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Una experiencia de infertilidad,
adopción y maternidad de corazón |
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Nacida en
la capital São Paulo y residente en Orlando, Florida,
EE.UU., desde 2005, Sabrina Tomaszewski (foto) es
de una familia de abuelos y tíos espíritas. Licenciada
en Análisis de Sistemas y con Maestría en Diseño de
Instrucción y Tecnología, trabaja en Peace
& Knowledge Spiritist Centerof
Orlando, donde integra el cuerpo
de directores. Conferencista y participante en las
reuniones de desobsesión, es coordinadora general del
sector de pases de esa institución. Nuestra entrevistada
vivió el diagnóstico de la esterilidad y nos cuenta su
rica experiencia.
¿Cuándo se volvió espírita?
Nací en una familia donde mis abuelos y
tíos por parte de mi madre eran espiritas y vivían en
Uberaba, MG. A los 10 años comencé a presentar las
primeras señales de mediumnidad, y un tío mío muy
querido en Uberaba, también médium y trabajador y
espírita en la ciudad, me ayudó durante esta trayectoria
hasta la juventud. A la edad de 19 años me uní a la
FEESP - Federación Espírita del Estado de São Paulo, e
inicié los cursos de la Doctrina Espirita hasta que vine
a vivir a los EE.UU. y continué trabajando en el
movimiento espirita aquí.
Háblenos sobre la institución espírita a la que se
vincula y sus actividades en la ciudad.
Nuestra institución se encuentra en
Orlando, Florida, y contamos con un número de más o
menos 50 trabajadores. Tenemos conferencias espiritas
públicas seguidas de pases en portugués e inglés.
También tenemos evangelización infanto-juvenil, atención
fraterna, reuniones de desobsesión y tratamientos
magnéticos y espirituales a través de los pases
orientados a necesidades específicas, grupos de oración
y de orientación del Evangelio en el Hogar, grupos de
estudio del Espiritismo, etc.
Cuéntenos su experiencia con la adopción.
Después de dos años de matrimonio, mi
esposo y yo recibimos el diagnóstico de esterilidad, sin
ninguna causa aparente de inicio. Entonces, después de
este hecho, estudiamos nuestras opciones y, en el deseo
de constituir una familia, optamos por la adopción.
Nuestro hijo se unió a nosotros en el 2012 a la edad de
2 meses, y fue la bendición más grande de Dios en
nuestras vidas.
¿Cómo es su trabajo de apoyo para las
parejas con infertilidad e incluso para las madres que
"perdieron" a sus bebés?
No hago un trabajo estructurado, en este
sentido, para apoyar a esas necesidades. Las familias a
las que he ayudado desde mi experiencia hasta ahora han
sido más a través de la atención fraterna en nuestro
centro, o de algún frecuentador que nos cuenta alguna
situación similar, o de personas que consideran la
adopción y son remitidas por otros tratando escuchar una
experiencia similar a la mía. Todavía no he tenido la
oportunidad de hablar con personas que han perdido a sus
hijos ya más grandes, pero he tenido más contacto con
situaciones por aborto espontáneo, dificultades de
quedar embarazadas, deseo de adoptar, esterilidad, etc.
El apoyo se logró a través de una conversación amorosa y
fraterna, utilizando los postulados del Espiritismo, que
nos trae consuelo, y nos explica estas diversas
situaciones dolorosas de la vida, que a veces nos
conducen a la renuncia y la aceptación, así como el tema
de los lazos espirituales que sirven de ancla en
situaciones como esa. También hemos tenido en nuestro
centro hasta estos días la oportunidad de ayudar a
algunas mujeres en los procesos de tratamiento para la
infertilidad y el embarazo en riesgo, mediante el
tratamiento de Pases Magnéticos y Espirituales. Hasta la
fecha, los resultados han sido muy satisfactorios y la
gran mayoría hoy en día son madres biológicas, o de
corazón como yo.
Como madre adoptiva y al mismo tiempo
con esta labor de apoyo a las familias, ¿cómo se siente?
Para mí es una realización espiritual y
un sentimiento de gratitud eterna. Para mí, que ya creía
que Dios se vale de medios que a veces nos parecen un
mal, por ejemplo, una expiación o una prueba como una
esterilidad, y que ahora puedo ayudar a otras familias a
encontrar dentro de sí mismos los niveles de aceptación
y coraje que necesitan en procesos como estos, es una
verdadera bendición. Sólo tengo que agradecer incluso la
expiación o la prueba, que son dolorosas, pero que por
delante, cuando logramos abrir las otras puertas que
Dios nos muestra, nos ayudan a crecer.
¿Cómo siente las angustias maternas y
familiares con los problemas que implican el embarazo,
la infertilidad e incluso la adopción?
En mi experiencia, incluso dentro de un
solo aspecto, reconozco que todas estas situaciones son
la causa de mucho dolor. No puedo hablar por las madres
que han tenido hijos desencarnados a tierna edad o por
abortos espontáneos, pero puedo sentir mucho por las que
tienen dificultades para quedar embarazadas o que no
tienen la posibilidad de quedar embarazadas, como fue mi
caso. Estos procesos no dejan de ser sentidos como una
"pérdida", momentánea es cierto, cuando consideramos
nuestras múltiples vidas y oportunidades que la
divinidad nos da en Su Misericordia, pero no dejan de
ser situaciones de mucho sufrimiento al solicitarnos la
aceptación, la renuncia, cuando no también el auto
perdón, porque el Espiritismo nos esclarece que estos
procesos están ligados a una cosecha relacionada a lo
que sembramos, y que es necesario que así ocurra. Pero,
por otro lado, es una oportunidad iluminativa que se
concede a nuestro Espíritu inmortal. Una de estas
oportunidades es la bendición de la maternidad a través
de los lazos espirituales, como es el caso en la
adopción.
¿Qué le diría a las madres que no se
embarazan?
Con seguridad no diría lo que me dijeron
al principio: "Ten fe, eres espírita, tienes que
aceptar, adopta, etc." Entiendo que no importa su
creencia en las verdades espirituales, el dolor de estos
momentos es real y hay un período de luto y de
aceptación de la nueva condición que varían de persona a
persona. Llega, sin embargo, un momento en el que es
necesario abrir el corazón para ver las otras
posibilidades dentro o fuera de la maternidad biológica
que Dios nos muestra. En mi situación particular, lo que
me ayudó en este doloroso proceso de no poder concebir
un hijo biológico, fue reflexionar después de algún
tiempo desde que recibimos el diagnóstico de
esterilidad: "¿Quiero ser madre o quiero estar
embarazada?" Encontré la respuesta en el fondo de mi
alma y el dolor tomó otro giro: "Quiero ser madre" y esa
puerta Dios aún no la ha cerrado; por ello voy a buscar
mis alternativas. Veo, por lo tanto, que muchas otras
mujeres también pueden encontrarla, y a partir de ahí
tener un rumbo a seguir, dependiendo de las
circunstancias.
¿Qué le diría a las madres que han adoptado hijos?
Me gusta mucho una definición de Divaldo
Pereira Franco que oí en una de sus entrevistas sobre
Adopción para el Programa Transición en el 2009.
Permítanme citar: "En la adopción, el amor no es menos
que el del hijo biológico, creo que es aun mayor, porque
al hijo biológico lo tenemos porque debemos, y al
adoptado lo tenemos porque queremos, nosotros vamos a
buscarlo. Feliz de aquel que es capaz de adoptar el
amor, traer a la casa a los seres queridos o a los seres
problemas que los recursos orgánicos no permiten que
vengan a través de las vías biológicas. Tendrá la
lucidez de que, yendo a buscar a alguien con necesidad
de amor, ya se estará integrando a la conciencia
cósmica”. Entonces, yo diría que abracen la oportunidad
iluminativa de experimentar el amor más allá de los
lazos corporales. La maternidad es una bendición divina;
cuando es de corazón, entonces siento que es un proceso
de búsqueda aún más profunda de los pequeños tesoros de
nuestra alma.
¿Algo significativo que le gustaría contar?
¡Mi familia, constituida por lazos
espirituales, es la mayor bendición de mi vida! Una vez
un Espíritu amigo me dijo a través de una carta
psicografiada por un compañero de otra institución que
ni siquiera conocía mi caso en particular. Al final dijo
lo siguiente: "¡Sean padres! Un hijo los espera”. Para
mí fue un consuelo, una respuesta de lo Alto, que
traslado a todos los que sienten el inmenso deseo de
constituir sus familias. Reflexionen, traten de buscar
respuestas después de un período de cuestionamiento, de
reflexión, analizando sus posibilidades, oren rogando a
Dios que les muestre otros caminos cuando se cierra una
puerta, también pidiendo fuerza y coraje para pasar por
la prueba. Tengamos absoluta certeza de que estaremos
asistidos en nuestras necesidades... El NO de Dios es
también una bendición...
Sus palabras finales.
Siempre es una inmensa alegría poder
servir a Jesús, trabajando como espírita y aprender con
la experiencia de todos. Mi gratitud a Dios y al
Espiritismo que, con Jesús, es siempre el cimiento de la
vida, y a todos vosotros de la revista electrónica O
Consolador, en la persona del amigo Orson Carrara y
los demás miembros de la publicación, por la oportunidad
de este diálogo fraterno. Un gran abrazo y votos de
mucha paz, consuelo y amor a todos.