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La voluntad, según Léon Denis, es la más grande de todas
las fuerzas |
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La frase de arriba es parte de la entrevista que nos
fue gentilmente concedida
por Ana María de Nigris, paulista
de origen, hoy radicada en la ciudad de Volta Redonda
(RJ). Bióloga especializada en Biología Parasitaria,
Cirujana Dentista y artista plástica activa en la ciudad
donde reside, nuestra entrevistada integra la dirección
del Grupo Espírita Luzeiros do Mestre, como dirigente
mediúmnica desde hace 20 años. Espírita desde 1984, es
una devota estudiante de la obra de Léon Denis, tema que
constituye el objeto central de la presente entrevista.
De donde viene su vivo interés por el estudio y
divulgación de la obra de León Denis?
Léon Denis fue un amor a primera vista. EL primer libro
espírita que leí, por indicación de un amigo, fue El
problema del Ser, del Destino y del Dolor. Por ser
música con formación clásica y haber estudiado Biofísica
de las sensaciones en la Universidad, elaboré un workshop a
lo largo de muchos años sobre el efecto de la música en
los cuerpos. La obra de Denis El Espiritismo en el
Arte fue fundamentalmente en el matrimonio entre
ciencia y religión. Comencé a hacer el referido trabajo
en casas espíritas, pero el proyecto tomó vuelos
mayores, siendo aplicado incluso en la unidad IV del
Instituto Nacional del Cáncer, con excelente resultado.
¿Qué es lo que más le llama la atención en el estilo y
el enfoque de este autor clásico?
Todo. Denis tiene una visión profunda, tanto política
como social. Logra
discurrir sobre los temas más variados, sin perder el
lirismo y el objetivo. ¡Es un poeta, un pensador sin
amarras y un investigador fantástico! Además, tiene el
coraje de dar su opinión sin herir nunca la pureza
doctrinaria. Un
verdadero apóstol del Espiritismo. Mi más grande ídolo.
Para situar al lector no habituado a las obras de Denis,
sintetice el esfuerzo del autor en la difusión del
Espiritismo.
Léon Denis fue autodidacta, habiendo mostrado
inclinaciones literarias y filosóficas, pensador
espírita, médium y uno de los principales continuadores
del Espiritismo después de la muerte de Allan Kardec,
junto a Gabriel Delanne y Camille Flammarion. Realizó
conferencias por toda Europa en congresos
internacionales espíritas y espiritualistas, defendiendo
activamente la idea de la supervivencia del alma y sus
consecuencias en el campo de la ética en las relaciones
humanas. Se le conoce como el "Consolidador del
Espiritismo" en toda Europa, así como "apóstol del
Espiritismo", dadas sus cualidades intrínsecas de
estudioso del Espiritismo. En la revista electrónica El
Consoladorencontramos un excelente resumen de su
vida y actividades: Haga
clic aquí
Les recomiendo a aquellos que quisieran estar mejor
enterados de la vida de este gran hombre, el libro Léon
Denis, el apóstol del Espiritismo - Su vida, Su Obra,
de Gaston Luce, su principal biógrafo.
De sus recuerdos de las diversas obras de Denis, ¿qué le
gustaría destacar para nuestros lectores?
Como dije anteriormente, tengo especial afecto por la
pequeña/gran obra "El Espiritismo en el Arte". Pero no
hay manera de dejar de destacar dos obras: El
Problema del Ser, por su amplitud, por la magnífica
investigación y su último trabajo, El Genio Celta y
el Mundo Invisible, un libro que suscitó cierta
polémica a lo largo de los años, pero de un valor in
igual para aquellos que desean saber más sobre los
orígenes celtas del Espiritismo y para trazar paralelos
con el pensamiento de uno y otro.
¿Que decir sobre la voluntad, en el estudio presente en
una de sus obras?
La voluntad, según Denis y varios otros autores, es la
más grande de todas las fuerzas. Kardec, en La Revista
Espírita de diciembre 1868, dijo que "La voluntad... es
el pensamiento llegado a un cierto grado de energía; es
el pensamiento convertido en fuerza motriz”. En la
tercera parte del libro "El Problema del Ser...", Denis
cita a los filósofos que se detuvieron en el estudio de
la voluntad, como Nietzsche, cita el mecanismo
de “Mind
Cure”, asegura
que la presencia de señales o marcas de nacimiento son
pruebas " de que la voluntad impresiona a la materia y
puede someterla a sus designios".
La ciencia actual, en la figura de muchos investigadores
ilustres, como el biólogo Bruce Lipton (La Biología
de la Creencia) corrobora a Denis al afirmar: "El
ser humano es quien controla su destino, dependiendo de
cómo lee el ambiente, cómo lo percibe su mente. La
conclusión es que no estamos limitados por nuestros
genes, sino por nuestra percepción y creencias".
¿Y sobre el libre albedrío, también de la misma obra?
Léon Denis nos ofrece un excelente ejercicio de
pensamiento crítico, al presentamos el libre albedrío
como algo a ser conquistado, y no como un derecho
adquirido, donde surgen discusiones extensas si tenemos
o no libertad de elección. Estas son las palabras del
maestro: "Para ser libres tenemos que quererlo... Hacer
el esfuerzo para llegar a serlo, liberándonos de la
esclavitud de la ignorancia y las bajas pasiones,
reemplazando el imperio de las sensaciones y de los
instintos por el de la razón." ¿Como? Es la pregunta que
inmediatamente nos viene a la mente. Y él nos responde
con una "tríada" moderna:
Por la Liberación física por la limitación de los
apetitos...
La liberación intelectual por la conquista de la
verdad...
La liberación moral por la conquista de las virtudes...
En el trabajo reciente su enfoque se centró en el dolor.
¿Qué pasa con la experiencia del dolor?
Cuando comenzamos el capítulo sobre el dolor, nos
encontramos con una aparente paradoja: "... todo lo
que vive en este mundo, la naturaleza, el animal, el
hombre, sufre y sin embargo el amor es la ley del
Universo y por amor fue que Dios formó a los seres.
Aparentemente una contradicción horrible, un problema
angustioso, que perturbó a tantos pensadores y los
condujo a la duda y al pesimismo... ". ¡Ahora bien!
¿El dolor como fuerza del alma? Los occidentales estamos
acostumbrados a ver el dolor como el villano, como algo
a ser extinguido. Denis nos presenta el papel educativo
y evolutivo del dolor, como ley de equilibrio y
educación. Nos enseña a distinguir el dolor del
sufrimiento, nos muestra que mediante la voluntad
podemos domar, vencer el dolor o, al menos, hacer que
redunde en nuestro provecho, hacer de él un medio de
elevación. A aquellos que imaginan que una vida de
felicidad y de placer continuos sería nuestro mayor
objetivo, Denis les exhorta: Suprimid el dolor y
suprimiréis, al mismo tiempo, lo que es más digno de
admiración en este mundo, es decir, el coraje de
soportarlo. Antonio Damasio, un renombrado
neurocientífico portugués, atribuye al dolor el papel de
un provocador de cambios. Él dice: "Los grandes
motivadores de las culturas actuales fueron las
condiciones que llevaron al dolor y al sufrimiento, lo
que llevó a las personas a tener que hacer algo que
cancelara el dolor y el sufrimiento".
De las diversas obras de Léon Denis, ¿cuál recomendaría
al lector conocer al principio?
Yo recomendaría, al principio, El problema del ser,
el Destino y el Dolor, su obra maestra. Pero creo
que cada lector tiene sus peculiaridades y el citado
libro es un trabajo profundo, que merece una reflexión,
un estudio cuidadoso. Tal vez llegue a cansar, si puedo
expresarme así sin herir susceptibilidades, las mentes
que necesitan un orientador que discuta determinados
tópicos y facilite la comprensión de otros tantos. Por
ello tal vez es recomendable el libro Después de la
muerte o El por qué de la vida, para aquellos
sedientos de reflexiones afines. El Espiritismo
en el arte, un libro delicioso, repleto de
información sobre los aspectos artísticos más diversos,
agradará a los que tienen una vena artística acentuada.
Uno de mis favoritos es El Genio Celta y el Mundo
Invisible, su último trabajo.
¿Algo más que le gustaría añadir?
Vivimos tiempos turbulentos, en los que la lectura de
las obras de Denis, como el libro Socialismo y
Espiritismo, tal vez contribuya enormemente a
esclarecer al espírita sobre su papel en la política.
Pero en toda la extensión de la obra del gran maestro
encontramos pasajes verdaderamente "proféticos",
escritos hace más de 100 años, con una actualidad
asombrosa, como este que concluye el capítulo Revelación
por el dolor: "Vivimos en tiempos de crisis. Para
que las inteligencias se abran a las nuevas verdades,
para que los corazones hablen, se necesitarán
advertencias ruidosas; serán necesarias las duras
lecciones de la adversidad. Conoceremos días sombríos y
períodos difíciles. La desgracia acercará a los hombres;
sólo el dolor realmente les hará sentir que son
hermanos. Parece que la nación sigue un sendero rodeado
de precipicios. El alcoholismo, la inmoralidad, el
suicidio, el crimen y la anarquía hacen su devastación.
En cada momento, los escándalos estremecen despertando
nuevas curiosidades, revolviendo el lodo donde fermentan
las corrupciones; el pensamiento se humilla.”
Sus palabras finales.
Me gustaría mucho ver a nuestros compañeros del ideal
Espírita leyendo más las obras de Denis. Su pensamiento,
además de ser actual, es un verdadero depósito de
sabiduría. Me gustaría concluir con dos pasajes, el
primero de la obra Después de la Muerte y el
segundo de la obra El Problema de Ser:
1-"la verdad se asemeja a las gotas de lluvia que
tiemblan al final de una rama; mientras están allí
suspendidas, brillan como diamantes puros en el
esplendor del día; cuando tocan el suelo, se mezclan con
todas las impurezas. Todo lo que nos llega desde lo Alto
se corrompe al entrar en contacto con la tierra; hasta
lo íntimo del santuario el hombre tomó sus pasiones; sus
concupiscencias, sus miserias morales. Así, en cada
religión el error, fruto de la tierra, se mezcla con la
verdad que es el bien de los cielos ".
2-"Despertad de vuestro pesado sueño; rasgad el velo
material que os envuelve, aprended a conoceros, a
conocer las fuerzas de vuestra alma y a utilizarlas.
Todas las voces de la Naturaleza, todas las voces del
Espacio, os gritan: ¡Levantaos y marchad! Apresuraos
para la conquista de vuestros destinos".