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Cómo lidiar con el duelo desde una perspectiva
psicológica y espírita |
Psicóloga con especialización en duelo y empresaria del
sector funerario, Taisa Lúcia Berlingieri (foto) nació
y reside en Jaboticabal, en el interior de Sao Paulo.
Espírita desde la infancia, está vinculado al Centro
Espírita Universal, en la misma ciudad, donde labora
como evangelizadora de la infancia. En esta entrevista
nos habla sobre su experiencia profesional y como
espírita en el tratamiento del duelo.
Desde su experiencia profesional con el duelo, ¿qué es
lo que más destaca en su análisis?
La negación de la pérdida, la rebeldía por lo sucedido,
la falta de apoyo social y la angustia del dolor intenso
por la ausencia del ser querido. Las personas vienen a
la terapia, perdidas y temerosas de sus sentimientos y
su dolor, que son tan profundos, y que no pueden tener
la perspectiva de una continuidad de la vida con cierta
alegría. Cuando las personas se encuentran con la
muerte, hay muchos tabúes, hábitos sociales y etiquetas
que perjudican la elaboración del duelo. Entre las más
comunes están: creer que no llorar demuestra que la
persona es fuerte y que está bien; queremos apresurar al
deudo para que reanude sus actividades sociales,
mostrarse alegre y "recuperado"; y al mismo tiempo creer
que reanudar la vida es traicionar a quien se fue o que
hay una fecha límite para llorar de nostalgia. Suelo
decir que la muerte de alguien que amamos es como una
cicatriz: siempre vamos a recordar ese momento, ya no
seremos los mismos, pero es posible hacer las cosas de
manera diferente, y vamos a vivir y ser felices de otra
manera.
Frente a su experiencia familiar con una funeraria, ¿qué
agrega esto a sus reflexiones?
Siempre he aprendido de mi padre la importancia del
respeto y el cuidado de los que están pasando por este
momento que es, sin duda, el más difícil en la vida de
un ser humano. Necesitamos entender y tratar de
comprender cualquier tipo de reacción o necesidad que la
persona tenga en ese momento, sin juzgar. Nuestra
familia entiende como sagrado todo el proceso, desde la
recepción de la familia, como el cuidado del cuerpo,
pasando por homenajes póstumos y despedidas, hasta el
tratamiento psicológico para dar apoyo a la elaboración
del duelo.
Respetada la ética profesional e incluso de la empresa
familiar, ¿cómo ha influido el conocimiento espírita en
el tratamiento de este tema?
Uno de los puntos principales e importantes a fortalecer
es la cuestión de la fe y de la espiritualidad,
independientemente de cuál sea. Trato de sentir qué
creencias trae el paciente en el tema pertinente a la
vida y la muerte, y trabajamos la comprensión a partir
de su visión. Siento que el Espiritismo siempre llama la
atención al consolar el corazón con las explicaciones
que brinda sobre la continuidad de la vida. Da la
certeza del reencuentro en algún momento, en el momento
adecuado; garantiza que los vínculos de afecto nunca se
pierden; si nos equivocamos con el que se han ido,
demuestra que es posible rehacer el camino con ese
espíritu, en una nueva oportunidad y, lo mejor, que ese
nuevo camino puede comenzar ahora, con oraciones y
conversaciones íntimas con él, porque este ser nos
escuchará y conocerá nuestros sentimientos. Es pura
esperanza, pero en esos momentos el sentimiento de
esperanza es un remedio.
De sus recuerdos, en la atención a personas que sufren
por el duelo, ¿qué salta a su memoria inmediatamente?
La paz que encuentran cuando entienden que hay un tiempo
- no determinado - para sufrir, que ese sentimiento se
convertirá en nostalgia y la vida se irá coloreando
nuevamente.
¿Qué es lo más resaltante en la atención de las
aflicciones humanas al lidiar con la muerte?
La no aceptación y la falta de esperanza de que es
posible reconstruirse y dar continuidad a la vida.
¿Qué es más doloroso al tratar el tema, en su opinión
como psicóloga?
Ver la angustia, el sufrimiento y las incertidumbres de
un nuevo camino sin la presencia física del ser querido.
La perspectiva de la "nada", del vacío, del "nunca más"
dejan a los pacientes perdidos, muy asustados. Son
sentimientos intensos de dolor y tristeza.
¿Y en la visión espírita?
Recordar que la nostalgia duele a ambos lados, que, por
amor, debemos dedicar vibraciones de gratitud por el
tiempo que hemos estado juntos y que no está prohibido
llorar de pena. Pero tener en cuenta que las lágrimas de
rebeldía siempre perjudican tanto al que se queda como
al que regresó a la patria espiritual.
Poniéndose en el lugar de alguien que se siente afectado
por la separación, ¿cómo sería esa visión?
Es importante que el proceso de duelo sea experimentado
con todas sus emociones. Esto implica todo lo que dije
anteriormente: negación, tristeza, llanto, rebeldía,
falta de aceptación. Pasar por estos sentimientos o
permanecer en ellos es lo que modifica las vibraciones
que enviamos a aquél que regresó. La nostalgia siempre
será nuestra compañera y estas personas permanecerán
vivas en nuestros recuerdos, tanto como se encuentran
vivas en el otro lado.
¿Algo más que le gustaría añadir?
Cuando respetamos el tiempo íntimo del duelo de cada
persona, ayudamos más. Que las personas puedan conversar
más sobre el momento de la muerte o la desencarnación.
Que puedan romper los tabúes intercambiando más
sentimientos sobre este momento con el que muchos
rechazan tener contacto, pero que se verán obligados, en
algún momento, a lidiar con él.
Sus palabras finales.
No pierda la oportunidad de cuidar, de decir que ama, de
estar presente. Entonces, cuando llegue la separación
momentánea, los recuerdos felices y la sensación del
deber cumplido serán verdaderos remedios para el alma
del que se queda.