El Evangelio según Marcos
Segundo
libro del Nuevo Testamento
Marcos
(Discípulo de
Pedro)
(Parte 3)
Damos continuidad en esta
edición al Estudio
Sistematizado del Nuevo
Testamento, que comprenderá
el estudio de los Evangelios
de Mateo, Marcos, Lucas y
Juan y del libro Actos de
los Apóstolos. El estudio
está basado en la versión del Nuevo
Testamento que el lector
puede consultar a partir de
este link: http://www.bibliaonline.con.br/tb.
Las respuestas
correspondientes a las
cuestiones presentadas se
encuentran a finales del
texto de abajo.
Cuestiones
para el debate
1. ¿Cómo se dio la cura de
la mujer que, hacía doce
años, padecía de una
hemorragia?
2. ¿Talita cumi – qué
significan estas palabras y
qué hecho extraordinario
representan ellas?
3. ¿Por qué Jesús no podía
hacer en Nazaret obras
maravillosas?
4. ¿Qué misión fue dada por
Jesús a sus doce discípulos?
¿Y qué trabajo, a causa de
eso, ellos pasaron a
realizar?
5. ¿Cuál fue el verdadero
motivo de la prisión de Juan
el Bautista y de su muerte?
Texto
para la lectura
11. Herodes piensa que
Jesús es Juan resucitado
- Habiendo Herodes oído
hablar de las maravillas
operadas por Jesús, visto
que el nombre del Maestro se
había hecho notorio, dijo el
monarca: “Juan, el que
bautizaba, resucitó de entre
los muertos, y por eso estas
maravillas operan en él”.
Otros, sin embargo, decían:
“Es Elías”. Y decían otros:
“Es un profeta, o como uno
de los profetas”. Herodes,
sin embargo, oyendo tales
palabras, reiteraba su
pensamiento, diciendo: “Este
es Juan, que mandé degollar;
resucitó de entre los
muertos”. En verdad, aunque
haya determinado su
muerte, el rey temía a Juan
e hizo, antes de mandar a
degollarlo, muchas cosas,
atendiéndolo y oyéndolo de
con mente. (Marcos, 6:14
a 6:20.)
12. Jesús pide que los
discípulos den de comer a la
multitud - Muerto a
manos de Herodes, el cuerpo
de Juan Bautista fue
sepultado por sus discípulos
( ). En ese ínterin, los
apóstoles de Jesús se
reunieron de nuevo con él y
le contaron todo lo que
habían hecho y enseñado. El
Maestro los invitó,
entonces, a reposar un poco,
y fueron solos en un barco
para un lugar desierto. La
multitud, no obstante,
viéndolos partir, corrió
para allá, a pie, viniendo
de todas las ciudades y,
así, pudieron todos
aproximarse a Cristo, que,
saliendo, tuvo compasión de
ellos, porque
eran como ovejas que no
tenían pastor. Y comenzó a
enseñarles muchas cosas. Al
final del día, sus
discípulos se aproximaron
diciendo: “El lugar es
desierto, y el día está ya
muy adelantado. Despedirlos,
para que vayan a los lugares
y aldeas circunvecinas, y
compren pan
para ellos; porque no tienen
que comer”. Jesús, sin
embargo, respondiendo, les
dijo: “Dadles vosotros de
comer”. Ellos preguntaron:
“¿Iremos nosotros, y
compraremos doscientos
dinares de pan para darles
de comer?” (Marcos, 6:29
a 6:37.)
13. Jesús camina sobre el
mar y los discípulos tienen
miedo - Después de
alimentar a la multitud que
lo había oído, Jesús obligó
a sus discípulos a subir
para el barco y pasar
adelante, para la otra
orilla, a Betsaida, mientras
él despedía a la multitud.
Enseguida, él fue al monte
para orar.
Sobreviniendo la tarde, el
barco estaba en medio del
mar y él, solo, en tierra.
Notando que sus compañeros
se fatigaban al remar,
porque el viento les era
contrario, cerca de la
cuarta vigilia de la noche
se aproximó a ellos, andando
sobre el mar. Cuando los
discípulos lo vieron,
pensaron que era un
fantasma, y dieron grandes
gritos. Jesús, sin embargo,
los confortó diciendo:
“Tened buen ánimo; soy yo,
no temáis”. Y subió al
barco, para andar con ellos,
mientras el viento se
aquietaba. Los discípulos
estaban muy asombrados y
maravillados, pues no
habían comprendido el
milagro de los panes; antes
su corazón estaba
endurecido. Llegando al
margen, en la tierra de
Genesaré, al saltar del
barco, todos los
reconocieron y, recorriendo
toda la tierra alrededor,
comenzaron a traerle los que
se hallaban enfermos, hecho
que se repetía
dondequiera que Jesús
entraba, en las ciudades, en
las aldeas o en el campo.
Los enfermos entonces se
presentaban, rogándole que
los dejara tocar al menos la
orilla de su vestido; y
todos los que lo tocaban
sanaban. (Marcos, 6:45 a
6:56.)
14. El Maestro enfatiza
el apego de los fariseos a
la prácticas humanas -
Como los fariseos y todos
los judíos, observando la
tradición de los antiguos,
no comían sin lavar las
manos muchas veces, Jesús
los advirtió de que, dando
tan grande importancia a
tales prácticas, en
detrimento de los
valores espirituales de la
vida, ellos invalidaban el
mandamiento de Dios, para
guardar una tradición
puramente humana. Les
recordó Jesús: “Vosotros,
dejando el mandamiento de
Dios, observáis la tradición
de los hombres”. “Sabéis muy
bien – aseveró el Maestro –
rechazar lo
mandamiento de Dios, para
mantener vuestra tradición.
Pues Moisés dije: Honra a
tu padre y a tu madre,
y: Quién maldice a su
padre o su madre, sea muerto;
mas vosotros enseñad: Si un
hombre dice a su padre o su
madre: Aquello que yo te
podría dar, es Corban, es
decir, una
ofrenda a Dios; no más le
permitís hacer cosa alguna
por el padre o por la madre,
invalidando la palabra de
Dios por la tradición que
vosotros mismos
transmitisteis; y hacéis
muchas otras cosas
semejantes.” (Marcos, 7:8
a 7:13.)
Respuestas a las preguntas
propuestas
1. ¿Cómo se dio la cura de
la mujer que, hacía doce
años, padecía de una
hemorragia?
Esa mujer que, debido a un
flujo de sangre, había
padecido con muchos médicos
y gastado todo cuánto tenía,
nada aprovechándole eso,
antes yendo a peor, habiendo
oído hablar de Jesús, vino
por detrás, entre la
multitud, y tocó su
vestidura. Su pensamiento
era: Si tan solamente toco
sus
vestiduras, sanaré. Fue lo
que ocurrió, luego secándose
la fuente de su sangre.
Enseguida, Jesús, conociendo
que una virtud de sí mismo
había salido, se volvió para
la multitud y preguntó:
¿Quién tocó mis vestiduras?
Entonces la mujer,
que sabía lo que le había
ocurrido, temiendo y
temblando, se aproximó y,
postrándose delante de él,
le dije la verdad. El
Maestro, entonces, le dijo:
Hija, tu fe te salvó; ve en
paz, y sé curada de este
mal. (Marcos, 5:25 a 5:34.)
2. Talita cumi - ¿qué
significan estas palabras y
qué hecho extraordinario
representaban ellas?
Talita cumi
significa: Niña, a ti te
digo, levántate. Estaba
curada la hija de Jairo, uno
de los principales de la
sinagoga que había buscado a
Jesús y, postrándose a sus
pies, le hubo dicho: Mi hija
está moribunda; te ruego que
vengas y le impongas las
manos, para que sane, y
viva. Cuando él aún
hablaba, llegaron algunos de
los principales de la
sinagoga diciendo: Tu hija
está muerta; ¿para que
enfadas más al Maestro? Al
oír tales palabras, Jesús
dijo a Jairo: No temas, cree
solamente. Y fue hasta su
casa, acompañado de Pedro y
de los hermanos Juan y
Santiago. Al entrar en la
casa, el Maestro les dijo:
¿Por
qué os alborozáis y lloráis?
La niña no está muerta, sino
que duerme. Las personas se
rieron de él; pero él,
habiéndolos hecho salir,
tomó consigo al padre y a la
madre de la niña, y los que
con él estaban, y entró
donde la niña estaba
acostada y, tomando la mano
de la jovencita, le dijo:
Talita cumi. La niña,
que contaba en la época doce
años, se levantó y volvió a
andar, y todos se asombraron
con el hecho. (Marcos, 5:
22 a 5:24; 5:35 a 5:43.)
3. ¿Por qué Jesús no podía
hacer en Nazaret obras
maravillosas?
Nadie es profeta en su
tierra, he ahí la frase
dicha por Jesús que explica
por qué en la ciudad que lo
vio crecer no pudo hacer las
curas y los prodigios que
hubo hecho en otros lugares.
El hecho es que, sabiendo
que él era un simple
carpintero,
hijo de Maria, no creían que
fuera él el Mesías y, por
eso, debido a la
incredulidad de aquel
pueblo, no pudo hacer allí
obras maravillosas, habiendo
curado sólo algunos pocos
enfermos por medio de la
imposición de las manos. (Marcos,
6:1 a 6:6.)
4. ¿Que misión fue dada por
Jesús a sus doce discípulos?
¿Y qué trabajo, a causa de
eso, ellos pasaron a
realizar?
Él llamó para sí a los doce,
y comenzó a enviarlos de dos
en dos, y les dio poder
sobre los Espíritus
inmundos. Saliendo, los
discípulos pasaron a
predicar rogando a sus
oyentes que se arrepientan.
En esa tarea, los discípulos
expulsaban los malos
Espíritus y ungían muchos
enfermos con óleo, y los
curaban. (Marcos, 6:7 a
6:13.)
5. ¿Cuál fue el verdadero
motivo de la prisión de Juan
el Bautista y la de su
muerte?
La prisión de Juan Bautista
fue decretada por Herodes a
causa de Herodias, mujer de
Felipe, su hermano, ya que
Juan dijo a Herodes: No te
es lícito poseer a la mujer
de tu hermano. Herodias
espiaba y deseaba matarlo,
pero no podía, porque
Herodes temía a Juan,
sabiendo que era hombre
justo y
santo, y lo guardaba con
seguridad, atendiéndolo, y
de buena mente lo oía.
Llegando una ocasión
favorable en que Herodes, el
día de su aniversario, daba
una cena a los grandes, a
los tribunos y a los
príncipes de Galilea, la
hija de Herodias entró y
bailó, lo que agradó mucho a
Herodes y a los que
andaban con él en la mesa.
Dijo entonces el rey a la
niña: Pídeme lo que quieras,
y yo te lo daré. Y le juró,
diciendo: Todo lo que me
pidas te daré, hasta la
mitad de mi reino. La joven
preguntó a su madre: ¿Que
pediré? Ella dijo: La cabeza
de Juan Bautista. Herodes se
entristeció mucho al oír tal
pedido, pero, a causa del
juramento y de los que
estaban con él a la mesa,
hizo lo que le fue pedido. (Marcos,
6:17 a 6:28.)