La Revista Espírita de 1860
Parte 8
Continuamos en
esta edición el
estudio de la
Revue Spirite de
1860,
publicación
mensual de
divulgación
espírita fundada
y dirigida por
Allan Kardec.
Este estudio fue
basado en la
traducción al
idioma portugués
realizada por
Júlio Abreu
Filho y
publicada por
EDICEL. Las
respuestas a las
preguntas
propuestas se
encuentran al
final del texto
para la lectura.
Preguntas para
el
debate
A. ¿Qué podemos decirle a los que asocian los hechos
espíritas a lo sobrenatural y a lo milagroso?
B. Las manifestaciones espíritas, ¿pueden ser
comprobadas?
C. En el discurso en la ciudad de Lyon, ¿cómo clasificó
Kardec a los espíritas?
D. ¿Qué modelo propone Kardec en relación a las
reuniones espíritas?
Texto para la lectura
167. El Dr. De Grand-Boulogne envió una carta a la
Sociedad diciendo que no era correcto considerar a todos
los Espíritus golpeadores como de un orden inferior, ya
que él mismo, por medio de golpes, obtuvo comunicaciones
de un orden muy elevado. Kardec responde que la
tiptología es un medio de comunicación como cualquier
otro, del cual se pueden servir los más elevados
Espíritus. Se entiende por Espíritus golpeadores los
llamados golpeadores profesionales. (P. 272)
168. En la sesión realizada el 24/8/1860, el Sr. Sanson
agradeció al Espíritu de San Luis por su intervención en
la curación instantánea de un mal en la pierna, que
había resistido a todos los tratamientos y debía haber
llevado a la amputación. (P. 278)
169. En un artículo sobre lo maravilloso y sobrenatural,
Kardec analiza la cuestión de la crítica, afirmando que
la opinión de un crítico solo tiene valor cuando habla
con perfecto conocimiento de causa.
(P. 282)
170. En seguida, el Codificador hace una lista de 8
proposiciones en las que reafirma que los hechos
espíritas, basados en una ley de la Naturaleza, no
tienen nada de maravilloso o de sobrenatural, en el
sentido vulgar de esas palabras. (P. 283)
171. El milagro no se explica; los fenómenos espíritas,
por el contrario, se explican de la manera más racional.
El milagro tiene, incluso, otra característica: el de
ser insólito y aislado. Ahora bien, si un hecho se
repite, cuando se quiere y por varias personas, no puede
ser un milagro. (P. 284)
172. ¿De cuántas bromas no fueron objeto las
levitaciones de San Cupertino? Ahora bien, la suspensión
en el aire de los cuerpos pesados es un hecho explicado
por el Espiritismo, que el Sr. Home y otros repitieron
varias veces.
Se trata, pues, de un fenómeno natural, no milagroso.
(P. 285)
173. Se ve que los hechos espíritas son discutidos por
ciertas personas porque parecen escapar a la ley común
y porque ellas no los comprenden. Dadles una base
racional y la duda cesará. (P. 286)
174. Dice el Sr. Louis Figuier, en su obra sobre lo
maravilloso y lo sobrenatural, que en el siglo XVIII
todos los ojos se abrieron a las luces del buen sentido
y de la razón, pero lo maravilloso y los milagros
resistieron. “Abundan aún los milagros”, dice el
Sr. Figuier. (P. 292)
175. Kardec concluye su análisis de la obra del Sr.
Figuier afirmando que los espíritas demuestran la
realidad de las manifestaciones “por los hechos y por el
razonamiento”. “Si no admiten ni lo uno ni lo otro, si
niegan lo que ven, a ellos les corresponde demostrar que
nuestro razonamiento es falso y que los hechos son
imposibles”, finaliza el Codificador. (P. 295)
176. Jobard cuenta que el físico Thilorier, que era
extremadamente sordo, se había curado con el
magnetizador Lafontaine, en pocas sesiones.
(P. 296)
177. Kardec explica por qué las comunicaciones
relacionadas a las investigaciones científicas tienen
una importancia secundaria: todo cuidado es poco para
evitar dar prematuramente como verdades indiscutibles lo
que aún es hipotético.
(P. 298)
178. Georges (Espíritu familiar) pide mayor regularidad
en las sesiones de la Sociedad, o sea, que se evite toda
confusión, toda divergencia de ideas, porque la
divergencia favorece la intromisión de los Espíritus
malos.
(P. 300)
179. Kardec responde a la "Gazette de Lyon", que el
2/8/1860 hizo duras críticas a los espíritas, y le dice
que el Espiritismo se basa totalmente en el dogma de la
existencia del alma, su supervivencia al cuerpo, su
individualidad después de la muerte, su inmortalidad,
las penas y las recompensas futuras. Su objetivo es
demostrarlas de manera patente y su moral es solo el
desarrollo de las máximas de Cristo.
(P. 308)
180. Kardec habla de los espíritas de Lyon y las
conversiones al bien conseguidas hasta entonces por las
enseñanzas espíritas.
(P. 310)
181. Concluyendo su respuesta a la "Gazette de Lyon",
Kardec recuerda que las almas y los Espíritus son una
única y misma cosa. De modo que, negar la existencia de
los Espíritus es negar el alma; admitir el alma, su
supervivencia y su individualidad es admitir a los
Espíritus. Falta saber si después de la muerte ella
puede manifestarse, hecho que los libros sagrados y los
Padres de la Iglesia
reconocían. (N.R.: Fray Boaventura Kloppenburg también
lo reconoce.) (P. 311)
182. Los espíritas lioneses ofrecieron el 19/9/1860 un
banquete a Kardec, ocasión en la que el Sr. Guillaume
pronunció un bello discurso, que fue respondido por el
Codificador. (PP. 312 a 314)
183. En su discurso, Kardec clasifica a los espíritas en
3 categorías: los que buscan los fenómenos y se limitan
a creer en las manifestaciones; los que ven en él algo
más que los hechos y admiran su moral, pero no la
practican; y los que admiran su moral, la practican y
aceptan todas sus consecuencias: son los verdaderos
espíritas, o mejor, los espíritas cristianos. (P. 315)
184. Sobre las sociedades espíritas, Kardec recordó que
las mejores comunicaciones son obtenidas en reuniones
poco numerosas, en las cuales reina la armonía y una
comunión de sentimientos; los pequeños grupos serán
siempre más homogéneos, y ese es el modelo que él
sugiere.
(P. 316)
185. No es en las grandes reuniones que los neófitos
pueden obtener elementos de convicción, sino en la
intimidad. Hay, pues, un doble motivo para preferir los
pequeños grupos, que se pueden multiplicar al infinito,
porque 20 grupos de diez personas, sin ninguna duda,
obtendrán más y harán más prosélitos que una única
reunión de 200 personas.
(P. 317)
186. Sobre la identidad de los Espíritus comunicantes,
Kardec enseña como regla general: jamás el nombre es una
garantía. La única, verdadera garantía de superioridad
es el pensamiento y la manera en la que es expresado.
(P. 318)
(Continúa en el próximo número.)
Respuestas a las
preguntas
A. ¿Qué podemos decirle a los que asocian los hechos
espíritas a lo sobrenatural y a lo milagroso?
En ocho proposiciones muy claras, Kardec reafirma que
los hechos espíritas, basados en una ley de la
Naturaleza, no tienen nada de maravilloso o de
sobrenatural, en el sentido vulgar de esas palabras, ya
que el milagro no se explica, pero los fenómenos
espíritas, por el contrario, se explican de manera
racional. El milagro tiene, incluso, otra
característica: el de ser insólito y aislado. Ahora
bien, si un hecho se repite, cuando se quiere y por
varias personas, no puede ser un milagro, y es lo que
sucede con los fenómenos espíritas.
(Revue Spirite, pp. 283 a 285.)
B. Las manifestaciones espíritas, ¿pueden ser
comprobadas?
Según Kardec, los espíritas demuestran la realidad de
las manifestaciones “por los hechos y por el
razonamiento”. “Si no admiten ni lo uno ni lo otro, si
niegan lo que ven, a ellos les corresponde demostrar que
nuestro razonamiento es falso y que los hechos son
imposibles”, finaliza el Codificador.
(Obra citada, p. 295.)
C. En el discurso en la ciudad de Lyon, ¿cómo clasificó
Kardec a los espíritas?
En el discurso pronunciado el 19 de setiembre de 1860,
Kardec clasificó a los espíritas en tres categorías: los
que buscan los fenómenos y se limitan a creer en las
manifestaciones; los que ven en él algo más que los
hechos y admiran su moral, pero no la practican; y los
que admiran su moral, la practican y aceptan todas sus
consecuencias: son los verdaderos espíritas, o mejor,
los espíritas cristianos.
(Obra citada, p. 315.)
D. ¿Qué modelo propone Kardec en relación a las
reuniones espíritas?
Recordando que las mejores comunicaciones son obtenidas
en reuniones poco numerosas, en las cuales reina la
armonía y una comunión de sentimientos, dice que los
pequeños grupos serán siempre más homogéneos y ese es el
modelo que sugiere. (Obra citada, pp. 316 y 317.)
Traducción:
Maria Reyna - mreyna.morante@gmail.com