Especial

por Guaraci de Lima Silveira

Lluvia de Estrellas

Hace algún tiempo que asistí a un show titulado “Noel Rosa, ayer, hoy y siempre”. Se trataba de un grupo musical de la ciudad de São Paulo de nombre Alta Tensión. Quedé emocionado con lo que vi. Músicas de la fase de encarnado y de desencarnado de aquel ícono de la música popular brasileña. En la melodía Expresión Mayor Noel dice que: “La música es la mayor expresión del sentimiento humano”. Ya en la canción Astro Mayor él dice que la lluvia de las estrellas está por ocurrir. En aquella época pensé mucho en lo que sería la  lluvia de estrellas. Los poetas son así, utilizan de metáforas para decir grandes síntesis, grandes verdades. Aún más un Espíritu y del tamaño de Noel. Confieso que pasé algunos años con la  música en mi cabeza. Llegué aún a pensar que se trataba de la verticalización del planeta. Cuando eso ocurriera probablemente otras constelaciones surgirían, muchas otras estrellas comenzarían a brillar, tal vez algunas hasta mucho mayores. Posiblemente sería muy extraño, con miras a que la humanidad aún es muy frágil e insegura pudiendo causar un susto enorme provisto de propagación e histerias, del tipo: “el mundo está acabando, válgame Dios, Nuestro Señor...” etc. No, nuestro Maestro Jesús con toda certeza no permitiría eso. Muchos desencarnarian de miedo llegando al mundo espiritual en total estado de letargia, al punto de que muchos siglos sean necesarios para despertarlos y otros tantos para recolocarlos de nuevo en pie y de nuevo para la plenitud de la vida.

Paré de pensar en la lluvia de estrellas de Noel. Un día, quien sabe, entendería. Pero, hay una cita muy difundida que se refiere a la Segunda venida de Cristo, Según el Advenimiento o Parusia, significando: presencia. En la primera carta de Pablo a los Tesalonicenses, vv. 17 y 18, está escrito: “Enseguida nosotros, los vivos, los que quedemos, seremos arrebatados juntamente con ellos sobre las nubes, para ir al encuentro del Señor en los aires, y así estaremos siempre con el Señor. Consolaos, pues, unos a los otros con estas palabras”. Ahora vamos al Sermón Profético proferido por Jesús ínsito en el capítulo 24 del Evangelio de Mateo. En el versículo 27 encontramos: “Porque, así como el relámpago sale del Oriente y se muestra hasta el Occidente, así será también la venida del Hijo del hombre”. Continuando en el mismo Sermón, versículo 29, encontramos: “Y, luego tras la aflicción de aquellos días, el sol oscurecerá, y la luna no dará su luz, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán estremecidas”.

He ahí la lluvia de estrellas. Y Él se refiere a su segunda venida. Entonces, ¿Él vendrá o no? Caso afirmativo, ciertamente vendrá acompañado de grandes estrellas, grandes luminosos de la Espiritualidad Superior. ¿Y sería esa la lluvia de estrellas prevista por Noel? En cuanto al sol oscureciendo, la ciencia moderna indica que la polución de las grandes ciudades industrializadas están escondiendo el sol. Como ejemplo citamos Pekín, y tal puede también extenderse al oscurecimento de la luna. La polución, fruto de la ambición humana, altera lo visual y el ecosistema, promoviendo el ofuscar de esos dos astros. Pero... ¿Y la lluvia de las estrellas? Continuemos la investigación. En los versículos 30 y 31 del referido capítulo 24 de Mateo leímos: “(30) Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del hombre; y todas las tribus de la tierra se lamentarán, y verán  al Hijo del hombre, viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. (31) Y él enviará a sus ángeles con rígido clamor de trompeta, los cuales unirán a sus escogidos desde los cuatro vientos, de una a la otra extremidad de los cielos”.

Aquí queda claro que habrá aún una segunda venida de Cristo. ¿Pero cómo? ¿De nuevo encarnado? Camille Flammarion, astrónomo y amigo del Codificador, estudioso del Espiritismo actuando cómo auxiliar de Allan Kardec en la Sociedad Parisiense de Estudios Espíritas, en París, en su discurso cuando el sepultamiento del cuerpo de Allan Kardec, dijo que el maestro lionés fue el “buen sentido encarnado”. Y es lo que verificamos al estudiar y profundizar en la codificación espírita. Así, todo debe ser analizado a la luz del buen sentido sin despreciar lo que ya había sido escrito y principalmente los evangelios cristianos.

Según sabemos, el Espíritu Crístico planetario que aquí recibió el nombre de Jesús tardó enorme tiempo, en nuestra cuenta, para reducir su frecuencia vibratoria a fin de conseguir penetrar en las bajas frecuencias del orbe terreno. Ahora, si Él tuviera que volver en el cuerpo físico, tardaría otro tanto tiempo, dándonos a entender que su vuelta al plano de los encarnados tardaría más de algunos miles de años y no por ahora, lo que nos capacita a reflexionar que esta no es una forma cierta de entender la segunda venida de Cristo. Divaldo Pereira Franco también relata el hecho en una entrevista. Preguntado si Jesús volvería a la Franco también relata el hecho en una entrevista. Indagado se Jesus volvería a la Tierra en el cuerpo, él dijo: “No. Yo os mandaré el Consolador [Juan, cap. 14 v. 16]. Él no vendrá más en el cuerpo tangible con que estuvo con nosotros. Él ya vino a través del mensaje como El Espíritu de Verdad. En la introducción del libro El Evangelio según el Espiritismo, Allan Kardec coloca con mucha belleza que las estrellas que estaban en el cielo cayeron sobre la Tierra. Es una imagen literária porque por la Ley de Gravedad cuanto mayor es el cuerpo, menor su caída; no podría haber esa inversión. Las estrellas son seres luminosos de la espiritualidad que a partir de aquellos días, de la segunda mitad del siglo XIX, vinieron a la Tierra a producir ese terremoto, ese impacto, esa revolución ideológica y traer de vuelta la Doctrina de Jesús que estaba olvidada. El Paráclito, El Abogado para nosotros es Cristo. Cristo en su sentido platónico, el logos divino. No es figura Jesús, persona. Es esa idea de plenitud, de totalidad que emana de Dios a través de Jesús, que fue excelente Médium de Dios. Por lo tanto, nosotros, los espíritas, no creemos que la segunda vuelta de Jesús sea en el cuerpo tangible. Él ya volvió a través de su propuesta maravillosa del consolador o tercera revelación judaica-cristiana”. Esa entrevista fue dada por Divaldo a la web Mensaje Espírita y publicada el día 8 de marzo de 2017 en  YouTube bajo el título de “¿Jesús aún reencarnará en la Tierra? (Divaldo Responde).

Entonces queda claro que la lluvia de las estrellas ya ocurrió. Pero Noel Rosa desencarnó en 1937 y comenzó a enviar sus canciones en la segunda mitad de aquel siglo y, com todo, afirma que “La lluvia de las estrellas está para ocurrir”. De ahí la pregunta: ¿Ya pasó o aún irá a pasar? Jesús afirma en Mateo 24, v. 34: “En verdad os digo que no pasará esta generación sin que todas estas cosas ocurran”. Y percibimos que las cosas previstas en el Sermón Profético aún están pasando. Naciones contra naciones, surgimiento de falsos cristos y falsos profetas, grandes aflicciones como nunca existieron, hambre, pestes, terremotos, guerras y rumores de guerras, muchos serán escandalizados y traicionarán unos a los otros y eso los molestará y, multiplicándose la iniquidad, el amor se enfriará. Eso es lo que vemos en la actualidad. Jesús hasta nos dijo que si no fuera por los justos ninguna carne se salvaría y, por ellos, los días serían abreviados.

Podemos aún reflexionar sobre el hecho de que con la venida del Consolador se inició un periodo final de abominaciones por aquí. Ese tiempo sería de 200 años, terminando probablemente en 2057, como nos dice Emmanuel. Y los justos serían los trabajadores leales a Jesús durante ese periodo, no importando ahí los lugares de sus operaciones y sí los contenidos sinceros de sus acciones. Todas las personas son invitadas a una reflexión sobre sus vidas, sus encarnaciones y sus futuros. Ocurre que pocos se afectan con eso. Aún las quimeras y los rincones de las sirenas los atraen para el fondo de donde solamente saldrán después de enormes esfuerzos mezclados de dolores y enfermedades. ¿Castigo? No. Consecuencia de actos, del mal uso del libre-albedrío.

Bruce Lipton y Steve Bhaerman, autores del libro Generación Espontánea, en el capítulo dos citan el libre-albedrío como una de las fuerzas más poderosas del Universo. Deriva de los actos de la mente consciente, al contrario de la programación automática del inconsciente.

Podemos pensar que esa sería la forma de selección de los Espíritus de entre los que aquí continuarán y los que deberán partir para otro u otros orbes en búsqueda de sus ajustes con la Ley Divina. Esa cosa de Ley es muy interesante. Cuando se habla de Ley, enfocamos sólo las leyes que rigen la carta magna de una nación. Pero, al adentrarnos en los conocimientos sobre la inmortalidad o la continuidad de la vida después de la desencarnación, hay que pensar en las Leyes que rigen el otro lado. Muchos se agarrán a errores éticos y morales, intentando engañar mientras están engañándose. La muerte no existe como se muestra, y la Ley que los aguarda es bastante rigurosa y da cada uno según sus obras, en el decir de Jesús. Entonces el ser se autoselecciona para quedar aquí y, quedando aquí, deberá seguir lo que Cristo Planetario dijo, ínsito en su evangelio. ¿Estamos dispuestos a eso? ¿O será que aún imaginamos que vamos a engañar lo divino como engañarnos los humanos? Recurrimos al estadista Abraham Lincoln cuando dijo: “Se puede engañar a todos por algún tiempo; se puede engañar a algunos por todo el tiempo; pero no se puede engañar a todos todo el tiempo”. ¡En nuestros días hay aún los que piensan diferente!

Volvamos al Sermón Profético. Jesús refiriéndose al Hijo del Hombre (Él mismo) dijo aún, Mateo, v. 31: “Y él enviará sus ángeles con fuerte clamor de trompeta, los cuales reunirán a sus escogidos desde los cuatro vientos, de una a la otra extremidad de los cielos”. Aquí entendemos la cita del Divaldo en la entrevista publicada arriba: los ángeles son los Espíritus Superiores que sonaron sus trompetas para la formación de la Codificación Espírita, como también deben haber sonado para otras facciones religiosas, científicas, filosóficas, pues todo es de Dios y todo se entrelaza en nombre de él. La ciencia cada vez más se aproxima a las verdades espirituales. La Filosofía post-existencialista ya busca un Hombre en busca de su divinidad. Podemos citar aquí el libro Homo Dios, de Yuval Noah Harari, Ph.D. en historia por la Universidad Hebraica de Jerusalén y autor del best seller Sapiens -  Una Breve Historia de la Humanidad. La Teologia está cada día más aproximando el hombre de su realidad de Espíritu en búsqueda de Dios, sin los rancios dogmáticos y con las justas informaciones de la evolución consciente propuesta por la Psicología Analítica de Carl Gustav Jung, refrendada por Joanna de Ângelis en su serie psicológica y por otros tantos estudiosos de la Psicología Transcendental de la actúalidad de entre ellos los trabajos de Maslow e Stanislav Grof.

Jesús continúa con su Sermón Profético, Mateo 24, versículo 35: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no han de pasar”. Versículo 36: “Sin embargo de aquel día y hora nadie sabe, ni los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino únicamente mi Padre’. O sea: habrá continuidad para el planeta muy sin embargo los pregoneros de las desgracias insistan en decir que seremos destruidos por las bombas hoy existentes. Claro que también necesitamos citar el diálogo entre Jesús y Pilatos cuando el juicio del Maestro en aquel fatídico día en Jerusalén, escrito por Juan en el capítulo 18, v. 36: “Mi Reino no es de este mundo. Si fuera, mis siervos lucharían para impedir que los judíos me apresaran. Más, por ahora, mi Reino no es de aquí.” También podemos estudiar ese momento en el Evangelio según el Espiritismo – Capítulo II. Atendamos para “Mi Reino, por ahora...” O sea, en un tiempo futuro todo se modificará.

De entre todo lo que aquí presentamos, podemos concluir diciendo que la Tierra camina para absorber y vivir el Reino de Jesús que se iniciará en el próximo ciclo que es el de la regeneración, entendiendo, com todo, que como el mismo nombre indica – es un periodo de regeneración. Regenerar significa: Construir nuevamente; desarrollar o realizar algo otra vez. Corregirse; mejorar moral o éticamente. Entonces los que aquí permanezcan tendrán que afinarse con esas propuestas. En Psicología podemos decir que es transformar lo mental inferior en mental superior. He ahí el desafio. Creo que pocos lo aceptarán de verdad, pues no puede ser sólo de labios.

Vamos nuevamente a la lluvia de las estrellas propuesta por Noel Rosa. Aquí voy a colocar un ensayo, una opinión sólo. ¿No sería esa lluvia de estrellas una avalancha de luz venida de las dimensiones superiores del planeta e invadiendo las regiones umbralinas y el plano físico del planeta? Avalancha esa ya desprendida de las altas esferas citadas por Juan en su Apocalipsis, bajo el augusto mando de Cristo Planetario y gradualmente iluminando las sombras planetarias, ¿y aquellos sin condiciones de vivir con esa luz, pidiendo, desesperados, sus partidas para otros orbes, otros lugares del Universo? Convivir con la luz en intensidades mayores es difícil para quien aún no adquirió ojos para ver. Esa avalancha vendría como estrellas, metaforicamente hablando, porque brillan como ellas, calientan como ellas, representan como ellas la Suprema Voluntad del Padre. Las estrellas representadas por los Espíritus Superiores que iniciaron el trabajo con la Codificación ahora encarnan o se aproximan más a los encarnados utilizando de médiums o de la Transcomunicación Instrumental. Chico Xavier, refiriendose a esta posibilidad, dijo: “que pena que mientras vosotros estáis viniendo yo ya estoy partiendo”.

Hay con certeza intenso movimiento para que el nuevo ciclo se implante. Bueno es estudiar la Precisión de los Equinócios que indica que el planeta tendrá su faz vuelta para el núcleo de la Galáxia y recibirá nuevas ondas vibracionales, nuevas frecuencias cósmicas. Vigilemos y oremos, pues. Preparémonos para el advenimiento de ese nuevo ciclo. Es fatal. Está dentro de la mecánica cósmica y hombre alguno lo detendrá. Concluimos esas reflexiones dejando aquí recomendaciones del Maestro Jesús encontradas en el Sermón Profético en Mateo 24, v. 40-42: “Entonces, estando dos en el campo, será llevado uno, y dejado el otro; Estando dos moliendo en el molino, será llevado uno, y dejado otro. Vigilad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor”.

Quién sabe en un futuro, algún historiador escribirá el momento, más o menos en estos términos: “He ahí que, del núcleo central de la administración de la Tierra, Cristo que la gobierna buscó las regiones más recónditas de su vasto imperio y fue hasta ellas, como un sol rodeado de estrellas, sus ministros directos, iluminando y calentando, conclamando a los escogidos para el gran concierto de humanidad feliz. Como en una avalancha de luz, los cielos de todas las dimensiones le sintieron la augusta presencia y se curvaron ante el inolvidable momento. No se contó el tiempo del orbe el día final de esa cascada de luz. ¡Sólo se puede decir que ella ocurrió y la Tierra es hoy un astro feliz, incorporado al gran concierto de las humanidades iluminadas que caminan conscientes en dirección al Padre Supremo!”

 

Traducción:
Isabel Porras - isabelporras1@gmail.com

 

     
     

O Consolador
 Revista Semanal de Divulgação Espírita