Espiritismo, las
actividades
que usted
desarrolla y lo
que significa
ser espírita en
su vida.
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Mi relación con
la Doctrina de
los Espíritus es
de participación
total. No podría
considerarme
espírita si no
estuviese ligada
a los más
mínimos
acontecimientos
de mi día a día,
a pesar de que
no siempre
correspondo a la
perfección que
ella implica.
Por eso trato
siempre de
involucrarme en
una serie de
actividades en
la Casa Espirita
que me permita
la interacción
total con el
Movimiento
Espírita, el
cual creo que es
capaz de
provocar la
reforma íntima
de la Humanidad.
¿Cómo pasó el
teatro a ser
parte de su
vida?
¡El Espiritismo
entró en mi vida
por el teatro!
Yo sólo iba al
Gremio Espirita
para asistir a
las obras
teatrales
espíritas. Fue
la obra “Mas
allá de la Vida”
que me conmovió,
y me llevó a
estudiar la
Codificación
Kardeciana. A
partir de allí
fui participando
de las obras
teatrales del
Movimiento,
hasta que me di
cuenta que
necesitaba más
conocimiento y
entonces me
volví académico,
recibiéndome de
Bachiller en
Dirección
Teatral. El
teatro
representa una
revolución
intima y con él
participé de
cosas que jamás
habría
experimentado en
otros caminos.
Conocí personas
y lugares que me
marcaron y
marcan
profundamente.
Hablemos del
teatro espírita
institucionalizado,
con compañías
formales que se
presentan en
ambientes
laicos, con obra
de contenido
espírita o un
tema
relacionado, con
éxito de
taquilla. ¿Cuál
es la
contribución de
esas acciones al
movimiento
espírita?
¡Ese tema es muy
complicado! De
la misma manera
que tenemos que
agradecer la
posibilidad de
esas compañías
de alertar al
gran público de
la realidad
espiritual,
tenemos su falta
de compromiso
con la
Divulgación
Espírita, ya que
al final de
cuentas el
objetico es el
lucro y creo que
no puede ser
diferente, ya
que son
profesionales,
viven de eso.
Son grupos que
se aprovechan de
un contenido que
hoy está
teniendo un
retorno
económico. En el
momento que no
lo obtengan,
buscarán otras
temáticas, sin
ningún
remordimiento
por ello. El
Movimiento, creo
yo, tiene que
mirarlos con
buenos ojos,
pero sin
apadrinarlos.
Colaborar si lo
solicitan, pero
no
institucionalizarlos.
Ahora vamos a
hablar un poco
del teatro
realizado en la
casa espírita, a
veces con una
gran dosis de
improvisación y
de buena
voluntad,
utilizando de
manera general
como un
mecanismo de
apoyo al estudio
y de expresión
artística. ¿Cuál
es la
contribución de
esa actividad a
las acciones
desarrolladas en
la casa
espírita?
¡La total
divulgación de
los postulados
espiritas! El
teatro, como
síntesis de
todas las otras
artes, es capaz
de tocar la
emoción de las
personas
trayéndoles una
realidad jamás
imaginada. A
partir de allí,
el hombre está
apto para seguir
el rumbo de su
verdadero
camino. Es el
ejemplo que
arrastra, aunque
“enmascarado”,
ya que en
esencia, el
individuo sabe
que eso es un
retrato de la
vida. Sin el
arte espírita,
el movimiento
queda cojo, ¡es
juntar el
“amaos” con el
“instruíos”!
¿Cuál es la
contribución
para el proceso
de crecimiento
espiritual de
los que
participan en el
montaje de una
obra?
Es un proceso
individual. Por
ello, de qué se
va a nutrir cada
uno, es muy
relativo. He
visto personas
que participan
en un montaje y
salen como
entraron, como
también vi otros
que se
transformaron
profundamente.
El trabajo en
grupo (y el
teatro es
esencialmente
colectivo),
cuando uno está
dispuesto, es
altamente
enriquecedor.
Acostumbro
decirle a mi
elenco que lo
más interesante
del proceso no
es la
presentación
final, sino los
ensayos. Es a
través de ellos
que vamos
descubriendo y
sintiendo
influencias
nuevas. La
presentación al
público es una
simple
consecuencia.
¿Cuál es la
diferencia, a su
modo de ver, en
la postura de un
director
teatral, al
realizar un
trabajo laico y
un trabajo en la
casa espírita?
Moralmente
ninguna, porque
si en el grupo
espirita soy uno
y allá afuera
soy otro, algo
malo está
ocurriendo
conmigo. Quien
se comporta así
¡no cree en el
Espiritismo! En
cuanto a la
técnica, es
totalmente más
profundizada en
la casa
espírita. En el
trabajo laico,
me puedo
permitir
infinidad de
cosas, siempre
respetando al
semejante. En el
ambiente
espírita hay
todo un cuidado
mayor, ya que
nos es la
divulgación mi
idea sino la de
una Doctrina que
es esencialmente
consoladora.
Tengo que contar
la misma
historia, pero
de forma
diferente, mas
allá de si
publico es más
exigente, ¡lo
que es
excelente!
¿Cómo ve usted
la interacción
con la
espiritualidad
en el montaje de
las obras
espíritas, desde
la elección
hasta los
ensayos?
El nombre Teatro
Espírita ya lo
dice: ¡“Teatro
de los
Espíritus”! Sin
su participación
no hay por qué
estar ahí. Desde
mucho antes,
ellos ya están
presentes en la
planificación:
cuál obra será
representada, la
elección de la
temática, la
elección de los
actores, los
personajes, el
desarrollo de
los ensayos, la
divulgación, las
presentaciones y
hasta después.
Como director,
siento que es
frecuente esa
interacción.
Siento la
ligación con la
dirección
espiritual del
espectáculo, que
nos ampara en
todo momento. Es
muy común tener
que resolver una
escena y después
de reflexionar
sobre ella,
viene la
solución
instantáneamente.
Es nítida ahí la
influencia
espiritual. La
dirección de
teatro espirita
es un excelente
ejercicio de
humildad.
¿La unión de la
música con el
teatro es
provechosa?
La música es un
lenguaje
bienvenido en el
teatro,
principalmente
por complementar
lo que las
palabras no
logran expresar.
Si fuera música
en vivo,
entonces, la
unión se torna
más especial,
pues nada
sustituye el
“aquí y ahora”.
¿Cómo protegerse
del
exhibicionismo y
del éxito,
comunes en las
actividades de
la
representación
teatral?
El teatro es un
arte que se
mezcla mucho con
el ego, porque
el teatro es
para ser visto,
necesita del
público en ese
instante. Y la
retribución es
inmediata.
Entendemos que
estamos allí
desempeñando una
función temporal
y que el trabajo
y la gloria no
son nuestros,
son de Cristo. A
partir del
momento que se
deja de creer en
eso, todo se
pierde.
¿Es posible
hacer obras
espíritas de
todos los
géneros?
¡Lógico! Las
obras infantiles
aún no han
alcanzado el
nivel reservado.
El drama, la
comedia, el
musical, el
infantil, el
suspenso, todos
ellos nos ayudan
a contar las
historias de los
Espíritus.
Pronto estaremos
cerca de lo que
quieren los
Espíritus que
conducen el arte
en el globo
terrestre: el
teatro celeste.
¿Qué piensa del
didactismo de
algunos
libretos?
¡Pésimo! Hay
mucha gente que
menosprecia la
inteligencia del
público. El
mayor ejemplo de
respeto al
pensamiento
ajeno fue Jesús,
quien, con sus
parábolas, hacía
que todos lo
entendiesen y el
conocimiento se
perpetuase.
Sinceramente,
cuando asisto a
ese tipo de
teatro me dan
ganas de
levantarme e
irme. Un buen
camino para huir
de esa
mediocridad es
pegarnos a obras
espiritas ya
consagradas y
fieles a los
postulados
espíritas, como
las de Emmanuel,
Víctor Hugo,
Hermano X,
Manoel Philomeno
de Miranda,
Hilario Silva,
etc., y
transformarlas
en libretos
coherentes con
su peso
espiritual.
Por fin tenemos
ahora una fiebre
de filmes de
temática
espírita, al
mismo tiempo que
cualquiera
produce sus
filmes caseros y
los coloca en
internet. ¿Cuál
es el futuro del
teatro en la
casa espírita?
Como ya dije,
esa fiebre es
excelente para
el Movimiento
Espirita, pero,
como toda
fiebre, también
pasa. Debemos
entonces estar
atentos y
profundizar en
el estudio de
esos filmes. Ser
aficionado no es
sinónimo de
descuido. El
futuro del
teatro en la
comunidad
espírita es lo
mismo que el
Movimiento
Espirita. El
teatro espirita
dependerá de lo
que los
Espíritus
hicieran del
Movimiento.
“Teatro
Espírita, Luz en
el Escenario,
Luz en la Vida”.
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