Nacida en Bauru, en el interior de São Paulo,
donde también vive, Divanir Assis Castilho (foto) nació
en una familia espírita. Empleada del estado
jubilada, nuestra entrevistada está vinculada al
Centro Espirita Vicente de Paulo, en la misma
ciudad, donde trabaja como monitora de estudios
y conferencista. En la entrevista que nos
concedió, nos habla de su actuación en las lides
espíritas y la forma poco usual en la que suele
leer libros espíritas, de los cuales ni siquiera
el registro de catalogación se
le escapa.
¿Cómo se volvió espirita?
Bueno, mis padres hacían
reuniones espíritas en casa; en esa época, se
acostumbraba a hacer ese tipo de trabajo.
Participaba, no como médium, sino dando apoyo.
Hacía la lectura del Evangelio, el comentario
era hecho por un caballero, casi sin cultura,
pero que tenía un gran conocimiento del
Espiritismo, leía el mensaje, hacia la oración.
La idea era fundar un Centro, pero con la
desencarnación de la médium, porque sólo la
teníamos a ella, y también, poco después, de
otro miembro del grupo, el proyecto terminó
desmoronándose. No volví hasta mucho después.
Hice el COEM, participé en algunos trabajos, sin
mucho compromiso. Ahora sí, estoy comprometida,
porque hasta entonces yo estaba en el
Espiritismo, pero el Espiritismo no estaba en mi
corazón.
¿Qué es lo que más le llama la atención de la
Doctrina Espírita?
¡Oh! Es el consuelo que nos da
para poder enfrentar los sinsabores, porque nos
ayuda a aceptar el sufrimiento, nos da apoyo,
para que podamos ayudar a las personas cercanas,
que no conocen el Espiritismo. Siempre
encontramos, en las obras de Allan Kardec, una
palabra de consuelo, de orientación en las
encrucijadas de la vida y la certeza de que
nunca estamos solos. Estamos siempre amparados
por el amor de Dios, de Jesús y de los Espíritus
protectores y amigos. Y el mayor consuelo que
podemos encontrar es la certeza de que la muerte
no nos separa de los seres queridos.
¿Y
en el movimiento espírita?
Admiro mucho los esfuerzos que
los trabajadores hacen para mantener la
Institución en un momento tan difícil, como el
que estamos atravesando, tanto financieramente
como el compromiso de los frecuentadores. En
nuestra Casa hay muchos cursos, como he dicho,
pero pocos están interesados en aprender. Nos
dimos cuenta de esto en los días de las
reuniones mediúmnicas, a los que muchos
compañeros asisten, pero cuando la reunión está
dedicada a los estudios son muy pocos los que se
presentan, por desgracia.
¿Cómo surgió el interés por los detalles de los
textos, especialmente los prefacios, notas al
pie de página y notas del editor o autor?
Siempre me ha gustado leer.
Cuando tomo un libro para leer, lo leo todo,
desde la portada hasta la ficha de catalogación.
Es a través de las informaciones que encontramos
en las contratapas que llegamos a conocer al
autor, quién es, cuál es su profesión, de dónde
es, etc. En la ficha de catalogación es donde se
encuentra la información sobre la edición, el
año en que se editó el libro. Las disposiciones del
autor, la introducción, la presentación, la
explicación del traductor, si fuere el caso, o a
veces del propio autor. Si no prestamos
atención, dejaríamos escapar algo importante,
porque si no fuera importante, no estaría allí.
En
el caso de la Codificación Espírita, ¿cuál es su
opinión sobre los prefacios, la introducción,
las notas diversas?
¡Interesante! Eso es lo que más
me atrae. Siempre me ha gustado mucho leer, como
dije anteriormente, y siempre fue así, leer de
principio a fin, todos. Vamos a encontrar algo
que llama nuestra atención y estimula la
curiosidad sobre el contenido de la obra. Las
notas al pie de página son donde, a veces,
entendemos mejor lo que el autor no dejó muy
claro. Entonces leo, estudiando, sin prisas, con
gran atención a cada palabra, cada párrafo y,
cuando encuentro una palabra desconocida o
difícil, siempre tengo un diccionario y lo voy
anotando en el propio libro, subrayando. En el
prefacio, entonces, muchas veces, es donde
encontramos las perlas, como en el caso de El
Evangelio según el Espiritismo. Ese prefacio
es una oración. Cada vez que lo leo, me enamoro
más del Espiritismo. Doctrina esclarecedora.
¿Qué destaca, en su opinión, en esos textos
auxiliares?
Son muy informativos, tienen disposiciones preciosas,
como perlas que muchas veces pasan
desapercibidas. La presentación del libro, por
ejemplo. El autor elige a una persona competente
y con gran comprensión del asunto o tema para
comentarlo. Esta opinión es muy importante,
porque nos muestra el resumen del contenido del
libro. Hace una evaluación, que es muy
importante para el lector. También me gusta la
dedicatoria. A veces me emocionan. Entonces, ¿se
dan cuenta de que me gusta todo lo que está en
el libro? Lo leo todo absolutamente. Es mi
costumbre.
En
sus experiencias con conferencias, ¿cómo se
siente?
En cuanto a las conferencias,
realmente no me considero conferencista; soy una
conversadora... Desde hace poco tiempo realizo
este trabajo, es decir, sigo siendo "joven" como
expositora. Tengo mis dificultades,
inseguridades, nerviosismo. Lo que más me gusta
es la preparación, porque me lleva a estudiar,
investigar y escribir, porque escribo mucho,
pero me gusta. Cuando estoy frente al público me
da un fresquito en la barriga, pero poco a poco
me voy soltando. Pero no hago muchas
conferencias.
¿Hay algo significativo en su experiencia con la
experiencia espírita que le gustaría relatar?
Mi marido es trasplantado; se
sometió a un trasplante de riñón, que fue donado
por su hermano, y como consecuencia, le afectó a
una vena importante, lo que le ocasionó una TVP
(trombosis venosa profunda). Por eso sus piernas
se hinchan y siente dolor. Yo estaba tomando un
curso de aplicación de pase magnético los
sábados y ese día, cuando llegué, él estaba
sintiendo mucho dolor y le apliqué un pase.
Nunca había hecho eso antes, cuando de repente
tuve la sensación de elasticidad en mi brazo y
parecía que el brazo se estaba estirando. Me
asusté, nunca había pasado por algo así, pero
continué con la aplicación. Y cuando voy a
hablar, dar una conferencia, muchas veces tengo
la sensación de crecer, porque soy bajita, mido
1,56, y en ese momento tengo la impresión de
medir 2 m. Pienso que son esas experiencias que
puedo relatar, pero no sé si puedan ser
consideradas realmente experiencias.
¿Algo más que quiera añadir?
Sí. El Espiritismo me ha
proporcionado momentos muy agradables y
oportunidades para conocer a personas
maravillosas, verdaderos amigos, que me
estimulan a estudiar y me dan mucho apoyo.
Sus palabras finales.
Bueno, sólo tengo que
agradecerle por tener la oportunidad de conocer
la revista y poder participar en ella. Me siento
por ello honrada y eternamente agradecida. |