Recientemente,
los cines
brasileños
exhibieron una
ficción
científica,
Lucy, que
especula sobre
la posibilidad
humana de
utilizar todo el
potencial del
cerebro. En la
película, el
personaje Lucy,
vivido por
Scarlett
Johansson, con
el cerebro
superactivado,
hace un viaje de
regreso a los
principios de la
vida en la
Tierra. El punto
alto de ese
“viaje” ocurre
cuando la Lucy
del presente
encuentra a la
Lucy del pasado,
en un lugar
próximo a donde
probablemente
habría ocurrido
su muerte, que
la llevaría a
transformarse en
el fósil antiguo
más bien
conservado de
que se tienen
noticias
(1). La
fecha de ese
fósil sugiere el
periodo de 3,2
millones de
años, habiendo
sido descubierto
en el desierto
de Afar
(Etiopía).
Después de la
identificación
de su sexo, los
investigadores
responsables por
el
descubrimiento
le dieron el
nombre de Lucy,
en homenaje a la
conocida música
de
Lennon/McCartney:
Lucy in the
Sky with
Diamonds.
Aunque el
creacionismo
atribuya la edad
de Eva en
aproximadamente
seis mil años,
Adán sería
algunas horas
más viejo, Lucy
está lejos de
ser la madre de
la humanidad.
Como se deduce
del Libro de los
Espíritus
(2) y de
La Génesis
(3) y,
también, como
informa la
Biología
(4), la
Humanidad es
mucho, mucho más
vieja de la que
suponen los
lectores de la
Biblia, en la
perspectiva de
la historia de
la creación.
¿Cuál es la
actual posición
del
creacionismo?
¿En qué sentido
ocurre el debate
de esa doctrina
con la
evolución?
¿Y el
Espiritismo cómo
se posiciona?
El creacionismo
es una doctrina
religiosa que
afirma haber
sido el hombre
creado pronto,
directamente por
una acción
divina. Esa
afirmación es
mantenida desde
el judaísmo
antiguo,
habiendo el
cristianismo
heredado ese
dogma, que
evidentemente se
opone a la
noción de que la
vida humana
sería decurrente
de un proceso de
selección
natural.
El “design
inteligente”
Darwin supone
que la selección
natural tiene
una larga
historia
(Dawkins),
presumiblemente
iniciada a
partir de la
aglutinación de
algunas
moléculas de
carbono,
moviéndose en un
caldo favorable
a la aparición
de los primeros
seres vivos.
Negar que algo
semejante a eso
ocurriera es
negar que esos
eventos tienen
millones de
años, producen
un black out en
el razonamiento
y, al contrario
de la ficción de
la película
sobre la
aceleración del
uso de los
recursos del
cerebro, sugiere
su
sub-aprovechamiento.
Sin embargo, los
creacionistas no
desistieron de
defender que su
doctrina de la
creación del
hombre
directamente por
Dios fuera
enseñada en la
escuela. Había
un precedente
ocurrido en
1925, en el
estado de
Tenessee que
promulgó una ley
prohibiendo la
enseñanza del
evolucionismo en
las escuelas
públicas. En una
pequeña ciudad
llamada Dayton,
un profesor fue
juzgado por
citar la teoría
evolucionista en
sala de clase.
Ese juicio duró
once días, ganó
gran repercusión
y fue conocido
como “El juicio
del mono”.
Posteriormente
los
creacionistas
americanos
propusieron una
versión
supuestamente
científica, en
oposición a la
teoría de la
selección
natural de
Darwin, buscando
su aceptación en
el currículum
escolar. El
emprendimiento
nació de los
intentos hechos
a la Suprema
Corte, por
algunos
religiosos
americanos, de
que las escuelas
deberían enseñar
el creacionismo
al lado de la
teoría
evolucionista.
Como todas las
peticiones no
lograron éxito,
el esfuerzo se
concentró en
demostrar que
hay una teoría
científica
creacionista,
expuesta en el
libro Of
Pandas and
People (ver
Wikipedia). En
ese libro
(5)
buscó-sustituirse
todos los
términos como
“creación” o
“creacionismo”
por las palabras
“design
inteligente”.
Los
creacionistas
parten de una
premisa
sostenida por la
propia ciencia
y, también,
utilizada en la
doctrina
espírita, en
especial en
El Libro de los
Espíritus,
de que “no hay
efecto sin
causa”. Esa
afirmación lleva
a la otra, de
que todo efecto
inteligente
tendría una
causa
inteligente. Si
tales
razonamientos
son lógicos y
posibles de
sostener
colofones de
base científica,
¿cuál sería
entonces el
equívoco de los
creacionistas?
¿El Espiritismo
incurrió en el
mismo error?
Tales cuestiones
serán analizadas
a continuación.
La selección
natural de
Darwin
La idea central
del “design
inteligente” es
identificar todo
y cualquier
fenómeno que no
puede ser bien
explicado por la
ciencia, que
siempre busca
explicar los
fenómenos
naturales en
términos de
relaciones entre
“fuerzas
naturales”. Esa
posibilidad
relaciona a
tales fenómenos
a otras fuerzas
no consideradas
en las
investigaciones.
Por lo tanto, el
“design
inteligente” es
utilizado como
una alternativa
a las
explicaciones
naturales para
el origen y la
diversidad de la
vida. Aquellos
que defienden la
existencia de un
design
inteligente
buscan
identificar
señales de
inteligencia que
remiten para la
noción de un
proyectista
(designer). La
gran complejidad
de los sistemas
vivos no sería
totalmente
“desvelada” por
la ciencia
materialista,
necesitando, de
esta forma, de
otra ciencia.
Los científicos
y magistrados
americanos que
se posicionan
contrarios a la
noción del
“design
inteligente”
acuerdan que,
desde su
formulación,
hace cerca de 20
años, esa
“ciencia” no
publicó ningún
estudio revisado
por iguales en
revistas
científicas.
La búsqueda de
una causa
inteligente, en
la explicación
de fenómenos
inteligentes de
la naturaleza,
podría traer una
nueva dimensión
a ese embate
entre
evolucionismo y
creacionismo;
sin embargo, la
vertiente
creacionista
tendría que
abandonar la
noción que le es
fundamental, el
concepto del
Dios bíblico.
El Espiritismo
también parte de
la premisa de
que todo efecto
inteligente
debe,
necesariamente,
derivar de una
causa
inteligente.
Pero, la
argumentación
espírita sobre
la existencia de
Dios permanece
en el ámbito de
la filosofía y
no tiene, para
esa cuestión,
pretensión de
hacer ciencia.
Además el
Espiritismo
acepta la
selección
natural de
Darwin y la
entiende como
uno de los
atributos de la
creación que,
lejos de
desmerecer a
Dios, lo
engrandece. (Vea
A Camino de
la Luz
(6), de
Emmanuel.)
¿La vida y el
universo serían
productos del
acaso?
La doctrina
espírita no se
aproxima el
antropomorfismo
religioso; muy
al contrario,
ella lo rechaza.
Eso puede ser
deducido por la
forma de la
organización
dada al El
Libro de los
Espíritus,
cuando Kardec
selecciona, para
figurar como la
primera pregunta
de esa obra:
¿Qué es Dios? Al
evitar el
pronombre quien,
Kardec de manera
inteligente
evita las
trampas de la
noción
antropomórfica
de un Dios
creado a nuestra
imagen y
semejanza. El
Espiritismo
tampoco acepta
el argumento
científico de
que la vida y el
universo serían
productos del
acaso. En la
visión espírita,
la vida y el
universo son
resultantes de
la acción de
Dios, que es
infinito y tiene
como atributo la
creación
incesante, pero
no actúa por
ensayo y error,
como ocurre con
el Yahvé
bíblico.
La búsqueda del
design
inteligente
parece
reproducir
acciones que
pueden hacerse
repetitivas
entre deístas y
teístas. El Dios
bíblico, con
características
tan
contradictorias
entre el bien y
el mal, parece
“empujar” a las
personas para
una posición
materialista.
Aún cuando la
historia de la
creación es
interpretada en
su sentido
metafórico donde
cada día
representa
centenares de
miles de
periodos, hay
casi
invariablemente
contradicciones
entre lo que es
metafísico en el
texto, con lo
que representa
la mera
descripción de
la organización
social del
pueblo de
Israel. De otro
lado, los
científicos
materialistas
parecen
demasiado
preocupados en
demostrar que
Dios no está
presente en la
creación y, con
cierta
exageración,
hacen constantes
profesiones de
fe exhibiendo un
fundamentalismo
del tipo
“creyentes de la
incredulidad”.
Eso parece
evidenciar, por
lo tanto, que al
contrario de la
Lucy, heroína de
la ficción
científica de la
película
homónimo,
creyentes e
incrédulos,
finalmente todos
nosotros, aún no
usamos más que
el diez por
ciento de la
capacidad de
nuestro cerebro.
Y como Dios debe
tener otros
planes para la
humanidad, más
allá de la
querella sobre
si Él existe o
no, pienso que
un día no muy
distante
llegaremos a
hacer mejor uso
de los recursos
de nuestro
cerebro.
Referências:
(1) Lucy es el
único fósil
humano con 40%
de
reconstitución
original, el más
completo hasta
ahora
encontrado. En
cuanto a la
longevidad, poco
tiempo después
otro fósil
recibió fecha
más antigua aún,
o sea 4,4
millones de años
(2) Dawkins, R
(2009). La gran
historia de la
evolución. São
Paulo: Compañía
de las Letras.
(3) Kardec, A.
(s.d.) El
Libro de los
Espíritus.
São Paulo:
Librería Allan
Kardec Editora
(LAKE).
(4) Kardec, A
(s.d.). La
génesis, los
milagros y las
predicciones
según el
Espiritismo.
São Paulo:
Librería Allan
Kardec Editora
(LAKE).
(5) Davis, P.
and Kenyon, D.
(1980) Of Pandas
and People: the
central question
of biological
origins.
Foundation of
Thought and
Etics (FTE).
Richardson
(Texas).
(6)
Emmanuel/Xavier,
F.C. (1939).
A caminho da luz.
Brasília (DF).
FEB.
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