Primer
libro del Nuevo Testamento
(Parte 12)
Damos continuidad en esta edición
al Estudio Sistematizado del Nuevo
Testamento, que comprenderá el
estudio de los Evangelios de
Mateo, Marcos, Lucas y Juan y del
libro Actos de los Apóstolos. El
estudio está basado en la versión
del Nuevo Testamento que el lector
puede consultar a partir de este
link: http://www.bibliaonline.con.br/tb.
Las respuestas correspondientes a
las cuestiones presentadas se
encuentran a finales del texto de
abajo.
Cuestiones para el
debate
1. ¿Qué quiso Jesús enseñar al
contar la parábola de las diez
vírgenes?
2. ¿Qué contiene y qué significa
la conocida parábola de los
talentos?
3. La parábola del juicio final,
conocida también como la parábola
de las bodas y de las ovejas,
destaca una virtud en especial.
¿Qué nos dice la parábola y qué
virtud es esa?
4. ¿Cómo se llamaba el sumo
sacerdote en cuya sala se decidió
la muerte de Jesús?
5. Momentos antes de la prisión de
Jesús, un curioso hecho que enfadó
a sus discípulos ocurrió en
Betania, en casa de Simón, el
leproso. ¿Qué hecho fue ese?
Texto para la lectura
65. Surgirán falsos cristos y
falsos profetas - Jesús,
reportándose a esos días de
grandes tribulaciones, advierte
que surgirán falsos cristos y
falsos profetas, que harán grandes
señales y prodigios que
engañarían, si fuera posible,
hasta los escogidos. “Entonces,
si alguien os dice:
He ahí que Cristo está aquí, o
allí, no le deis crédito”,
recomienda él, añadiendo: “Porque,
así como el relámpago sale del
oriente y se muestra hasta el
occidente, así será también la
venida del Hijo del hombre. Pues
donde esté el cadáver, ahí se
juntarán las águilas. Y,
luego tras la aflicción de
aquellos días, el sol oscurecerá,
y la luna no dará su luz, y las
estrellas caerán del cielo, y las
potencias de los cielos serán
sacudidas. Entonces aparecerá en
el cielo la señal del Hijo del
hombre; y todas las tribus de la
tierra se lamentarán, y viniendo
el Hijo del hombre, viniendo sobre
las nubes del cielo, con poder y
gran gloria. Y él enviará a sus
ángeles con intenso clamor de
trompeta, los cuales juntarán a
sus escogidos desde los cuatro
vientos, de una a la otra
extremidad de los cielos”. (Mateo,
24:22 a 24:31.)
66. Solamente el Padre sabe
cuando vendrá ese día, afirma
Jesús - Concluyendo su
descripción del final de los
tiempos, Jesús fue enfático: “El
cielo y la tierra pasarán, pero
mis palabras no han de pasar. Pero
de aquel día y hora nadie sabe, ni
los ángeles del cielo, sino
únicamente mi Padre. Y, como fue
los días de Noé, así será también
la venida del Hijo del hombre. Por
cuanto, así como, los días
anteriores al diluvio, comían,
bebían, se casaban y se daban en
boda, hasta al día en que Noé
entró en el arca, y no lo notaron,
hasta que vino el diluvio, y los
llevó a todos, así será también a
venida del Hijo del hombre”. (Mateo,
24:35 a 24:39.)
67. La parábola del
administrador infiel - Jesús
recomienda que todos debemos estar
vigilantes, y explicó: “Entonces,
estando dos en el campo, será
llevado uno, y dejado el otro;
estando dos moliendo en el molino,
será llevada uno, y dejado otro.
Vigilad, pues, porque no sabéis a
qué
hora ha de venir vuestro Señor.
Más considerad esto: si el padre
de familia supiera a qué vigilia
de la noche había de venir el
ladrón, vigilaría y no dejaría
minar su casa. Por eso, estad
vosotros vigilantes también;
porque el Hijo del hombre ha de
venir a la hora en que no penséis.
¿Quién
es, pues, el siervo fiel y
prudente, que el Señor constituyó
sobre su casa, para dar el
sustento a su tiempo?
Bienaventurado aquel siervo que el
Señor, cuando venga, hallar
sirviendo así. En verdad os digo
que lo pondrá sobre todos sus
bienes. Pero si aquel mal siervo
dice consigo mismo: Mi Señor tarde
vendrá;
y comenzará a espantar a sus
compañeros, y a comer y a beber
con los borrachos, vendrá el Señor
de aquel siervo un día en que él
no espera, y a la hora en que él
no sabe, y lo separará, y
destinará su parte con los
hipócritas; allí habrá llanto y
crujir de dientes”. (Mateo,
24:40 a 24:51.)
68. La caridad es la condición
única de la salvación - El
capítulo 25 del Evangelio según
Mateo nos presenta tres parábolas
notables: la parábola de las diez
vírgenes, la parábola de los
talentos y la parábola de las
bodas y de las ovejas. La primera,
de acuerdo con Cairbar
Schutel, enseña a los que aspiran
al Reino de los Cielos la
necesidad de la instrucción, del
cultivo del espíritu, del
ejercicio de la inteligencia y de
la razón, para la obtención del
conocimiento supremo. Las vírgenes
prudentes simbolizan los que leen,
estudian, experimentan,
investigan,
razonan y, buscando comprender la
vida, trabajan por su propio
perfeccionamiento. La parábola de
los talentos, según Schutel, nos
muestra que no hay privilegios ni
exclusiones en la obra del Señor,
que no existe un único individuo
en el mundo que no sea depositario
de uno o más talentos
y que todos seremos cobrados por
la aplicación que dimos a los
talentos recibidos. En la tercera
parábola, probablemente la más
importante de todas las contenidas
en el Evangelio, el Señor no
considera la caridad como una de
las condiciones para la salvación,
sino como la condición única, como
Kardec señala en el cap. XV, ítem
3, Del Evangelio según el
Espiritismo. (Mateo, 25 a 25:46.)
69. Caifás y sus partidarios
deciden prender y matar a Jesús
- Cuando Jesús concluyó todos
estos discursos, dijo a sus
discípulos: “Bien sabéis que de
aquí a dos días es pascua; y el
Hijo del hombre será entregado
para ser crucificado”. Dicho y
hecho. Los príncipes de los
sacerdotes, los
escribas y los ancianos del pueblo
se reunieron en la sala del sumo
sacerdote Caifás, y consultaron
mutuamente para prender a Jesús
con engaño y lo mataran. Ellos,
sin embargo, decían: No durante la
fiesta, para que no haya alegría
entre el pueblo. (Mateo, 26:1 a
26:5.)
70. “Los pobres, siempre los
tendréis”, dijo Jesús - El
Señor estaba en Betania, en casa
de Simón, el leproso, cuando una
mujer se aproximó a él con un vaso
de alabastro, conteniendo un
ungüento de gran valor, que ella
derramó sobre su cabeza. Jesús, en
ese momento, se
encontraba sentado a la mesa. Sus
discípulos, viendo aquello, se
indignaron, diciendo: “¿Por qué es
este desperdicio? Pues este
ungüento podía venderse por gran
precio, y dar el dinero a los
pobres”. Jesús, sin embargo, los
censuró, diciendo: “¿Por qué
afligís a esta mujer? pues
practicó
una buena acción para conmigo. Por
cuanto siempre tendréis con
vosotros a los pobres, pero a mí
no me habéis de tener siempre.
Ahora, derramando ella este
ungüento sobre mí cuerpo, lo hizo
preparándome para mi
enterramiento”. Y concluyó: “En
verdad os digo que, dondequiera
que este evangelio sea predicado
en todo el mundo, también será
referido lo que ella hizo, para
memoria suya”. (N.R.: Juan
narra el mismo hecho y dice que la
mujer es María, hermana de Marta y
Lázaro, y añade que fue sólo Judas
Iscariotes quien desaprobó el
gesto generoso de la mujer.) (Mateo,
26:6 a 26:13.)
Respuestas a las preguntas
propuestas
1. ¿Qué quiso Jesús enseñar al
contar la parábola de las diez
vírgenes?
La parábola se refiere a diez
vírgenes que salieron al encuentro
del esposo. Cinco de ellas eran
prudentes; cinco, locas. Estas
últimas, al llevar sus lámparas,
no llevaron consigo el combustible
necesario; las prudentes, sí.
Ocurre que el esposo tardó en
llegar y ellas se adormecieron y
sus lámparas se apagaron. Como las
imprudentes no poseían aceite para
encender sus lámparas, tuvieron
que salir para comprarlo. Fue
cuando el esposo llegó y las que
estaban preparadas entraron con él
para las bodas, cerrándose la
puerta. Algún tiempo después
llegaron las vírgenes imprudentes
y, golpearon la puerta, rogaron:
Señor, Señor, nos ábrenos.
Pero él dijo que no las conocía.
En la conclusión del relato, Jesús
recomendó: Vigilad, pues, porque
no sabéis el día ni la hora en que
el Hijo del hombre ha de venir,
enseñando que debemos estar
siempre preparados porque en
cualquier momento puede sonar la
hora en que debamos dar nuestro
testimonio, sea delante de una
prueba difícil, sea delante de
nuestra propia vuelta a la vida
espiritual. (Mateo, 25:1 a
25:13.)
2. ¿Qué contienen y qué significa
la conocida parábola de los
talentos?
La parábola de los talentos dice
que un hombre, al partir para
fuera de sus tierras, llamó a sus
siervos, y les entregó sus bienes.
A uno dio cinco talentos, a otro
dos, y a otro uno, cada uno según
su capacidad, y se ausentó luego
lejos. Habiendo él partido, el que
hubo recibido cinco talentos
negoció con ellos, y ganó otros
cinco talentos. De la misma
suerte, el que hubo recibido dos,
ganó también otros dos. Pero el
que hubo recibido un talento fue y
cavó en la tierra y escondió el
dinero de su señor. Mucho tiempo
después vino el señor de aquellos
siervos y ajustó las cuentas con
ellos. Entonces
se aproximó al que había recibido
cinco talentos, y le trajo otros
cinco talentos, diciendo: Señor,
me entregaste cinco talentos; he
aquí otros cinco talentos que gané
con ellos. Su señor le dijo: Bien
está, siervo bueno y fiel. Sobre
lo poco fuiste fiel, sobre mucho
te colocaré; entra en el gozo de
tú señor. Llegando después el que
había recibido dos talentos, dijo:
Señor, me entregaste dos talentos;
he ahí que con ellos gané otros
dos talentos. Le dijo su señor:
Bien está, bueno y fiel siervo.
Sobre lo poco fuiste fiel, sobre
mucho te colocaré; entra en el
gozo de tú señor. Pero, llegando
también el que había recibido un
talento, dije: Señor, yo te
conocía, sé que eres un hombre
duro, que siembras donde no
sembraste y recoges donde no
esparciste; por eso, atemorizado,
escondí en la tierra tu talento;
aquí tienes lo que es tuyo.
Respondiendo, su señor, le dijo:
Malo y negligente siervo; ¿sabías
que siembro donde no sembré y
siembro donde no esparcí? Debías
entonces haber dado mi dinero a
los banqueros y, cuando yo
viniera, recibiría mí dinero con
los intereses. Y determinó a sus
servidores: Quitadle, pues, el
talento, y dadlo al que tiene los
diez talentos. Porque a cualquiera
que tenga será dato, y él tendrá
en abundancia; pero al que no
tenga hasta lo que tiene se le
será quitado.
El sentido de la parábola,
bastante claro, es que seremos
evaluados siempre por lo que
hagamos de los talentos, de los
recursos, de las posibilidades que
recibimos en cada existencia. El
servidor que se muestra diligente,
dedicado, abnegado recibirá en el
futuro mayores responsabilidades
y,
también, los recursos necesarios
para darles cumplimiento. Con el
servidor negligente, perezoso,
irresponsable se dará lo contrario
y todo, en el futuro, le parecerá
siempre mucho más difícil y
penoso. (Mateo, 25:14 a 25:30.)
3. La parábola del juicio final,
conocida también como la parábola
de las bodas y de las ovejas,
destaca una virtud en especial.
¿Qué nos dice la parábola y qué
virtud es esa?
La parábola dice que, cuando el
Hijo del hombre venga en su
gloria, y todos los santos ángeles
con él, entonces se sentará en el
trono de su gloria, y todas las
naciones serán reunidas delante de
él, y él apartará unos de los
otros, como el pastor aparta de
las cabras a las ovejas. Él
pondrá, entonces, las ovejas a su
derecha, más las cabras a la
izquierda. Entonces dirá a los que
estén a su derecha: Venid,
benditos de mi Padre, poseed por
herencia el reino que os está
preparado desde la fundación del
mundo; porque tuve hambre, y
estos me dieron de comer; tuve
sed, y estos me dieron de beber;
era forastero, y me hospedasteis;
estaba desnudo,
y me vestisteis; enfermé, y me
visitasteis; estuve en la prisión,
y fuisteis a verme. Entonces los
justos le preguntarán, diciendo:
Señor, ¿cuándo te vimos con
hambre, y te dimos de comer? ¿O
con sede, y te dimos de beber? ¿Y
cuándo viniste como forastero, y
te hospedamos? ¿O desnudo, y te
vestimos? ¿Y cuándo te
vimos enfermo, o en la prisión, y
fuimos a verte? El Señor entonces
les dirá: En verdad os digo que,
cuanto hicisteis a uno de estos
mis pequeñitos hermanos, a mí lo
hicisteis. Enseguida él dirá a los
que estén a su izquierda: Apartaos
de mí, malditos, porque tuve
hambre, y no me diste de comer;
tuve sed, y no me diste de beber;
siendo forastero, no me
recogisteis; estando desnudo, no
me vestisteis; y enfermo, y en la
prisión, no me visitasteis.
Entonces ellos también le
preguntarán, diciendo: Señor,
¿cuándo te vimos con hambre, o con
sede, o extranjero, o desnudo, o
enfermo, o en la prisión, y
no te servimos? El Señor entonces
les responderá, diciendo: En
verdad os digo que, cuando a uno
de estos pequeñitos no lo
hicisteis, no me lo hicisteis a
mí. E irán estos para el tormento
eterno, más los justos para la
vida eterna.
La virtud que la parábola destaca
es la caridad en sus dos facetas
bien conocidas: la caridad
material y la caridad moral. Las
acciones destacadas en la parábola
constituyen todo un programa de
asistencia social legítima que los
cristianos verdaderos no podrían
jamás ignorar. (Mateo, 25:31 a
25:46.)
4. ¿Cómo se llamaba el sumo
sacerdote en cuya sala se decidió
la muerte de Jesús?
Caifás era su nombre. (Mateo,
26:3 a 26:5)