¿Por qué estudiar hace bien?
Leer y estudiar continuamente son providencias
importantes en nuestra vida, porque enriquecen el
conocimiento que tengamos adquirido y nos propician
mejores condiciones para el desempeño de nuestro trabajo
en las diferentes áreas de actividades a que nos
dedicamos.
No es diferente en tratándose del trabajo que
desarrollamos en el campo espírita.
Varios son los motivos que justifican ese pensamiento.
El primer motivo es el hecho de que generalmente
olvidamos buena parte de lo que leemos o estudiamos en
el pasado. La persistencia en los estudios y la lectura
de buenas obras neutralizan ese olvido y concurren hasta
mismo para que tal no se pase.
El segundo motivo es que toda vez que se le un libro se
perciben en él matices antes ignorados. Un joven de 16
años que lea El Libro de los Espíritus no verá en
él las implicaciones y enfoques que ciertamente deducirá
cuando releerlo a los 40 años de edad. E igual fenómeno
ocurrirá cuando volver a leer la misma obra a los 60
años.
El tercer motivo dice respecto a la circunstancia de que
sobre los más diferentes asuntos surgen de tiempos en
tiempos obras nuevas, dotadas de informaciones y
análisis que no encontramos en publicaciones más
antiguas. Ejemplo de eso, en el medio espírita, son los
libros escritos por intermedio del médium Divaldo P.
Franco por el Espíritu de Manoel Philomeno de Miranda,
los cuales enriquecieron de forma notable lo que se
sabía hasta entonces acerca de los temas mediumnidad,
obsesión y disturbios psíquicos.
Según investigación divulgada oportunamente por la National
Endowment for the Arts, una fundación norteamericana
dedicada a la promoción de la cultura, quien lee
regularmente por placer tiene una vida mucho más activa
y bien sucedida de que aquellos que prefieren pasar el
tiempo mirando la tele o dedicándose a actividades que
no exigen raciocinio. Para los que cultivan el hábito de
la lectura – concluyó la investigación – la vida es una
sucesión de experiencias nuevas y de ampliación de
horizontes.
Profesor de la Universidad de Virginia y autor del
libro ¿Por qué leer?, Mark Edmundson afirma que
la lectura es la segunda oportunidad que la vida ofrece
para nuestro crecimiento personal.
Durante la niñez y la adolescencia, dice él, pasamos por
un proceso de socialización y aprendemos como actuar de
acuerdo con el sentido común. Después, es la lectura que
nos permite desarrollar ideas propias, conceptos y
valores.
Otra investigación llevada a cabo por un equipo de
psicólogos de la Universidad York, en Canadá, trajo
nuevas evidencias a la importancia de la lectura y del
estudio para el perfeccionamiento personal. Una de las
consecuencias del hábito de leer y estudiar es, de
acuerdo con la conclusión de la investigación, el
retraso de los efectos del envejecimiento en el cerebro,
hecho que confirma algo que los especialistas del área
médica han enseñado hace algún tiempo, o sea, que
ejercitar la mente por medio de la lectura ayuda a
prevenir el mal de Alzheimer, una enfermedad
degenerativa que coge especialmente los ancianos.
En el medio espírita es conocida la lección transmitida
por Emmanuel en la cuestión nº 204 de la obra El
Consolador, psicografada por el médium Francisco
Cándido Xavier:
“El sentimiento y la sabiduría son dos alas con que el
alma se elevará para la perfección infinita. En el
círculo tímido del orbe terrestre, ambos son
clasificados como adelanto moral y adelanto intelectual,
pero, como estamos examinando los valores propiamente
del mundo, en particular, debemos reconocer que ambos
son imprescindibles al progreso, siendo justo, sin
embargo, considerar la superioridad del primer sobre el
segundo, una vez que la parte intelectual sin la moral
puede ofrecer numerosas perspectivas de caída, en la
repetición de las experiencias, mientras que el avance
moral jamás será excesivo, representando el núcleo más
importante de las energías evolutivas.”
Se registre que la sabiduría no se adquiere sin el
hábito de la lectura y del estudio. Además de eso, el
conocimiento que adquirimos compone el bagaje que
constituye la verdadera propiedad del ser humano, como
Pascal (Espíritu) esclarece en el texto abajo extraído
de un mensaje que él escribió sobre el asunto:
“El hombre sólo posee en plena propiedad aquello que es
posible llevarse de este mundo. De aquello que encuentra
al llegar y deja al partir goza él mientras aquí
permanece. Forzado, sin embargo, que es a abandonar todo
eso, no tiene de sus riquezas la pose real, pero,
simplemente, el usufructo. ¿Qué es entonces lo que él
posee? Nada de lo que es de uso del cuerpo; todo lo que
es de uso del alma: la inteligencia, los conocimientos,
las cualidades morales. Eso lo que él trae y lleva
consigo, lo que nadie puede arrebatarle, lo que le será
de mucho más utilidad en el otro mundo de que en éste.”
(El Evangelio según el Espiritismo,cap. XVI,
ítem 9.)
Traducción:
Elza Ferreira Navarro - mr.navarro@uol.com.br