Damos continuidad al estudio del libro Qué es el Espiritismo, obra lanzada en París en julio de 1859. El estudio será presentado en 19 partes. Las páginas citadas en el texto sugerido para la lectura se refieren a la 20ª edición publicada por la Federación Espírita Brasileña. Las respuestas a las preguntas sugeridas para debatir se encuentran al final del presente texto.
Preguntas para debatir
A. ¿El Espiritismo procura reclutar adeptos, como lo hacen ciertas sectas evangélicas?
B. Las mesas giratorias fueron importantes y fue el punto de partida de la codificación del Espiritismo. ¿Por qué, entonces, actualmente no se producen esos fenómenos ni se habla de ellas?
C. ¿Cómo debe proceder el aprendiz en materia de Espiritismo, que no sabe nada y no vio nada, pero desea esclarecerse, para conocer la Doctrina Espírita?
Texto para la lectura
23. El Espiritismo se dirige a los que no creen o dudan, y no a los que tienen fe y a quienes esa fe les basta. Y no le dice a nadie que renuncie a sus creencias para adoptar las nuestras. Después de decir estas palabras, Kardec nos recomendó acoger con amabilidad a los hombres de buena voluntad, ofreciendo la luz a los que la buscan, porque con los que creen no tendremos éxito. No debemos violentar la fe de nadie, sino colocar la luz en evidencia, para que la vean los que quieran verla. (Biografía, pág. 36.)
24. Se preguntan cómo una doctrina que hace feliz y mejor al hombre puede tener enemigos. Es natural, explica Kardec. El establecimiento de mejores cosas siempre choca con intereses, en un inicio. ¿Cómo quieren que una doctrina que conduce al reino de caridad efectiva no sea combatida por todos los que viven en el egoísmo? (Biografía, págs. 38 y 39.)
25. Toda persona que busque un medio, cualquiera que sea, para romper la buena armonía, no puede tener buenas intenciones. Es por eso que Kardec recomienda que usemos la mayor circunspección en la formación de nuestros grupos, no sólo para nuestra tranquilidad, sino en el interés mismo de nuestros trabajos. (Biografía, pág. 39.)
26. Según Kardec, más vale que exista en una ciudad cien grupos de 10 a 20 adeptos, donde nadie se atribuya la supremacía sobre los demás, que una única sociedad que reúna a todos. Las sociedades numerosas tienen su razón de ser bajo el punto de vista de la propaganda, pero en cuanto a los estudios serios y continuos, es preferible constituir grupos privados. (Biografía, pág. 42.)
27. El libro “Qué es el Espiritismo” está dividido en tres capítulos: el primero trae las respuestas a las observaciones más comunes que hacen aquellos que ignoran los principios fundamentales de la Doctrina, así como la refutación de los principales argumentos de sus adversarios. El segundo capítulo trata el aspecto científico del Espiritismo; es casi un resumen de El Libro de los Médiums. El tercer capítulo es un resumen de El Libro de los Espíritus. (N.R.: La primera edición de esta obra se realizó en julio de 1859.) (Prólogo, págs. 49 y 50.)
28. Una o dos sesiones no bastan para adquirir convicción. Esto, según Kardec, sería un verdadero milagro, porque él mismo necesitó más de un año de trabajo para convencerse, lo que prueba que no llegó a ese estado sin reflexión. (Capítulo I, Diálogo Primero, pág. 52.)
29. Kardec no consideraba la crítica hecha al Espiritismo como expresión de la opinión pública, sino como un juicio individual, que bien puede equivocarse. La historia registra que obras importantes fueron criticadas en su aparición, sin que ello los excluya de ser grandes obras; pero cuando una cosa es mala, no hay elogio que la vuelva buena. (Capítulo I, Diálogo Primero, págs. 54 y 55.)
30. Si el Espiritismo es una falsedad, caerá por sí mismo. Pero si es una verdad, no hay diatriba que pueda hacer de él una mentira. (Capítulo I, Diálogo Primero, pág. 55.)
31. Es principio de lógica elemental que el crítico conozca, no superficialmente, sino a fondo, aquello de lo que habla, sin lo cual su opinión no tiene valor. El crítico no debe limitarse a decir que tal cosa es buena o mala; es necesario que justifique su opinión en una demostración clara y categórica, basada sobre los principios del arte o la ciencia a la que pertenece el objeto de la crítica. (Capítulo I, Diálogo Primero, pág. 55.)
32. El Espiritismo no es más responsable de los actos de aquellos que abusan de ese nombre y lo explotan, que la ciencia médica por los actos de los charlatanes que imponen sus drogas, o la religión por los actos de los sacerdotes que engañan en su ministerio. (Capítulo I, Diálogo Primero, pág. 55.) (Continúa en el próximo número.)
Respuestas a las preguntas propuestas
A. ¿El Espiritismo procura reclutar adeptos, como lo hacen ciertas sectas evangélicas?
No. El Espiritismo no busca forzar ninguna convicción y, por ello, es contrario a toda actitud proselitista. (Qué es el Espiritismo, capítulo I, Diálogo Primero, pág. 52.)
B. Las mesas giratorias fueron importantes y fue el punto de partida de la codificación del Espiritismo. ¿Por qué, entonces, actualmente no se producen esos fenómenos ni se habla de ellas?
La razón es fácil de entender. De las mesas giratorias salió una cosa más seria aún: toda una ciencia y una doctrina filosófica, mostrando que el período de la curiosidad tuvo su tiempo, pero pasó. Le sucedió el período de la observación. El Espiritismo entró, entonces, en el dominio de personas más serias que no ven en los hechos un objeto de diversión, sino un medio para instruirse. (Obra citada, capítulo I, Diálogo Primero, pág. 62.)
C. ¿Cómo debe proceder el aprendiz en materia de Espiritismo, que no sabe nada y no vio nada, pero desea esclarecerse, para conocer la Doctrina Espírita?
En primer lugar, es necesario instruirse mediante la teoría, leyendo y meditando las obras que tratan este asunto. En ellas aprenderá los principios y encontrará la descripción de todos los fenómenos. Después, cuando se presente la oportunidad de observar o de obrar personalmente, no verá nada extraño en los hechos que se presenten. (Obra citada, capítulo I, Diálogo Primero, pág. 64.)