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Debemos invertir en la
evangelización espirita de
adultos, jóvenes y niños |
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La propuesta sintetizada en la frase de arriba es de
Marta Frommelt (foto), brasileña que radica
desde hace 27 años en el Principado de Liechtenstein, un
microestado soberano cuya capital es Vaduz, situado
entre Suiza y Austria.
Espírita desde 1975, ella fundó con
amigos, diez años atrás, el grupo espírita Allan Kardec
(LEAK-FL) en la ciudad de Balzers, una de las 11 comunas
del Principado. En esta entrevista, nos habla sobre el
tema del suicidio y la práctica conocida como "Turismo
de la muerte" que se produce en Suiza.
A continuación, la entrevista que
amablemente nos concedió.
¿Por qué Suiza, conocida por sus
bellos Alpes y deliciosos chocolates, permite que se
practique en el país el llamado "Turismo de la muerte"?
Es una pregunta que muchos se hacen, y
las estadísticas confirman que el suicidio asistido ha
sido una opción de las clases sociales más favorecidas,
tanto de los propios suizos como de las personas que
vienen de fuera, donde la ley prohíbe esta práctica. Los
suizos tienen en su inmensa mayoría una muy buena
calidad de vida, su longevidad es una de las más altas
del mundo; según las estadísticas de 2018 indican, una
vida media de 85,4 años para las mujeres y 81,4 años
para los hombres, un sistema de salud funcional y de
buena calidad. La visión materialista de estas personas,
en cuanto a la vida, les lleva a creer que solos les
pertenece a ellos, y pueden disponer de ellde quedar a
si se torna, según sus parámetros, "indigna" para ser
vivida.
En la mayoría de los casos, las llamadas
enfermedades incurables, la vejez acompañada de
limitaciones físicas y sufrimientos, el temor de ir a un
asilo, de quedar dependiendo de asistentes o convertirse
en una carga para los miembros de la familia los
conducen al suicidio asistido. En algunos casos, como
escuché en un debate sobre el tema, se habló que es
injusto tener que invertir sus propios recursos en
tratamientos largos y costosos que excedan el límite de
lo que cubre su aseguradora de salud, por lo que están
obligados a disponer de sus bienes, perjudicando a sus
herederos.
¿Es culpable solo aquel que lo practica?
Todos responderán por la parte de la
culpa que les toca, actuando de manera directa o
intencional e indirecta en el exterminio de una vida.
Las organizaciones que ofrecen este tipo de servicios
propagan y enfatizan el derecho a disponer de sus
propias vidas. Aquí hay algunas frases que encontramos
en el site de una de estas organizaciones en Suiza:
"Vivir con dignidad y morir con dignidad", "Decidir
sobre la propia vida hasta el final." La industria de la
muerte sólo puede "florecer" donde la falta de fe y la
falta de conocimiento de las leyes Divinas conducen a la
gente a una gran equivocación. Son generalmente hombres
y mujeres que vivieron con dignidad, trabajaron,
lucharon y vencieron muchos desafíos en la vida.
Carecen, sin embargo, de fuerza, coraje y humildad para
entregarse al final de la lucha terrenal, en las manos
de su Creador, y prefieren decidir ellos mismos en la
forma y el momento de su partida que creen que será sin
retorno.
Muchos que están a favor de esta
práctica dicen que el ser humano debe ser capaz de
decidir sobre su propia vida, hecho que en la Doctrina
Espirita llamamos libre albedrío. ¿Cuál es la respuesta
que la Doctrina Espiritista da a este argumento?
El Evangelio según el Espiritismo nos
advierte que cuando vivimos plenamente las enseñanzas de
Jesús, dominaremos el libre albedrío y tendremos
consciencia de que por encima de nuestro libre albedrío
gobierna la voluntad soberana de Dios, el creador de
todos los seres, y todas las cosas.
¿Cuál sería la profilaxis para
semejante barbarie? ¿Y cómo abordar el tema con los que
se dicen ateos? Como espíritas en tierras europeas,
¿cómo podemos ayudar en esta batalla en favor de la
vida?
La espiritualización de la criatura es
la primera condición, sin embargo, este despertar no se
produce de la misma manera en cada ser. Sabemos que el
dolor es el instrumento que nos moldea, refina y
transforma. Sin embargo, el suicida en muchos casos se
rebela, no acepta el dolor y pone fin a su existencia.
Entonces debemos usar otros caminos. El amor es un medio
que todos poseemos, el lenguaje universal que nos acerca
a nuestro prójimo. El uso de un enfoque directo en el
tema no me parece la solución adecuada en todos los
casos, a menos que tenga buen dominio del idioma, buen
conocimiento de las obras básicas del Espiritismo,
empatía para entender los motivos que conducen a una
persona a desertar de un bien tan precioso que es la
vida, contrariando el instinto de conservación, para
entonces poder dialogar. No olvidemos que somos
observados por las personas. Ellos saben acerca de las
luchas y dificultades que tenemos como inmigrantes. Si a
pesar de eso todavía podemos sonreír, ser alegres y
gentiles, ya estaremos contribuyendo de alguna manera.
Conozco a brasileñas y brasileños que
trabajan como cuidadores de ancianos en varias
instituciones, y sus testimonios sobre cómo actúan como
esclarecedores de lo que significa la vida y la muerte
bajo la perspectiva espírita, daría para escribir un
libro muy útil para aquellos que desean esforzarse en
esta tarea esclarecedora ahorrando vidas y sufrimientos
más allá de la tumba. En nuestras Casas Espiritas vamos
abriendo espacio para atender no sólo a aquellos que
hablan nuestro idioma, sino también pensando en los
nativos. Esto sólo ocurre con el conocimiento de la
doctrina, de la cultura, de la auto iluminación y mucho
amor en nuestros corazones.
Tenemos que invertir en la
evangelización espirita no sólo de los adultos, sino
especialmente del niño y de los jóvenes. Los brasileños
y portugueses en Europa, en su gran mayoría, crían a sus
hijos bilingües. Esta generación, cuando sea
evangelizada en las Casas Espiritas, tendrá buenas
condiciones para transmitir el mensaje espirita.
Mientras nos esforcemos en prepararlos para la vida y
para la tarea de difundir la Buena Nueva en el viejo
continente, hacemos nuestra parte dando lo mejor que
tenemos.