Nacidas en USA, tenían 14 y 11 años respectivamente, cuando fueron protagonistas de los fenómenos en Hydesville, pueblecito típico del Estado de New York, ubicado a 20 millas de Rochester; cuyos habitantes sencillos y poco cultos presenciaron fenómenos psíquicos producidos por una fuerza desconocida para ellos; pero libres de prejuicios y abiertos a las nuevas ideas, tuvieron ingenio para investigarlos a la luz de la razón y lo redujeron a un sistema, que aunque primitivo, significó el inicio de una amplia experimentación.
La familia Fox, compuesta por los padres y dos hijas, granjeros y devotos metodistas, alquiló una pequeña casa en diciembre de 1847. A los pocos meses comenzaron a vivir perturbados por ruidos y golpes inexplicables, hasta que en la noche del 31 de marzo de 1848, las niñas, como en un juego, desafiaron al poder invisible a que repitiera los golpes que ellas producían con los dedos. El reto de las muchachas fue inmediatamente atendido, y cada golpe tuvo su eco en otro similar. Esa fuerza aparentaba tener tras de sí una inteligencia independiente, lo que concedía una enorme significación al fenómeno. En principio, la madre se atemorizó, pero luego comenzó a hacer preguntas, cuyas respuestas, recibidas con un si o un no, por medio de un número convenido de golpes, demostraron que esa inteligencia tenía un amplio conocimiento de sus habitantes y sobre lo que ocurría en la casa. Esto se repitió con la intervención de una vecina y luego los demás concurrieron en masa. Formaron una especie de comité de investigación y por medio de un artefacto con letras y números, inventado por uno de los vecinos, el señor Duesler, consiguieron que la fuerza inteligente desconocida fuera marcándolos para formar palabras y frases. Se identificó como un espíritu, que había vivido como Charles B. Resma, se ganaba la vida vendiendo de puerta en puerta y había sido asesinado por dinero y enterrado en esa casa cinco años antes. El comité de investigación publicó sus resultados al cabo de un mes, y 55 años más tarde el "Boston Journal" confirmó en su edición del 23 de noviembre de 1904, que habían sido encontrados los restos del hombre que había sido asesinado en la casa habitada por la familia Fox.
Estos fenómenos atrajeron la atención de los vecinos, luego la curiosidad de todo el pueblo y más tarde, se difundieron por los otros estados. En medio de las opiniones encontradas, entre los adeptos y los escépticos, algunos de estos agresivos, la familia se encontró hostigada, expulsada de su Iglesia Episcopal y obligada a mudarse de la ciudad.
Sin embargo, más tarde quedó demostrado que las fuerzas invisibles se ponían de manifiesto allí donde se trasladaran las niñas y otras personas mostraron una capacidad semejante para atraer fuerzas psíquicas. En realidad, los fenómenos mediúmicos habían comenzado a manifestarse aproximadamente diez o doce años antes, en diferentes lugares del país, pero eran ignorados o escondidos por temor al ridículo; después de la publicidad hecha alrededor de la familia Fox, comenzó a revelarse un extraordinario número de médiums.
Esto dio inició a un gran movimiento denominado Espiritualismo Moderno, al que se adhirieron innumerables personalidades públicas, y motivó a una multitud de inventores, científicos y pensadores al estudio de los nuevos fenómenos. En noviembre de 1849, se celebró en Rochester una reunión general donde se expusieron los hechos y las conclusiones de quienes los habían estudiado. Fueron oídos atentamente y se designó un comité de cinco ciudadanos para que estudiara el asunto y presentara un informe. Se esperaba que la respuesta desenmascararía una superchería, pero por el contrario, afirmaron que "los golpes eran indudablemente, hechos reales, aunque los datos recogidos no fueran del todo exactos, es decir que las contestaciones a las preguntas no eran del todo verdaderas ni del todo falsas; pero que todos los trabajos para poner en claro por qué medios eran producidos los ruidos, habían fracasado."
Este informe fue desaprobado por la concurrencia y se nombró un segundo comité, escogido entre los incrédulos, cuyo informe final decía que "los sonidos fueron oídos y que la investigación realizada con toda conciencia, permitía afirmar de una manera concluyente que no estaban producidos por máquinas ni ventrílocuos, siendo imposible determinar la causa de los mismos."
Otra vez fue desaprobado y se nombró un tercer comité que investigó con un rigor casi brutal, experimentando con las asustadas niñas bajo un estricto control; y llegando a conclusiones similares. Sin embargo, cierto público, al principio indiferente, cuando vio la evidencia, reaccionó agresivamente y estuvieron a punto de lincharlas. Las niñas fueron presionadas, chantajeadas y obligadas a negar los hechos, sin embargo tiempo después, calmados los ánimos, rectificaron y confirmaron lo ocurrido.
La señora Fox y sus hijas dieron sesiones públicas en New York y en otras ciudades, atrayendo multitudes de curiosos, pero con una reacción negativa casi unánime de la prensa. Los peligros de tales prácticas, eran desconocidos entonces, la ignorancia era universal y nadie sabía como guiarlas con seguridad y rectitud. Las jóvenes no tenían la menor idea del aspecto serio de sus facultades, ni de las graves responsabilidades de la mediumnidad, ni de que estuvieran haciendo un mal uso de sus fuerzas al admitir a las sesiones a gentes de todas las clases y contestar preguntas cómicas o frívolas, inspiradas por espíritus de un bajo nivel de desarrollo. Pero es necesario recordar que eran muy jóvenes, sin cultura general y menos filosófica.
Después del Congreso Espiritualista celebrado en Cleveland, en 1852, las dos hermanas fueron enviadas a Europa para ser investigadas y experimentar con ellas. Ambas hermanas consintieron durante años, en prestarse como objeto de observación. Entre los científicos interesados, se encontraba Sergei Aksakoff, quien, más tarde, en su obra "Animismo y Espiritismo", afirmó que la aparición de Estela, fallecida en 1860, era un caso concluyente de aparición materializada, con la intervención mediúmnica de Kate y en presencia de Mr. Livermore, esposo de la difunta. Prolongó la investigación durante 5 años en 388 sesiones, tomó nota detallada de los fenómenos y pudo constatar su veracidad y la identidad del espíritu. La mano materializada de Estela escribió cerca de un centenar de páginas y tanto la letra como el estilo eran inconfundiblemente, los de la mujer fallecida, incluso en francés, lengua no conocida por la médium. Al mismo tiempo se materializaba otro espíritu identificado como Benjamin Franklin, quien tenía la misión de ayudar en la manifestación.
Poco después de su llegada a Europa, Margareth conoció a Elisha Kane, médico puritano que se sintió atraído por la hermosa muchacha, la protegió para que se educara y finalmente se casó con ella. Falleció cinco años después y la señora Fox-Kane repudió durante algún tiempo todos los fenómenos de los que había sido protagonista, e ingresó en la Iglesia Católica Romana.
En el año 1871, las hermanas todavía recibían el apoyo y la admiración de personalidades prominentes de la época. Ese mismo año, Kate visitó Inglaterra, patrocinada por Charles E. Livermore con la finalidad de entrevistarse con Benjamin Coleman, conocido miembro del movimiento espiritualista moderno inglés, a quien confió la misión de conseguir testigos que no tuvieran escrúpulos de ver sus nombres involucrados en tales experimentos para confirmar los hechos. Comenzó las sesiones a su llegada, y en una de las primeras estuvo presente Daniel Dunglas Home, conocido médium de la época y amigo de Kate. Se produjeron golpes y ruidos, y ambos se sometieron a toda clase de exámenes.
El 14 de diciembre de 1872, Kate se casó con H.D.Jencken, abogado de Londres y uno de los primeros adeptos al espiritualismo moderno en Inglaterra; y según se ha reseñado, en la fiesta de bodas se produjeron efectos físicos asombrosos. La señora Fox-Jencken y su marido frecuentaron círculos sociales londinenses distinguidos y frecuentemente participaban en experiencias psíquicas con renombrados investigadores. La mediumnidad de Kate se desarrolló desde la comunicación por golpes a las luces medianímicas, la escritura directa y la aparición de manos materializadas; además de algunos movimientos de objetos de una habitación hacia otra; y era parte de todos los actos de su vida cotidiana. Por aquel tiempo William Crookes estudió las facultades de la médium y publicó una sincera declaración afirmando la veracidad de los fenómenos, y describiéndolos con detalle.
En 1876, las hermanas se reunieron y continuaron juntas algunos años, hasta que ocurrió entre ellas un penoso incidente. Para aquel entonces ya era evidente la tendencia de ambas hacia el alcoholismo y aparentemente esto hizo surgir un agrio reproche de parte de su hermana mayor Leah, al que se sumó la intervención de algunos seguidores, que desearon separar a la segunda de sus hijos. Esto disgustó profundamente a Margareth y Kate. La primera, ya sea por venganza o por interés pecuniario, declaró al New York Herald, antes de salir de Londres, que todo era una farsa.
No obstante, durante la conferencia que dio en la Academia de Música de New York, para denunciar el fraude, se produjeron los ruidos y golpes característicos de su facultad mediúmnica, e independientes de su voluntad. Kate estuvo presente en ese acto pero se mantuvo en silencio, lo que se interpretó como una aprobación; sin embargo, más tarde confesaría su sorpresa ante las afirmaciones de su hermana. Por su parte, Margareth, se arrepintió y confesó haber contado mentiras; declaraciones que aparecieron en la prensa un año más tarde.
H.D. Jenken falleció en 1881, y Kate quedó con dos hijos bajo su responsabilidad, los cuales, según los relatos de la época, demostraron desde la más tierna edad, una capacidad mediúmnica significativa.
Es necesario hacer notar que sólo después de cuarenta años de exhibiciones públicas, comenzó a manifestarse en la vida de las hermanas una situación penosa y censurable. Sin embargo, sus conductas equivocadas de sus últimos tiempos no pueden ser vinculadas a su facultad mediúmnica, aunque podrían serlo tal vez, a la ignorancia con que la desarrollaron y las influencias perniciosas de los seres que las utilizaban como intermediarias. Las hermanas Kate y Margareth Fox fallecieron en los primeros años de la década 1890-1900.
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