Entrevista

por Wellington Balbo

El Espiritismo requiere ser la reviviscencia del Evangelio

La frase de arriba pertenece a la joven conferencista Patrícia Lins (foto), nuestra entrevistada de hoy, natural de Salvador, Bahía, donde nació hace 33 años. Profesionalmente trabaja como ingeniero electricista y en el campo espirita está vinculada a la Fraternidade Espírita Irmã Scheilla, ubicada en el barrio de Pituba, en la capital bahiana.

En la entrevista que nos concedió, ella nos contó lo que hizo para superar la depresión que enfrentó en un determinado momento de su vida, además de tocar otros temas doctrinarios que podrán ser leídos a continuación.

¿Cómo surgió el Espiritismo en su vida?

A los nueve años me afectó una sensación muy desagradable y pertinaz de náuseas que me incapacitó para estudiar, jugar y cualquier otra actividad. Comenzaba al despertarme y continuaba hasta el final del día. Pasaba el día durmiendo, sin poder concentrarme en ninguna actividad. Mis padres me llevaron a un psicólogo, un psiquiatra y un pediatra. Este último realizó todos los exámenes posibles, inclusive considerando un embarazo, pero no encontró nada en mi cuerpo físico. Me llevaron a varios pediatras diferentes. El tercer profesional sugirió a mi madre que intentara un tratamiento espiritual en una casa espírita. Fue entonces que conocí el Centro Espírita Cristo Redentor en Brotas. Hice el tratamiento espiritual, y luego la evangelización. Mejoré. Desde los  9 a los 15 años leí Pablo y Esteban, de la autoría del Espíritu Emmanuel (obra que me apasiona) y toda la colección "La Vida en el mundo de espiritual", de André Luiz, pero la doctrina me atraía por los conocimientos científicos e intelectuales y no por la moral. Poco después me alejé por completo de la doctrina (no necesito decir que las náuseas volvieron y más fuerte), regresando recién en agosto de 2016, a la edad de 30 años, cuando asistí a una conferencia de Flávio Santos en el Cobem: "Espíritus protectores y familiares". Yo pasaba por una profunda depresión y lo que escuché tuvo el efecto de un shock. Ese fue el gatillo que necesitaba para despertar. Lloré convulsivamente al imaginar lo mucho que mi mentor espiritual lamentaba la conducción que yo misma había dado a mi vida.

Entonces el oír una conferencia espírita le ayudó a liberarse de la depresión... ¿Qué más hizo para vencer la depresión?

Es importante enfatizar que la voluntad individual es crucial para la curación, pero que no podemos prescindir de los cuidados al aparato fisiológico y a nuestras estructuras psíquicas. Cada individuo vive una depresión de una manera, con una intensidad y repercusiones particulares, por lo que no podemos generalizar, pero en mi caso, la depresión me llevó al fondo del pozo emocional, y tuve la oportunidad de acceder a mi mundo íntimo, mis dolores, mis imperfecciones y verlas claramente. La conferencia fue un bálsamo, como una medicina aplicada a la herida abierta, y me propició claridades y nuevas posibilidades para ser feliz, dependiendo de mis propias elecciones; pero hice un tratamiento psicológico, aunque en este caso no fue necesario tomar medicamentos.

Usted ha realizado muchas conferencias espíritas y publicado en las redes sociales. Cuéntenos un poco sobre este trabajo y su repercusión.

Comenzó sin ninguna pretensión posible. En junio de 2017, Flávio me dijo que estaba copado con las consultas de ese día y me preguntó si podía sustituirlo en una actividad. Fue un día del curso sobre El Libro de los Espíritus. Le dije que estaba disponible, leí el capítulo y compartí las reflexiones. Me encantó la experiencia. Entonces empezaron las invitaciones.

Yo tenía una cámara, porque tengo el hobby de hacer grabaciones (en ese momento mi interés eran las actividades deportivas). Al ver a Flávio filmando las conferencias con el objetivo de difundir la información de forma gratuita a aquellos que no pueden estar presentes, decidí seguir el mismo camino. Entonces empecé a grabar las conferencias con el fin de divulgar el mensaje. Y así también comenzó nuestra amistad. Sobre la repercusión, creo que he llegado al objetivo que me propuse, porque mi intención es que, si al menos una persona puede beneficiarse con el mensaje, habrá merecido la pena; y hasta hoy todos los videos han tenido al menos una visualización, pero no me importa mucho el problema del índice de visualizaciones o los “me gusta”. Además, presencialmente en los centros, he tenido la ocasión de hacer una conferencia sólo para dos personas. El líder de la mesa y un sembrador de la casa. Para mí es un servicio realizado con la máxima satisfacción.

¿Cómo ha servido la oratoria espírita para su evolución moral?

Para mí ha sido un recurso valioso de la Misericordia Divina. Después de terminar una conferencia, y vuelvo a casa, descargo los archivos de audio y video y miro toda la conferencia (incluso la miro, paro, retrocedo, reflexiono), porque creo que la primera interesada soy yo. Vivir el mensaje que divulgo es un gran desafío, porque todos tenemos espinas en la carne e innumerables dificultades. No son pocas las veces que reconozco que las ideas no son mías, por eso hablo de la Misericordia, que utiliza nuestra imperfección para canalizar instrucciones; y, habiendo salido de mi boca, me avergüenza decir algo y aún no ser capaz de vivirla, y eso me estimula a progresar. El orador debe aparecer para trabajar, pero siempre he tenido muy claro en mi cabeza que, como decía Chico: "Somos mulitas llevando agua a los que tienen sed". El agua no es de la mula, por lo tanto quien brilla es el mensaje, no el orador.

¿El público que asiste a sus conferencias participa? ¿Hay pedidos para tratar algunos temas específicos?

A veces las personas se acercan para dar un estímulo fraterno, porque el orador espirita es digno de la piedad de los demás. Divaldo Franco dijo eso en un congreso reciente: "Soy digno de compasión, no de pasión." Si él dijo eso, imagine a la gente que está comenzando. En general, es la Casa la que proporciona el tema. Del público, hay algunas peticiones de temas más psicológicos o fenomenológicos. Tengo mucho cuidado al hablar del primero, porque no soy especialista. Me gusta hablar de Jesús; cuando puedo contextualizarlo, hablo.

¿Algún hecho pintoresco que se haya producido en alguna conferencia o grabación que desee compartir con nuestros lectores?

Hubo un día muy significativo. La conferencia fue sobre "Hijos", y una vez más hablé de Jesús. Al final, una muchacha se acercó a mí y me confesó que había intentado suicidarse ese día y dijo que saldría de allí para lanzarse al metro. Me quedé lívida. Pensé: "Dios mío, que incompetente soy; me propongo hablar de Jesús para tratar de compartir su dulce mensaje y esta hermana sale con una impresión tan equivocada." Me sentí frustrada. No había nada que pudiera hacer, así que la abracé. Y dije: "Por favor, siento afecto por ti y necesito abrazarte cada semana (esto ocurrió en la casa donde laboro). Tu vida me importa. Sólo espera otra semana." Ella sonrió y dijo que lo pensaría. No sé qué pasó, pero ella no volvió.

Usted comentó sobre las obras de André Luiz. ¿Cuál es la que le movió más?

"Misioneros de la luz", por la historia de la reencarnación de Segismundo. En esta historia, Segismundo, que en otra reencarnación había asesinado a Adelino, regresa como hijo de este último, y hay una necesidad imperiosa de perdón de Adelino con respecto a este trauma del pasado. Para mí, esta historia fue muy significativa y decisiva, porque André Luiz narra la transformación psíquica y moral de los que perdonan, y eso me estimuló a ser mejor. Cada una de las obras de André Luiz en la colección "La Vida en el Mundo Espiritual" tiene un instructor; el instructor de esta obra en particular, Alexandre, aborda diversas lecciones sobre la moral evangélica, y confieso que hoy, para mí, esa es la contribución más importante de la doctrina espirita: muchos se oponen a André Luiz, sobre las colonias espirituales, la alimentación en mundo espiritual, etc., pero olvidan la lección esencial, que es el perfeccionamiento moral.

¿Qué libros le indicaría a quién está iniciando conocimiento espírita?

Antes de leer la codificación, recomendaría leer "Qué es el Espiritismo" de Allan Kardec. Y luego sí partir hacia el pentateuco espírita, comenzando por El Libro de los Espíritus. Además de estos, me recomendaría una hermosa obra de Léon Denis, aun poco conocido, titulada "Después de la Muerte". Es un hermoso resumen de la codificación con un lenguaje poético peculiar del autor.

¿Qué falta para que el Espiritismo penetre más de manera más aguda en la sociedad?

Siento que hace falta que se hable más de Jesús. Necesitamos crear contextualizaciones y vínculos con el Cristianismo primitivo, identificarnos con los apóstoles, vivir como ellos vivían, en fraternidad íntima. El Espiritismo requiere ser la reviviscencia del Evangelio, y sólo cuando cada uno lo vive en su mundo íntimo tendremos este resultado en la sociedad. Siento que en muchas coyunturas Cristo aún permanece crucificado, distante... Tenemos que sacarlo de ahí y ponerlo en nuestro corazón. Pero esto no debe dar solo en las asociaciones espiritas, sino en todos los lugares, comenzando desde dentro de nuestros hogares.

Sus palabras finales.

Agradezco de todo corazón esta oportunidad. Balbo es un hermano que admiro mucho, y debo confesar que me tomó por sorpresa la invitación inmerecida. Pero me gustaría concluir diciendo que la mies es de Cristo, y no nuestra: nosotros somos los sembradores; todos tenemos nuestro espacio, nuestra luz; y si ni el Hijo del Hombre vino a ser servido, como dijo Jesús mismo, sino para servir, ¿qué pensar de nosotros? Sirvamos entonces.

 
Traducción:
Ricardo Morante
rmorante3@yahoo.com

 

     
     

O Consolador
 Revista Semanal de Divulgação Espírita