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En términos de educación, nada reemplaza a la familia |
La frase anterior es autoría de nuestro entrevistado
esta semana. Nacido en Promissão (SP),
donde reside, José Airton Salazar Parra (foto) es
biólogo, maestro en ecología y recursos naturales y
trabaja profesionalmente en educación. En el movimiento
espírita participa en las actividades de la Casa de la
Esperanza. Después de haber participado en un evento
reciente en la misma ciudad destinado a la conquista de
la paz, lo buscamos para entrevistarlo sobre este tema.
A continuación, la entrevista que amablemente nos
concedió.
En el reciente evento Educación y Paz, su enfoque trajo
valiosas reflexiones sobre la Conquista de la Paz. En su
evaluación, ¿estamos avanzando hacia esto?
En la obra kardecista, es evidente el destino común que
aguarda a todas las criaturas. Esto nos permite deducir
que la paz integrará nuestro universo personal. El hecho
es que esta conquista se da de una manera muy peculiar,
ya que cada ser lo desarrolla en su tiempo. Entonces,
entiendo que estamos avanzando hacia esta conquista,
teniendo en cuenta que el todo es siempre la suma de las
partes.
En un análisis de las luchas humanas con tantos factores
variados, especialmente los culturales, ¿cómo considera
que el pensamiento espírita ha influido en este proceso?
La Doctrina Espírita surge como una luz que contribuye a
la comprensión del camino propuesto por Jesús. A medida
que me esclarece sobre la efectividad del amor y la
comprensión en el proceso de romper las cadenas que me
atan a la imperfección, amplía en mí la capacidad de
vivir en paz. No puede haber paz en un terreno donde
impera el egoísmo que, según la explicación que se
encuentra en las obras básicas, es el origen de todo
sufrimiento.
¿Qué nos falta realmente para la construcción de la paz?
Las decisiones, por regla general, ocurren a partir de
un "disparador". Así como la semilla descansa en el seno
de la tierra hasta el momento en que las condiciones se
vuelven favorables para la germinación, el hombre puede
despertar a la necesidad de paz a partir de algún
factor. El contacto, en el momento adecuado, con algún
nuevo conocimiento, hecho, situación, puede llegar a
generar la reflexión y la voluntad que le conducirá a un
paisaje íntimo de paz. Sin embargo, a lo largo de este
proceso, pueden existir muchos conflictos, y es
precisamente en estos enfrentamientos que el ser empieza
a considerar nuevos puntos, pasando a adoptar nuevos
ángulos de interpretación. La comprensión y la Fe, que
vienen con el reconocimiento de la Verdad, constituyen
un binomio de gran importancia para la construcción de
la Paz.
En los círculos académicos y profesionales de la
educación, ¿hay un esfuerzo en esta dirección o todavía
vivimos tiempos de omisión e indiferencia?
Una escuela es un gran “tubo de ensayo”. En ella
recibimos personas que provienen de diferentes culturas,
con diferentes valores. A pesar de esta diversidad, la
ética debe prevalecer. Tal vez este sea uno de los
espacios donde más se percibe la necesidad de paz,
porque el proceso de enseñanza-aprendizaje requiere un
ambiente armonioso, donde se evalúen los diferentes
comportamientos. El esfuerzo para implementar la paz, en
el ambiente escolar, es una práctica permanente de los
profesionales de la educación. Evidentemente, cada uno
ejerce esta práctica a su manera, obteniendo resultados
más o menos efectivos. Además de la función académica
propiamente dicha, la escuela puede y debe promover la
interacción con la sociedad, extramuros, proporcionando
valiosas oportunidades de convivencia y despertar a la
fraternidad y el respeto a las personas, al medio
ambiente, a la vida. En este sentido, tenemos algunas
experiencias que nos han traído excelentes resultados.
¿Cómo estamos ante la incredulidad e incluso la ironía,
todavía presentes ante las enseñanzas del Evangelio? ¿Los
esfuerzos para cambiar este cuadro han tenido éxito?
La evolución es una conquista particular del ser,
influenciada por el medio que lo rodea. La posición
frente a la incredulidad y la ironía debe ser aquella
que Cristo nos ejemplifica: la comprensión, el amor y la
persistencia. Entiendo que esta debe ser nuestra
postura, así como nuestros amigos superiores la tienen
con nosotros en la comprensión y la práctica del amor.
En esta trayectoria, "ofrecer apoyo" y "recibir apoyo"
son una constante maravillosa que se comporta como un
resorte que impulsa hacia el progreso. Todo esfuerzo
vale la pena.
De sus recuerdos y reflexiones en torno al tema,
especialmente considerando el pensamiento espírita, ¿qué
más le viene a la mente?
Mientras preparábamos el tema para su presentación en
ENEPAZ, conocimos algunos casos, que involucraban a
personas que, en determinado momento de la vida,
replantearon sus valores. Percibí, en todos ellos, como
un punto en común, el alejamiento de la "indiferencia" y
la voluntad real de transformar su espacio de
acción/interacción. Es necesario que nos preocupemos por
el prójimo y evaluar cómo repercute nuestra forma de
vida en el todo. En un primer momento, dejar de pensar
en "yo" para pensar que el "nosotros" parece estar en
orden inverso. Sin embargo, lo que percibimos es que
cuando desarrollamos la mirada hacia el colectivo, el
"yo" se fortalece naturalmente, sin buscar este
resultado. Si mis acciones y objetivos se reflejan
positivamente en el todo, aumentan las posibilidades de
que la paz brote en mí, como un ojo de agua que
finalmente aparece en la superficie, después de un largo
recorrido por el interior de la tierra. No se trata de
la auto negación, todo lo contrario, si me replanteo es
porque, primero, me conozco a mí mismo y quiero conocer
mis nuevos deseos.
¿Algo relevante que le gustaría relatar a los lectores
en este binomio educación y paz?
En este tema, vale la pena resaltar que la familia es el
escenario ideal para construir los cimientos del
equilibrio y de la moral. Una vez que se coloca la base
en terreno firme, las paredes se levantarán con
seguridad. Las conversaciones y la convivencia, los
momentos preciosos en cualquier hogar, no deben ser
suprimidas. Vivimos en un momento que presenta, entre
muchas otras características, la "liquidez", como
explica Bauman. Es importante que la familia logre
conducir con sabiduría esta transición entre
generaciones para mantener los valores que sustentan la
paz en la sociedad y, al mismo tiempo, comprender lo
nuevo que surge. La firme orientación por el camino del
bien, con el ejercicio de la socialización, el respeto y
el compartir, ayudará en la formación de un adulto más
resiliente (característica que se viene debilitando),
comprensible y sensible al dolor del prójimo (principios
fundamentales del amor), capaz de vivir y promover la
paz. En términos de educación, nada reemplaza a la
familia.
Como espírita, ¿cómo ve los desafíos, las luchas, las
conquistas y los fracasos de la actualidad?
Estamos en un planeta lleno de posibilidades. Todos
somos alumnos de esta gran escuela. Avanzar o necesitar
rehacer la lección es un hecho normal y esperado. La
evolución tecnológica nos invita a niveles más altos,
pero la resistencia en el egoísmo nos sujeta todavía a
la orilla, dificultando que naveguemos por otras aguas y
descubramos paisajes nuevos y más bellos. Necesitaremos
el tiempo que sea necesario para alinearnos en las dos
vertientes de la ascensión, la intelectual y la moral.
En todo este mar, pido permiso para parafrasear, con
humor, a un personaje de una famosa caricatura:
"continúe nadando, continúe nadando".
¿Algo más que quieras añadir?
De las muchas enseñanzas recomendadas y experimentadas
por Jesús, el episodio que involucra a Magdalena nos
remite, de manera especial, a uno de los puntos
principales para la instalación de la paz: la
disposición al perdón y el cuidado con el juicio. Jesús
nos invita a soltar las piedras que insistimos en traer
en nuestras manos. Un corazón lleno de los arrebatos de
la ira y la sed de violencia es un campo todavía árido
para la semilla de la paz. En este contexto, es
necesario el ejercicio ya sugerido desde tiempos
pasados: "Conócete a ti mismo". Es difícil conquistar la
paz sin el humilde reconocimiento de los puntos que
deben ser reformulados.
Sus últimas palabras.
Somos espíritus que vivimos una experiencia material,
con el claro propósito del crecimiento. Sin querer
resbalar hacia el terreno de la dicotomía, lo cierto es
que, con el correr de los días, nos vamos sobrecargando
con la creación de necesidades imaginarias, que están
lejos de ayudarnos en la caminata. Algunas se convierten
en pesos que dificultan nuestro viaje y nos alejan de la
paz. Nos sumergimos en un océano de "ansias" y nos
encadenamos a exigencias infinitas dándonos la sensación
de insatisfacción constante. Entendamos mejor la alusión
del Maestro, que nos sugiere que miremos a los lirios
del campo y a las aves del cielo. Reconozcamos y
valoremos, aquí y ahora, lo que realmente propicia paz.
En resumen, simplifiquemos nuestra existencia – así
podremos reconocerla en toda su grandeza y plenitud.