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La mediumnidad con Jesús es una siembra divina al
servicio del prójimo |
El pensamiento expresado en la frase de arriba es de
Vivien Monzani Fonseca Faria Pedro (foto), profesora,
máster en Educación y graduada en Letras y Pedagogía,
nuestra entrevistada esta semana.
Vinculada a la Casa del Camino –
Institución Espírita Cristiana, de
São Carlos (SP), donde reside, es
médium, conferencista y coordinadora del NEPE Chico
Xavier.
Espírita desde los 13 años, nos cuenta
en esta entrevista sobre su experiencia en la tarea de
la mediumnidad.
¿Cómo empezó su proceso de percepción
mediúmnica?
Mis percepciones son desde la infancia,
con videncia, audiencia y mediumnidad sonambúlica. Mi
abuela me contaba que yo hablaba mucho mientras dormía y
a menudo "me despertaba por la noche y caminaba por la
casa conversando con alguien". Además, escuchaba
canciones, muchos ruidos por la casa y objetos que se
movían. Alrededor de los 21 años comencé a tener
premoniciones, que en su mayoría se referían a
accidentes de grandes proporciones como accidentes
aéreos, incendios, entre otros.
Y hoy ¿cómo se presenta?
Actualmente, además de las mediumnidades
anteriores, también tengo doble vista, desdoblamiento,
psicofonía, psicografía y telepatía, es decir,
transmisión oculta del pensamiento.
¿Cuáles son las principales
percepciones?
La psicofonía se ha dado con más
intensidad debido a las conferencias que hago con cierta
frecuencia. La psicografía, la doble vista, el
desdoblamiento y la audiencia también ocurren
regularmente. Los otros que mencioné suceden, pero no
con regularidad.
¿Cómo maneja ese proceso,
considerando el conocimiento espírita y sus actividades?
Hoy en día, como estas percepciones han
sido bien dirigidas y son utilizadas como una
herramienta de trabajo, no me causan aflicciones como
antes. Mientras no tenía el conocimiento, obtenido por
el estudio de las obras, de lo que realmente sucedía
conmigo, fueron motivo de inquietud. Lo que a veces
todavía genera cierta incomodidad es la telepatía,
después de todo saber lo que el otro está pensando es
incómodo. La audiencia ocasionalmente me causa
vergüenza, porque a veces es como un sonido exterior,
claro y distinto, como el de una persona encarnada o un
instrumento musical físico. Así es difícil saber, por
ejemplo, si fue un tipo encarnado quien me habló. He
llegado a responder a una persona que estaba cerca de mí
y que ella me diga que no había dicho nada; o, en otras
ocasiones, comentar que la canción que estaba sonando
era muy hermosa y constatar que sólo yo la estaba
escuchando.
¿Qué más destaca de estas
experiencias?
Lo que más destaca es la alegría que
invade nuestros corazones al ver la mejoría de las
personas que pasan por la casa espírita en buscando
consuelo para sus aflicciones. La satisfacción de ver
que podemos ayudar a nuestros hermanos, y que con esta
ayuda los más beneficiados somos nosotros. Obviamente
muchos pasan y cuando mejoran abandonan el cuidado del
alimento espiritual, pero la certeza de que podemos
plantar una semilla en sus corazones es nuestra
recompensa.
De sus recuerdos, ¿qué más le llama
la atención?
Con respecto a la experiencia
mediúmnica, con seguridad la mediumnidad en la infancia
es lo que más me llama la atención. Desde la videncia,
por ejemplo, yo tenía mucho miedo porque los espíritus
aparecían de un momento a otro. Sobre la audiencia,
cuando yo le decía a las personas que estaba escuchando
música o voces, ellas me respondían que me estaba
confundiendo o que eran cosas de mi cabeza.
¿El conocimiento espírita le ofreció
apoyo en este desafío?
Sin duda. Sin el conocimiento espírita
seguramente mi mediumnidad no estaría bien dirigida y no
podría utilizarla como instrumento de trabajo en la
siembra de Cristo. Este
conocimiento es que rasga el velo de nuestros ojos para
mostrarnos que la mediumnidad es un medio de servicio,
como André Luiz nos enseña en Dominios de
La Mediumnidad: “Poseer
estas facultades no constituye, pues, ningún privilegio
para sus portadores. La Mediumnidad no quiere decir
sublimación, sino medio de servicio”. De hecho, el
apóstol Santiago ya nos había enseñado: "La
fe, si no tiene obras, está muerta en sí misma"
(Santiago, 2:17)
¿Cuál ha sido el mayor desafío para
usted? Y las emociones, ¿cómo quedan?
El mayor
desafío es no ser la tierra con los espinos de las malas
inclinaciones, en el que la semilla cae y es sofocada.
El mayor desafío es ser el sembrador que sale de sí
mismo para liberarse del egoísmo y no sucumbir como
obreros de Cristo cuando se nos impulsa a soportar el
contacto de la gleba difícil de la incomprensión humana.
El mayor desafío es liberarse del hombre viejo que se
corrompe por deseos engañosos y permitir que el nuevo
hombre surja. En esta lucha entre el hombre viejo y el
nacimiento del nuevo es difícil controlar las emociones
nocivas y permanecer emocionalmente neutro en
una situación conflictiva, ya que todavía tenemos el
egoísmo enraizado en nosotros y, de esa manera,
automáticamente irrumpe la hostilidad, en forma de
autodefensa, de acusación defensiva, de reacción... Sin
embargo, si nos proponemos ser el "verdadero espírita"
rumbo a la transformación moral, debemos esforzarnos en
dominar nuestras malas inclinaciones. Por más difícil
que nos parezca, es dando el primer paso que lo
lograremos, tratando de hacer de este esfuerzo un
hábito, como Emmanuel ya nos había hablado en su obra Pensamiento
y Vida: "adoptando la bondad y la comprensión, con
la obligación de educarnos y con el deber de servir,
como hábitos automáticos sobre los cimientos de cada
día, colaborando para la seguridad y la felicidad de
todos, incluso a expensas de nuestro sacrificio, es que
reflejaremos en nosotros la verdadera felicidad, porque
estamos nutriendo al verdadero bien".
¿Algo más que le gustaría añadir?
La mediumnidad con Jesús es un arado
divino al servicio del prójimo. Es una oportunidad para
poner en práctica la ley del amor en el aprendizaje
eterno del servicio. El propósito de aquellos que son
los intérpretes de los espíritus es transmitir las
palabras brillantes de devoción de Jesús, brindar
consuelo y esclarecimiento a los que más lo necesitan.
Sus palabras finales.
Emmanuel en la obra Religión de
los Espíritus nos dice que "Doctrina Espírita
significa Doctrina de Cristo. Y
la Doctrina de Cristo es la doctrina del
perfeccionamiento moral en todos los mundos", y completa
en el prefacio de Acción y Reacción: "La Doctrina
Espírita, reviviendo el Evangelio del Señor, es la
antorcha resplandeciente en el camino evolutivo,
ayudándonos a regenerar el propio destino, para la
construcción de la verdadera felicidad." Que en la
siembra de la Doctrina Espírita podamos servir al
prójimo bajo la Luz del Sol Moral de Cristo, la Buena
Nueva, haciendo que su mensaje pueda brevemente ser
conocido, meditado, sentido y vivido.