Envolviendo el planeta
Tierra y proyectándose para distancias inmensas existen
capas de corrientes mentales, producto de lo que piensan,
cómo viven y actúan los hombres, encarnados y
desencarnados: ¡esa es la psicosfera terrestre!
En un planeta donde el mal
supera el bien, como el nuestro, tales capas, formadas
por los remolinos de pensamientos buenos o malos que se
entrecruzan — ahora con sintonía, ahora con repulsión —,
obviamente, están contaminadas de vibraciones
mayoritariamente deletéreas, las cuales tienden a
influenciar, sino toda, gran parte de la humanidade.
Ocurre que extrapolando la
silueta física todos los seres vivos poseen un aura
radiante. En los humanos, en particular, la intensidad
vibratória y características cromáticas son consecuentes
con su evolución moral y su comportamiento.
En el aura humana, de
acción protectora cual “túnica electromagnética”, (...)
“halo energético” (...) “coraza vibratória, especie de
caparazón fluídico” (...) “a la manera de campo ovoide”,
en las expresiones seguras del Espíritu André Luiz1,
que se localizan las aberturas de los centros vitales de
fuerza (chacras), que ahora captan, ahora consumen
energias, incesantemente.
Nada impide considerar que la citada aura es la
psicosfera de cada ser humano, “a través de la cual” (aún
según André Luiz) “somos vistos y examinados por las
Inteligencias Superiores, sentidos y reconocidos por
nuestros afines”.
De esa forma, resta verdadero que la influencia externa,
si es negativa, sólo ocurrirá si hubiera desalojo
psíquico, es decir, invigilancia moral, de que nuestra
aura dará identificación infalsificable.
La Ley Divina contempla
solidamente que “a cada uno según sus obras”...
La suma de todas las
auras, con sus proyecciones radiantes entrecruzándose,
fruto de los incesantes pensamientos de las criaturas
humanas (encarnadas y desencarnadas) formará la
psicosfera del mundo en que viven, sumergidas y
sosteniéndose mentalmente en ese mar de vibraciones y
ondas — corrientes eletromagnéticas, finalmente. En
nuestro caso, la Tierra.
Cada pensamento o acción tiene reflejos en la
psicoesfera terrestre, muy sin embargo imperceptible,
individualmente, más expresivos, en el conjunto.
Algo así como el llamado “efecto mariposa”, referente a
las condiciones iniciales dentro de la teoría del caos,
que según la cultura popular, hace que el batir de alas
de una simple mariposa influya el curso natural de las
cosas y, así, tal vez provocar um tifón del otro lado
del mundo.
Una exageración, ciertamente, pero probable en cuanto a
la psicosfera.
La psicoesfera terrestre
es la dirección sideral para donde van todos los hombres
cuando desencarnan, lo que significa decir que, pasamos
mucho tiempo allí...
Exhaustivamente los Espíritus en superior adelantamiento
moral informan que, aunque sin fronteras bordeadas, en
las regiones espirituales que componen la psicosfera
terrestre, en cada una de ellas sólo habitan Espíritus
cuyo grado evolutivo para tanto allí los habilita. Y eso
es válido en todos los niveles de plataforma moral.
De ahí en el espacio sideral hay incluso muchas capas
espirituales, o como enseñó el Maestro Jesús: “hay
muchas moradas en la casa de mi Padre”.
No me impide reflexionar que el Cristo así se expresaba,
refiriéndose ya a partir de nuestra bendecida casa
planetária.
*
No hay aqui opinión personal, además, de todo, siempre
dispensadas...
Para que los propios lectores analicen, reflexionen y
concluyan observaciones expuse, esto sí, pronunciamentos
de varios Espíritus, estudiosos del Espiritismo, todos
tratando de ese instigante asunto: las esferas
espirituales.
En la lectura atenta de esos registros se percibe que
así como el planeta se halla envuelto por capas
atmosféricas, que la ciencia ya definió bien, igualmente
lo circundan, en su parte astral, regiones espirituales.
Esas regiones tienen vida intensa y en cada una habitan
Espíritus — tal vez millones de ellos —, asignados por
las Leyes Divinas, invariablemente en la razón directa
del merecimento individual, es decir, los habitantes de
cada región guardan en sí mismos sintonía y nivel
evolutivo similar.
Así, como la Gran Ley contiene el libre albedrío,
existen moradas felices e infelices, todas construídas y
mantenidas por sus moradores.
Otro detalle que capté: muchas son las denominaciones
para esos parajes astrais, pero todas convergiendo para
las mismas características: capas espirituales,
regiones astrais, esferas espirituales, grados
espirituales, moradas de luz, etc., son algunas de
las denominaciones observadas. Sobre ese detalle me
permito resaltar esas expresiones, destacando así el
enunciado.
A seguir, resumidamente, algunos detalles que reuní de
las informaciones existentes en la literatura espírita
sobre esferas espirituales:
Comienzo, obviamente, por:
1.
Allan Kardec
“El Cielo y el Infierno”, 32ª Ed., 1984, FEB, RJ/RJ
- En la 1ª Parte, cap. IV, ítems 1,5,7, comentando sobre
El “Infierno”, registra que en la Antigüedad el hombre
creyó, por intuición, que la vida futura (tras la muerte)
sería feliz o infeliz, conforme el bien o el mal
practicado en este mundo.
Tanto los antiguos como los cristianos localizaron el
reino de la felicidad en las regiones superiores;
en las regiones inferiores (cavidades sombrías,
terribles, en el centro de la Tierra) estarían los
condenados a los suplícios eternos.
Por analogia, se verifica que el infierno de los paganos
tenía, de un lado, los Campos Elíseos, y del otro, el
Tártaro; em el Olimpo, situado en las regiones
superiores, se localizaba la morada de los dioses y
de los hombres divinizados.
En el Evangelio está escrito que Jesús descendió a los
infiernos, es decir, a los lugares bajos para de ellos
coger las almas de los justos que le aguardaban la
venida.
La morada de los Ángeles, así como el Olimpo, era en los
lugares elevados, que ellos colocaron para más
allá del cielo estelar, entonces considerado limitado.
- En la 1ªParte, cap. IX, nº 13: está registrado que los
Ángeles proscritos, en legiones, viven en las capas
inferiores de nuestra atmósfera y recorren todas las
partes del globo.
“La Génesis”, cap. XIV, 35ª Ed., 1992, FEB, RJ/RJ
- En el ítem 9 Kardec refleja sobre la naturaleza del
envoltorio fluídico (periespíritu) del Espíritu, que
está siempre en relación con su grado de adelantamiento
moral. Los Espíritus inferiores no pueden cambiarlo a su
voluntad. Por eso, muchos Espíritus groseros se creen
aún encarnados y por esa razón permanecen em la
superfície de la Tierra.
- En el ítem 10 se ve: (...) “La capa de fluidos
espirituales que cerca la Tierra se puede comparar a
las capas inferiores de la atmósfera, más pesadas, más
compactas, menos puras, que las capas superiores”.
La constitución íntima del periespíritu no es idéntica
en todos los Espíritus encarnados o desencarnados que
pueblan la Tierra o el espacio circundante.
2
.
Léon Denis
“En lo Invisible”, 1ª Parte, 16ªEd., 1995, FEB RJ/RJ
- En el Ítem III, p. 51, relata sobre el grado de pureza
de las almas: las etéreas, radiantes y de sublimes
armonías se elevan a las “esferas divinas”; ya
las almas opacas, tenebrosas, se precipitan en las
regiones inferiores, escenario de lucha y
sufrimiento.
“Después de la muerte”, 12ª Ed., 1ª Parte, 1983, FEB,
RJ/RJ
- Ítem 3, “En Egipto”: Las almas inferiores y malas
quedan presas a la Tierra por múltiples renacimientos,
sin embargo las almas virtuosas suben volando para las
esferas superiores, donde recobran la vista de
las cosas divinas. Se impregnan con la lucidez de la
conciencia esclarecida por el dolor, con la energía de
la voluntad adquirida por la lucha. Se hacen luminosas,
porque poseen lo divino en sí mismas y se irradían el en
sus actos. Reanima, pues, tu corazón, oh Hermes, y
tranquiliza tu espíritu oscurecido por la contemplación
de esos vuelos de almas subiendo la escala de las
esferas que conduce al Padre, donde todo se acaba,
donde todo comienza eternamente. Y las siete esferas
dijeron juntas: ¡Sabiduría! ¡Amor! ¡Justicia! ¡Belleza!
¡Esplendor! ¡Ciencia! ¡Inmortalidad!
(Subrallados mios)
- Ítem 33: “La Vida en el Espacio”: Las almas
se colocan y se agrupan en el espacio según el grado de
pureza de su respectivo envoltorio; la condición del
Espíritu está en relación directa con su constitución
fluídica, que es la propia obra, la resultante de su
pasado y de todos sus trabajos. Determinando su propia
situación, hallan, después, la recompensa que merecen.
Mientras el alma purificada recorre la vasta y
reluciente amplitud, reposa a voluntad sobre los mundos
y casi no ve límites a su vuelo, el Espíritu impuro no
puede alejarse de la vecindad de los globos materiales.
3. André Luiz
“Evolución en dos mundos”
- cap. 13: Muchos comunicantes de la Vida Espiritual han
afirmado, en diversos países, que el plano inmediato a
la residencia de los hombres yace subdividido en
varias esferas. Así es en efecto, no del punto de
vista del espacio, más sí bajo el prisma de condiciones.
“Liberación”, André/F.C. Xavier, 6ª Ed., 1974, FEB,
RJ/RJ
- cap. IV, p.52-53 y 62 y cap.
V, p. 93: Equipo socorrista hace travesia en las
regiones espirituales “en descendida”. Allí:
un vasto dominio de las sombras; vuelo imposible;
vegetación siniestra y angustiosa; llamamientos
cortantes venidos de los charcos; equipos de Espíritus
armados, en trajes bisoños, no registran presencia
amiga. Después del planalto que se quebraba en un
abrupto despeñadero, en distancia de decenas de
kilómetros, se sucedían cavernas y abismos, donde se
amontonaban miles de criaturas que abusaron de sagrados
dones de la vida.
“Nuestro Hogar”, 48ª Ed., 1998, FEB, RJ/RJ
- cap. 12, p. 69-71, cap. 16, p. 90-91: el umbral es
zona oscura, comienza en la superficie terrestre. Allí
hay concentración de legiones compactas de almas
ignorantes, ni perversas (para ser encaminadas a
las colonias de reparación más dolorosas), ni nobles:
para merecer planos de elevación.
El Espíritu André Luiz nos dice que su madre reside en
una “esfera elevada” y que su padre habita “zona
de tinieblas compactas”; sus hermanas se hallan en
el umbral, agarradas a la superficie terrestre.
Obs.: En el libro “Ciudad en el Más Allá”, de F. C.
Xavier, Heigorina Cuña y los Espíritus André Luiz y
Lúcius, 24ªEd., 1983, IDE, Ararás/SP, hay figuras
explicativas, con esbozos puramente pedagógicos: se ve
el planeta Tierra y las esferas espirituales
(capas) adyacentes. Informaciones de los autores del
libro dan cuenta de que la ciudad Nuestro Hogar,
señalada con una estrella, está localizada en la 3ª
esfera por encima de la Superficie, sobre una extensa
región del Estado de Rio de Janeiro (entre las ciudades
de Rio de Janeiro y Campos / Itaperuna), en faja que
puede ser definida como la periferia del Umbral).
4.0 Espíritu Camilo
“Memorias de un suicida”, Autor espiritual “C.C.
Botelho”, psicografia de Yvonne. A. Pereira, 5ª Ed.,
1975, FEB, RJ/RJ
- cap. I, p. 15-16: tratando de las regiones del mundo
invisible describe el panorama desolador de la región
donde se vio el (“valle de los suicidas”), aprisionado
después de cometer el suicidio: valles profundos,
cavernas siniestras, sólo sombras, gargantas sinuosas;
aullidos de escorias de demonios enfurecidos; aire
pesadíssimo, asfixiante, helado, anocheciendo; jamás
habrá paz allí, Consuelo, esperanza... (Este artículo
será concluído en la próxima edición.)
Traducción:
Isabel Porras - isabelporras1@gmail.com