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El verdadero propósito del
Espiritismo no es lidiar con la
muerte, si con la vida |
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Natural de Dos Córregos y residente en Bauru, ambos
municipios paulistas, José Eduardo Peres (foto),
nuestro entrevistado de hoy, es espírita hace apenas 5
años, pero con una intensa actividad. Con licenciatura
en Biología, es profesor desde el 2006. En las lides
espíritas, es conferencista vinculado al Centro Espírita
Amor e Caridad, de Bauru, institución a la que se asocia
y en la cual participa en las actividades.
¿Cómo comenzó su experiencia con las conferencias?
Hasta la edad de 24 años, seguía la
religión católica, pero me alejé. Una vez estaba en una
reunión familiar cuando un amigo dijo que asistía a un
centro de espírita y él pensaba que era muy bueno. Al
escuchar esta frase manifesté el deseo de conocerlo y
unos días después me llevó, y a la edad de 29 años
asistí a la primera conferencia. Fue emocionante.
Inicialmente me atrajo el famoso fenómeno mediúmnico,
con el tiempo la curiosidad y la euforia dieron paso a
lo que realmente importa: la reforma íntima.
¿Qué es lo
más significativo que ha recogido de esa experiencia?
Realizar conferencias espíritas me ha
proporcionado un gran aprendizaje en relación con los
temas de la vida. Cuanto más estudio me preparo para las
conferencias, más aprendo sobre temas prácticos que me
acercan a mejores situaciones. Muchos dolores y heridas
fueron sanadas, muchos inconformisos resolvieron y
encontré un poco de la paz que Cristo anunció. En otras
palabras, me hizo tanto bien que decidí compartir este
conocimiento de la doctrina con otras personas.
¿Cómo
siente la reacción del público durante las
presentaciones?
Percibo que muchas personas se
involucran con los temas, se emocionan, vibran e
identifican principalmente con las historias y anécdotas
que trato de narrar en las conferencias para facilitar
la comprensión y la asimilación. A veces recibo mensajes
de los participantes que dan cuenta de las reflexiones
durante y después de la Conferencia, quedo muy contento.
¿Cuál es el criterio para escoger los temas?
Eso varía mucho. Por lo general, la casa
espirita de la que soy parte de indica los temas,
dirigiendo el desarrollo de la conferencia. Cuando tengo
la libertad de elegir, espero que el tema aparezca, o
mejor dicho, pido en mis oraciones la inspiración a la
espiritualidad, siempre pensando en elaborar algo
importante para aquellos que van a escuchar. Aunque me
gusta teorizar, trato de enfocar las cuestiones
prácticas del mensaje espírita, me preocupo mucho por la
posibilidad de aplicar el mensaje en el día a día.
¿Y cómo ocurren las investigaciones?
Busco la base en las obras de Kardec,
especialmente en el Libro de los Espíritus y El Libro de
los Médiums. A menudo solicito la ayuda de nuestro
querido Emmanuel en la colección Fonte Viva y
paso los días (a veces semanas) asistiendo a
conferencias de otros compañeros más esclarecidos para
aprender más sobre el tema. Aquí aprovecho y menciono a
Artur Valadares, quien me ha influenciado positivamente
con su sabiduría, conocimiento y sencillez.
De sus
recuerdos con la experiencia espírita, ¿qué consideras
más destacado?
Tal vez el punto más destacado haya sido
la época que frecuentaba el COEM (Curso de Orientación y
Educación Mediúmnica), cuando comenzamos las reuniones
de desarrollo mediúmnico en las que me di cuenta de que
el verdadero propósito del Espiritismo no era lidiar con
la muerte, sino con la vida y con la evolución hacia la
felicidad. Recuerdo que fue un período de intensas
reflexiones, perdí la cuenta de cuántas veces me
emocioné mientras pensaba en ello.
Y de la
experiencia espírita actual, ¿qué le llama la atención?
La rutina de los trabajos – las
reuniones mediumnicas, las conferencias, los pases, los
cursos, etc. – me causa grandes y buenas sensaciones.
Esta carga de trabajo ha proporcionado una nueva
identidad para mi vida. Me siento más ligero y más
tranquilo en relación a todo, incluyendo mi relación con
la gente, que ha mejorado mucho.
En su
opinión, ¿qué es más admirable en el conocimiento
espirita?
El contacto con un nuevo tipo de fe, la
fe razonada que me permitió comprender y aceptar la
vida. Me conmovió mucho el sesgo lógico que da la mano a
la ciencia, uniendo la fe y la razón.
Sus palabras finales.
El Espiritismo en realidad tiene un
papel consolador. Miro mi postura en relación con la
vida, antes y después del Espiritismo, y me doy cuenta
del bien que esta nueva mirada tiene en mi vida. Reavivó
esperanzas, explicó las injusticias, aumentó mi
confianza en Dios, todo dentro de la fe razonada. Estoy
sumamente agradecido por el contacto con esta doctrina.
Agradezco al equipo de esta maravillosa
revista por la oportunidad de expresarme. ¡Que Dios los
bendiga a todos, hermanos de jornada! ¡Que tengamos
fuerza para caminar siempre hacia adelante! ¡Que así
sea!