun al
suicidio.
Respuestas a las cuestiones propuestas
1. ¿Qué es preciso para una
persona desarrollar en sí el
precioso don de la
mediumnidad?
R.: Según León Denis, ella
tiene que someterse a una
compleja preparación y
observar ciertas reglas de
conducta para desarrollar en
sí el precioso don de la
mediumnidad. Es preciso para
eso, simultáneamente, la
cultura de la inteligencia,
la meditación, el
recogimiento y el
desprendimiento de las cosas
humanas.
2. ¿Quien se entrega sin
reservas y cuidados a las
experimentaciones espíritas
corre peligro?
R.: Sí. El hombre de corazón
recto, de razón esclarecida
y madura, puede de ahí
recoger consuelos inefables
y preciosas enseñanzas; pero
aquel que fuera inspirado
tan solamente por el interés
material, o que viera en
esos hechos sólo una ocasión
de diversión, se haría
objeto de una infinidad de
mistificaciones y juguete de
Espíritus pérfidos que,
lisonjeando sus
inclinaciones, captarían su
confianza para, más tarde,
atormentarlo con decepciones
y burlas.
3. ¿El ejercicio de la
mediumnidad tiene
inconvenientes por sí mismo,
aunque no haya abusos en su
práctica?
R.: Respondiendo a esa
cuestión, los Espíritus
superiores dijeron: “Casos
hay en que es prudente y aún
necesario abstenerse o, por
lo menos, hacer un uso
moderado. Esto depende del
estado físico y moral del
médium. De hecho, en general
el médium lo siente y, al
sentir fatiga, debe
abstenerse”. (El Libro de
los Médiums, ítem 221,
cuestión 3.)
4. ¿La facultad mediúmnica
constituye indicio de un
estado patológico
cualquiera?
R.: No. La mediumnidad nada
tiene que ver con la
enfermedad. Existen médiums
de salud robusta; los que
están enfermos deben eso a
otras causas, no a la
mediumnidad.
5. ¿Puede la práctica
mediúmnica llevar al
individuo a la locura?
R.: No. No existen razones
para pensar que la
mediumnidad provoque locura.
Al contrario, como observó
Kardec, la mediumnidad
esclarecida por las luces
del Espiritismo constituye
una prevención de la locura,
porque el espírita ve las
cosas desde un punto de
vista más elevado y sus
convicciones le dan, delante
de las vicisitudes y del
sufrimiento, una resignación
que lo preserva de la
desesperación que podría
llevar a otros al
desequilibrio y aún al
suicidio.
Bibliografia:
O Livro dos
Médiuns,
de Allan
Kardec, item 221.
O Livro dos
Espíritos,de
Allan Kardec, Introdução,
item XV.
No Invisível,
de Léon
Denis, p. 352.
Depois da
Morte,
de Léon
Denis, pp. 190 e 191.
Grilhões
Partidos,
de Manoel
Philomeno de Miranda,
psicografia de Divaldo P.
Franco, pp. 34 e 35.