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Nadie escapa a su propia conciencia, porque en ella está
inscrita la ley de Dios |
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El pensamiento de arriba es del compañero Antonio Lledó
Flor (foto), nuestro entrevistado de esta
semana.Licenciado en Filosofía y Letras por la
Universidad de Alicante, Ejecutivo del Área de Finanzas
desde hace 25 años, es escritor y conferencista. Miembro
de la Asociación Espírita del “Grupo Villena”
(Villena-España) desde su fundación, fue su presidente
durante doce años. Ex secretario de la Federación
Espírita Española, actualmente es editor de la revista Amor,
Paz y Caridad.
En sus actividades espíritas, ha participado en
numerosos programas de radio y televisión y ha dictado
conferencias durante 40 años en Seminarios, Eventos,
Congresos Nacionales e Internacionales en Europa y
América, como ocurrió con motivo del último Congreso
Mundial de Espiritismo realizado en Lisboa.
A continuación, la entrevista que gentilmente nos
concedió.
¿Cómo entró el Espiritismo en su vida?
Debido a mi formación filosófica, las desigualdades
humanas y la justicia divina fueron los impulsos que me
llevaron al conocimiento de la Reencarnación, y a través
de la última, comprendiendo las Leyes de Causa y Efecto
y la Justicia Divina, llegué al Espiritismo.
¿El Espiritismo cambió su vida?
Por supuesto, por el agnosticismo derivado de la falta
de respuestas lógicas y coherentes que la religión
católica no ofrecía, cuando estudié los libros de
Kardec, estaba pasando por un proceso cognitivo reducido
a una única frase en mi mente: "No sé cómo, pero esto yo
lo sé, es verdad, pero todavía hay mucho más por
descubrir”. Entonces comencé a entender la grandeza de
Dios y sus leyes, el propósito de la vida, así como la
inmortalidad del alma.
¿Como podríamos divulgar más y mejor la Doctrina
Espírita?
El ejemplo es la mejor revelación. Sin embargo, no es
suficiente en estos tiempos. Es necesario "dar
testimonio de nuestro compromiso con la Doctrina
Espírita" porque somos fieles a los principios básicos
de la codificación, respetando las diferentes formas de
divulgación en todas las partes del mundo y apostando
por la homogeneidad y no por la uniformidad como Kardec
nos pone. Con respeto mutuo y sin juzgar el trabajo de
nuestros colegas, debemos permanecer firmes solo bajo el
principio kardecista de "Control Universal de la
Enseñanza de los Espíritus", que consiste en aplicar la
razón y el principio de concordancia al intentar
elucidar las controversias en cuanto a los postulados
fundamentales del Espiritismo en el mundo.
En el lugar donde vive, ¿cómo se podría reducir el
número de suicidios y abortos, concretamente, con la
ayuda del Espiritismo?
Es suficiente para ello una mayor divulgación a la
sociedad de los principios básicos de la doctrina,
especialmente de la inmortalidad del alma, con el fin de
neutralizar el pensamiento suicida que no contempla la
vida después de la muerte que el Espiritismo confirma y
prueba a través de la mediumnidad.
¿Hay algún caso que haya vivenciado y le haya demostrado
la inmortalidad del Espíritu?
Muchos. Pero la experiencia personal y subjetiva es
siempre la más importante. Casi todas las personas
pueden relacionar sus propios eventos, familiares o
amigos, conocidos que han tenido experiencias
paranormales, espirituales o mediúmnicas.
Desde su punto de vista, ¿por qué la Doctrina Espírita y
Allan Kardec son prácticamente ignorados en Francia y en
Europa en general?
La respuesta radica en la enorme influencia que el
pensamiento materialista ha tenido en Europa desde el
siglo XIX. Este pensamiento fue asumido por la propia
ciencia positivista, confrontando a las religiones y a
las creencias espirituales como ideas que pertenecen al
pasado y a la inocencia e ingenuidad del hombre. Esta
influencia es tan fuerte que, incluso en las academias e
instituciones científicas, se asume como un punto de
partida para todo tipo de investigación, impidiendo un
mayor avance de la investigación científica en torno al
hombre integral, todo lo que tiene que ver con su
naturaleza trascendente (espíritu). Sin embargo, el
paradigma materialista está declinando desde mediados
del siglo XX, cuando disciplinas como la Física y la
Biología cuestionaron el concepto de mecanicista ("sin
alma ni Dios") del Universo y del hombre. Además, el
orgullo, la arrogancia humana y los prejuicios impiden
que muchos investigadores reconozcan que no tienen nada
más que aprender, lo que cierra sus mentes hacia nuevas
investigaciones sobre la realidad.
¿Cómo se podría revertir esa situación?
La ciencia en si misma lo está haciendo por nosotros.
Hoy en día, muchas disciplinas como la Física, la
Psicología transpersonal, la Genética, la Biología, la
Neurología y la Medicina con estudios sobre trastornos,
emociones y plasticidad cerebral han presentado un
imparable avance en dirección a la verificación de la
consciencia inmaterial que representa el espíritu del
hombre como director de la auténtica experiencia humana
inmortal. Y también el pensamiento holístico abre un
camino en la investigación científica, cambiando la
visión de las partes por el todo, y explicando que el
universo está interconectado, desde las partículas
elementales (microcosmos) hasta las constelaciones y
galaxias (macrocosmos). Un reflejo de este pensamiento
holístico en el psicoanálisis es el estudio del
inconsciente colectivo iniciado por Carl Gustav Jung.
Otro camino en la biogenética son los campos
morfogenéticos del Dr. Rupert Sheldrake. Y otro en
física se da por los estudios de Erwin Schrödinger,
Fritjof Capra o David Bohm, que afirman que todo en el
universo está relacionado e interconectado bajo un orden
implícito que afecta a todos los seres vivos.
¿Qué le diría a los gobernantes del mundo si les pudiera
hablar del Espiritismo?
Simplemente que nadie escapa de su propia conciencia,
porque en ella está esculpida la ley de Dios,
confirmando que ellos son inmortales y que responderán
por lo que hacen bien o mal.
Un mensaje final.
Estamos en tiempos de definición. La transición
planetaria está en marcha y la oportunidad que se nos
fue concedida para rescatar deudas pasadas a través del
trabajo y el servicio abnegado a nuestro prójimo, es
única. Si no aprovechamos los talentos que la Divina
Providencia nos ha concedido al conocer la Doctrina
Espírita, habremos perdido una oportunidad única de
progreso para nuestra propia redención espiritual.