Paula Fernandes
y la
intolerancia
religiosa
Después que
admitió, en
entrevista
divulgada por el
programa Show
Business, ser
adepta de la
doctrina
espirita, la
conocida
cantante y
compositora
Paula Fernandes
fue víctima, en
las redes
sociales, de una
sucesión de
mensajes
agresivas y sin
la consideración
debida,
provenientes
principalmente
de adeptos de la
religión
conocida por el
nombre de
Testigos de
Jehová, los
cuales
ciertamente
piensan que ser
espirita es
tener parte con
Satanás, una
antipatía
antigua para con
el Espiritismo
que no es fruto
apenas de
prejuicio, sino
principalmente
de ignorancia de
lo que viene
ocurriendo en
los senos del
Cristianismo.
La entrevista de
Paula Fernandes
puede ser leída
pulsándose en
este link:
https://www.youtube.com/watch?v=x5HfyMKLPqI
¡Qué extraño!
Los mensajes de
intolerancia
religiosa
vinieron de
adeptos de una
religión que
publica a título
de presentación
en su sitio
oficial –
http://www.jw.org/pt
- las siguientes
palabras:
“Mismo viniendo
de centenas de
grupos étnicos y
hablando
centenas de
idiomas, somos
unidos por los
mismos
objetivos.
Además de todo
eso, queremos
honrar a Jehová,
el Dios de la
Biblia y el
Creador de todas
las cosas.
Hacemos lo mejor
para imitar a
Jesucristo y
tenemos orgullo
de ser llamados
cristianos.
Todos nosotros
dedicamos tiempo
a la obra de
enseñar a las
personas sobre
la Biblia y el
Reino de Dios.
Visto que damos
testimonio, o
hablamos, acerca
de Jehová Dios y
su Reino, somos
conocidos como
Testigos de
Jehová”.
Leemos en el
Evangelio según
Marcos:
“Y Juan le
respondió,
diciendo:
Maestro, vimos
uno que en tu
nombre expulsaba
demonios, el
cual no nos
sigue; y
nosotros lo
prohibimos,
porque no nos
sigue. Jesús,
sin embargo,
dijo: No lo
prohibáis;
porque nadie hay
que haga milagro
en mi nombre y
pueda luego
hablar mal de
mí. Porque
quien no es
contra nosotros,
es por nosotros.
Por eso, a
cualquier que a
vosotros os deis
a beber un vaso
de agua en mi
nombre, porque
sois discípulos
de Cristo, en
verdad os digo
que no perderá
su galardón”.
(Marcos
9:37-41.) (Los
realces son
nuestros.)
Toda
controversia que
se formó entre
la cúpula de las
religiones
cristianas –
católica,
protestante,
evangélica – y
la doctrina
espirita adviene
de la conocida
prohibición
afirmada por
Moisés relativa
a la consulta a
los muertos.
Nos parece,
pues, que los
cristianos, al
prenderse a las
palabras del
conductor de los
hebreos, dan más
valor al Antiguo
Testamento que
al Nuevo, que
consubstancia
los actos y las
enseñanzas de
Jesús, así como
las lecciones y
los ejemplos
dejados por sus
apóstolos.
Así, el pasaje
del Cristo por
la Tierra
revela, a cada
paso, su
intercambio
constante con la
Esfera Superior,
sea en coloquios
con los
emisarios de
alto linaje, sea
dirigiéndose a
los afligidos
desencarnados,
en socorro a los
obsesos del
camino, como
también al
equipo de
compañeros, a
los cuales se
presentó en
persona, después
de la muerte. Y
los propios
discípulos
convivirían con
el fenómeno
mediúmnico,
especialmente a
partir de los
extraordinarios
acontecimientos
registrados en
el día de
Pentecostés
conmemorado
inmediatamente
después de la
Pascua de la
resurrección.
En Brasil, fray
Boaventura
Kloppenburg, el
más tenaz
adversario del
Espiritismo en
nuestro país; en
Italia, el cura
Gino Concetti,
comentarista del
Osservatore
Romano, órgano
oficial del
Vaticano; en
Francia, el cura
François Brune,
autor del libro
“Los Muertos nos
Hablan” – todos
ellos admiten
los hechos
mediúmnicos y
las relaciones
entre nosotros y
los muertos.
Enfatizamos:
entre nosotros y
los muertos, no
entre nosotros y
los demonios,
porque éstos,
felizmente, no
existen.
En entrevista
concedida a la
Red Globo de
Televisión y,
antes, a la
agencia Ansa,
Gino Concetti
tornó pública la
nueva postura de
la Iglesia con
relación a la
mediumnidad y a
las relaciones
entre nosotros y
los fallecidos.
Dijo entonces el
cura Concetti
que la Iglesia
no solamente
admite la
comunicación con
los muertos,
como reconoce
que tener un
contacto con el
alma de los
entes queridos
que ya partieron
para el
ultratumba puede
aliviar los que
tengan, por
casualidad, se
quedado
perturbados con
ese trance.
“Según el
catecismo
moderno –
explicó el
teólogo – Dios
permite a
nuestros caros
difuntos que
viven en la
dimensión
extraterrestre
enviar mensajes
para guiarnos en
ciertos momentos
de la vida.
Después de las
nuevas
descubiertas en
el dominio de la
psicología sobre
el paranormal,
la Iglesia
decidió no más
prohibir las
experiencias del
diálogo con los
fallecidos, bajo
la condición de
que ellas sean
llevadas con una
finalidad seria,
religiosa y
científica.”
En razón de
testimonio tan
claro con
respecto a las
relaciones entre
nosotros y los
que partieron,
no causa
sorpresa ninguna
lo que el fray
Boaventura
Kloppenburg
escribió en su
libro
“Espiritismo y
Fe”, en lo cual
afirma que los
católicos, tanto
cuanto los
espiritas,
admiten:
a) que los
fallecidos no
rompen sus lazos
con los que aún
viven en la
Tierra;
b) que ellos
pueden, por lo
tanto,
socorrernos y
ayudarnos;
c) que los
Espíritus
desencarnados
pueden
manifestarse o
comunicarse
perceptiblemente
con nosotros;
d) que tales
manifestaciones
pueden ser de
dos tipos:
espontáneas y
provocadas.
Las espontáneas
son las que
tienen origen o
iniciativa en el
más allá de la
tumba, como la
del Ángel
Gabriel (Lucas,
1:26-38). Las
provocadas son
las que tienen
su iniciativa en
el mundo físico,
como, por
ejemplo, el caso
del rey Saúl,
que evocó Samuel
por medio de la
pitonisa de
Endor (Samuel,
28:3-25).
Cuanto al cura
François Brune,
investigador
católico de la
Trascomunicación
Instrumental,
que se dedica al
intercambio
entre nosotros y
los Espíritus
por medios
electrónicos, he
lo que escribió
en el libro a
que nos
referimos:
“Interrogar
sobre los
orígenes, en el
pensamiento
occidental, de
esta reciente
ideología del
nada, no es mi
propósito. Lo
más escandaloso
es el silencio,
el desdén, hasta
mismo la censura
ejercida por la
Ciencia y por la
Iglesia, a
respecto de la
descubierta
incontestada más
extraordinaria
de nuestro
tiempo: el
después de la
vida existe y
nosotros podemos
comunicarnos con
aquellos que
llamamos de
muertos.
Escribí este
libro para
intentar
derrumbar ese
espeso muro de
silencio, de
incomprensibilidad,
de ostracismo,
erigido por la
mayor parte de
los medios
intelectuales
del occidente.
Para ellos,
disertar sobre
la eternidad es
tolerable; decir
que se puede
vivirla se torna
más discutible;
afirmar que se
puede entrar en
comunicación con
ella es
considerado
insoportable. El
cura y teólogo
que soy quise,
como se dice,
certificarse
completamente de
la verdad. ¿Por
qué todos esos
testimonios
deberían ser, a
principio,
considerados
sospechosos?
Cuando el
contenido de los
mensajes y de
las
comunicaciones
grabadas reúne,
como yo
demuestro, los
mayores textos
místicos de
diversas
tradiciones,
existe en eso
más que una
simple
coincidencia.
Yo acompañé,
pues, y estudié
apasionadamente
los resultados
de las
investigaciones
más recientes en
ese campo. Las
conclusiones de
este trabajo
ultrapasaron mis
previsiones: no
solamente la
credibilidad
científica de
las experiencias
de comunicación
con los muertos
se encuentra
confirmada y no
puede más ser
puesta en duda,
pero la
prodigiosa
riqueza de esa
literatura del
ultratumba
reanimó en mí lo
que siglos de
intelectualismo
teológico habían
extinguido”. (Los
Muertos nos
Hablan,
Edicel, 1991, p.
15.)
No podríamos
terminar estos
comentarios sin
recordarnos del
testimonio de un
pastor de la
Iglesia
Presbiteriana,
Nehemias Marien,
admirado y
respetado por
sus ideas y por
el trabajo que
desarrolló a lo
largo de la
vida.
Nuestra colega
Fátima Farias le
preguntó: ¿Cómo
el señor encara
los sucesivos
ataques de
pastores al
Espiritismo?
El pastor
Nehemias Marien
contestó:
“¡Bien!, como yo
diría, nuestros
amados hermanos
son aliados.
Estamos todos en
el mismo barco,
pero ellos hacen
parte de la
artillería. El
artillero es el
soldado, que
viene justamente
atrás. La
infantería somos
nosotros, la
Doctrina
Espirita,
aquellos que van
más allá en la
parte delantera.
La artillería,
al abrir espacio
adelante, suelta
las bombas, pero
son muy malos de
cálculos
matemáticos,
erran los
cálculos y
acaban diezmando
a los propios
aliados. Es lo
que pasa,
criticando el
Espiritismo, que
está en la misma
dimensión
espiritual. Yo
los llamo, vamos
a hablar de esta
manera, de
bonsáis
espirituales,
aquella plantita
que no crece.
Allá en Tokio vi
todo un huerto
sólo de bonsáis,
bonitos, pero no
se desarrollaron
espiritualmente.
Éstos que atacan
nuestros
hermanos
espiritas y
otras
tradiciones, con
las cuales no
concuerdan, son
una especie de
pitbulls”.
(La entrevista
completa del
pastor Marien
puede ser leída
pulsando en este
link:http://www.espirito.org.br/portal/artigos/ffarias/nehemias-marien.html.)
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